Parashá Pinhas. 14 TAMUZ 5771 (16 de Julio de 2010)


Pinjas El Kohen
Después del suceso ocurrido con Zimri (uno de los líderes de la tribu de Shimon) y Kozbi (hija de Tzur, uno de los líderes de Midian) Hashem Habló a Moshe para decirle que las acciones de Pinjas habían calmado la ira de Hashem y por consiguiente llevaría sobre si y sobre su familia el honor de la Kohanut.
Para entender nuestra parasha, debemos hablar un poco sobre lo ocurrido, narrado ya en la parasha Balak.
Cuando Bilam vio que no podía maldecir al pueblo, le dijo a Balak que los hiciera pecar, así Hashem se enojaría con el pueblo y recibiría las maldiciones de Bilam, Balak hizo como dijo Bilam y por consiguiente mando mujeres moabitas y Midianitas al encuentro del pueblo de Israel, como sabemos, el pueblo cayó ante estas mujeres, es decir los hombres se dejaron seducir por ellas, estas mujeres de Midian y Moab les decían que para tener relaciones con ellas, tenían que primero adorar a si ídolo “ Baal Peor”. La adoración a este ídolo consistía en hacer las necesidades fisiológicas ante él. El midrash cita, que la intención de muchos no era adorar al ídolo con sus necesidades fisiológicas, mas bien querían demostrar su desprecio, pero, por cuanto este era el modo de adoración, recibieron su castigo.
Zimri líder de la tribu de Shimon llevó a una Midianita ante Moshe, el nombre de la Midianita era Kozbi, Zimri le pregunto a Moshe si podría tener relaciones con esa mujer, Moshe le respondió que no, entonces Zimri desafío a Moshe diciéndole, si Moshe se casó con una Midianita, ¿Por qué él no podría estar con una?, cuando Zimri vio que Moshe no respondió se llevó a Kozbi la Midianita a su tienda, Pinjas vio este Jilul Hashem que se había cometido, agarro una lanza y fue tras de Zimri y Kozbi y los atravesó a los dos, después los levanto, haciéndole ver a todo el pueblo el castigo por la transgresión del jilul Hashem.
¿Por qué Moshe no respondió cuando Zimri le reclamo por su mujer Midianita? Moshe podía haberle respondido que no era prohibido, ya que aún no se había entregado la Torah, o incluso podía haberle dicho que antes de casarse con Tzipora ella se convirtió
Dicen los comentaristas que Hashem hizo callar a Moshe para darle la oportunidad a Pinjas de hacer un Kidush Hashem,
Antes que Pinjas matara a Zimri y Kozbi, Hashem se había enojado con el pueblo, al punto de querer exterminarlos, cuando Pinjas realizo esta acción, calmó la ira de Hashem y por esto fue premiado con la Kohanut, porque celó el nombre de Hashem y más aun expió por todo el pueblo matando a Zimri y a Kozbi.
De aquí podemos aprender, cuán grande es el poder y más aún la recