Rosh Hodesh Siván. 24 Mayo 2009

Rosh Jodesh Siván es un día propicio para instaurar la paz y la armonía entre los hombres y fijar un pacto de paz y amor entre Israel y su Padre en los Cielos.

Siván es el nombre babilónico que recibe este mes. La Torá se refiere a él como el tercer mes (Exodo 19:1), pues es el tercero contando a partir de Nisán, la cabeza de los meses según la Torá.
En el tercer mes después del Exodo de los Hijos de Israel de la tierra de Egipto, en ese día llegaron al desierto del Sinaí (ibíd). Los Sabios explican: En ese día, en el primero de Siván, acamparon en el desierto del Sinaí, listos para recibir la Torá. En la descripción del acampar de Israel en Sinaí la Torá expresa (ibíd. 19:2): E Israel acampó allí frente al monte, utilizando el verbo en su forma singular: acampó. Los Sabios enseñaron: Aprendemos de aquí que el nivel de unión entre todos ellos era tal que podían ser considerados como un solo hombre con un único corazón. Todas las demás acampadas en el desierto estuvieron caracterizadas por contiendas y riñas. Pese a que pueden existir disputas por causas elevadas, en aras del Cielo, que incluso pueden llegar a tener repercusiones positivas, éste no es el caso cuando se trata del momento de recibir la Torá. Sólo es posible merecerla cuando todo el pueblo de Israel se halla unido por el amor, el compañerismo, la paz y la armonía. Así como el matrimonio sólo puede mantenerse si reinan paz y amor, de igual modo la Torá —el medio de compromiso entre Di-s e Israel— sólo puede recibirse si prevalecen estas condiciones. La Torá es descripta como morashá —herencia— (ver Deuteronomio 33:4). Los Sabios explicaron: “No leas morashá —herencia—, sino meorasá —[tu] prometida—”.

En el tercer mes — Un Sabio de Galilea explicó este versículo frente a Rav Jisdá: “Bendito sea nuestro Di-s, quien nos dio una Torá que consta de tres partes [Torá, Neviím —Profetas— y Ketuvím —Escrituras—], para una nación compuesta de tres grupos [kohaním, leviím e israelím], a través del tercero [Moshé, el tercer hijo de Iojeved], en el tercer día [de `detención’, luego de que el pueblo realizó sus preparativos para el recibimiento de la Torá (ver Exodo 19:11)], en el tercer mes —Siván—” (Talmud Shabat 88a).

Asimismo encontramos otra referencia a Siván como el tercer mes (II Crónicas 15:9-12): Y convocó [el rey Asa] a todos los [judíos, las tribus] de Iehudá y Biniamín, y a quienes habitaban con ellos de [las tribus de] Efráim, Menashé y Shimón… y se reunieron en Jerusalén en el tercer mes… y entraron en el pacto de fidelidad a Di-s, el Señor de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma.

En estos dos casos el tercer mes se refiere a Rosh Jodesh Siván, pues éste es un día propicio para instaurar la paz y la armonía entre los hombres y fijar un pacto de paz y amor entre Israel y su Padre en los Cielos.

LEYES DEL MES DE SIVÁN

Los primeros doce días del mes de Siván gozan de un nivel un tanto más elevado que el resto del mes y se les confiere un cierto grado de santidad. El primer día del mes se celebra como Rosh Jodesh y las leyes que rigen este día son idénticas a las de todos los demás Rosh Jodesh.

Durante los cuatro días que median entre Rosh Jodesh y la festividad de Shavuot —celebrado el sexto día del mes—, Moshé Rabeinu y todo el pueblo de Israel se preparaban para el recibimiento de la Torá. El sexto día del mes [y en la Diáspora también el séptimo] es Shavuot. El día siete de Siván es llamado Iom Tevóaj —día del sacrificio—pues cuando Shavuot acaecía en Shabat era en ese día que se ofrecía la ofrenda de Reiá traída por los peregrinos que ascendían a Jerusalén para la Festividad. Esta no podía ser ofrecida en Shabat mismo ya que era una ofrenda de carácter individual y no comunitaria. Los cinco días entre el 8 y el 12 de Siván estaban reservados para las ofrendas de Reiá de quienes no habían tenido oportunidad de traerlas en su momento estipulado, pues al igual que en Pesaj y Sucot esta ofrenda podía traerse durante un período de siete días. Vemos, pues, que los primeros doce días de este mes gozan de una condición especial.

Es por ello que no se recita Tajanún (súplicas de perdón por pecados) en las oraciones durante este período, ni tampoco plegarias de recordación por los difuntos.

En estos días no se debe ayunar, ni siquiera el ayuno que algunos observan por el yohrtzait —aniversario del fallecimiento— de un padre [o madre]. Sin embargo, aquel que tuvo un mal sueño, o el novio en el día de su boda, pueden ayunar.

Algunos en la Diáspora observan la costumbre de no ayunar ni recitar Tajanún sólo hasta Isrú Jag, el día siguiente a los dos días de Shavuot, es decir, hasta el 8 de Siván.

DÍAS DE RESTRICCIÓN Y ABSTINENCIA

El año en que se entregó la Torá Rosh Jodesh Siván acaeció en domingo [según la opinión de Rabí Iosi, por la cual nos guiamos]. Así, la Torá fue dada en Shabat, el 7 de Siván. La cronología de los acontecimientos fue como sigue:

El domingo, primero de Siván, el pueblo llegó al desierto del Sinaí desde Refidím, acampando frente a la montaña. En ese día no recibió la palabra Divina porque estaba fatigado a causa del viaje.

En el segundo día del mes Moshé dio a los Hijos de Israel —por orden de Di-s— una introducción a la Torá, de modo que supieran lo que Di-s exigiría de ellos cuando aceptaran su yugo. Estas observaciones preliminares comprendían mucho más que el deber de cumplir mitzvot. Les dijo: [Di-s dice] Vosotros habéis visto lo que hice a Egipto, y cómo os alcé sobre alas de águila…; ahora, si escuchareis [bien] Mi voz y guardareis Mi pacto, seréis para Mí una propiedad preciada de entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. Seréis para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa… (Exodo 19:4-6). La respuesta del pueblo fue la siguiente: Todo el pueblo respondió a la vez, diciendo: “Todo lo que habló Di-s, haremos” (ibíd. 19:8).

En el tercer día Moshé les estableció ciertos límites [mitzvat hagbalá]. Fijó líneas de demarcación alrededor de la montaña, diciéndoles: “Podéis aproximaros hasta este lugar pero no más. Todo el que entre en contacto con la montaña ciertamente morirá” (ibíd. 19:12).

En el cuarto día les ordenó santificarse y abstenerse de relaciones íntimas, y purificar sus cuerpos y vestimentas. Así dijo Di-s a Moshé: Ve al pueblo y prepáralo hoy y mañana… pues en el tercer día Di-s descenderá sobre el Monte Sinaí ante los ojos de todo el pueblo (ibíd. 19:10-11). De modo que la Torá debía haber sido entregada el viernes, 6 de Siván. Sin embargo, Moshé agregó a estos otro día más de santificación y abstinencia por su propia cuenta, transmitiendo al pueblo así: Estad listos para [luego de] tres días (ibíd. 19:15); es decir, debía haber tres días de preparación y en el cuarto Di-s descendería. Di-s aceptó la adición de Moshé y la Shejiná no Se posó sobre el monte hasta Shabat, el 7 de Siván. [Más adelante veremos por qué consideró Moshé necesario agregar otro día por su cuenta].

De esta forma, la entrega de la Torá, que debía tener lugar el 6 de Siván, se realizó en realidad el 7 de Siván. Sin embargo, para la posteridad, esta Festividad fue fijada para el día 6 de Siván, de acuerdo con las instrucciones originales que Di-s había dado a Moshé. Por esta misma razón, el período de restricción —ieméi hagbalá— se conmemora durante tres días, comenzando el 3 de Siván, como en aquel entonces.

En vista de lo anterior, algunos acostumbran suspender las prácticas de duelo que se observan en el Omer durante los tres días anteriores a Shavuot permitiéndose el corte de cabello y la celebración de casamientos. Otros, no obstante, mantienen dichas prácticas [de duelo] hasta luego de la Festividad.

Estos tres días se conocen como los “tres días de restricción” —shloshet ieméi hagbalá—.

En nuestros libros sagrados se menciona que durante los tres días de restricción la persona debe procurar con más ahínco no involucrarse en conversaciones vanas o prohibidas e incrementar su diligencia en el estudio de la Tora.

Parashá Bamidbar (En el desierto). 29 Iyar 5769 – 23 Mayo 2009

Resumen de la Parashá

En esta parashá, primera del libro Bamidbar, habiendo transcurrido trece meses desde la salida de Egipto, el Eterno ordena a Moshé y a Aharón realizar un censo de toda la congregación de Israel, tomando en consideración a los varones mayores de veinte y hasta sesenta años. Eran todos los aptos para cumplir sus obligaciones con el ejército.

De acuerdo con este censo, la cifra de varones para cumplir el servicio del ejército, era de seiscientos mil quinientos cincuenta hombres. Fueron censadas las tribus de Reubén, Shimeón, Gad, Yehudá, Issajar, Zebulún, Iosef (por sus hijos Efraim y Menashé), Binyamín, Dan, Aser y Neftalí. La tribu de Leví fue excluida del censo ya que su misión era cumplir funciones en el Mishkán.

El Todopoderoso indicó cómo debía ubicarse físicamente cada tribu, respecto al Mishkán. Así al oriente del Santuario, debían acampar las tribus de Yehudá, Issajar y Zebulún. Hacia el sur debían acampar las tribus de Reubén, Shimeón y Gad. Hacia el occidente, las tribus de Efraim, Menashé y Biniamín. Hacia el norte las tribus de Dan, Aser y Neftalí. El campamento tenía forma de cuadrilátero y el Mishkán en el centro.

Posteriormente, El Eterno ordenó a Moshé censar a los primogénitos los que luego fueron sustituidos por los levitas y también detalló las obligaciones de los hijos de Kehat (de la tribu de Leví) para el Santuario.

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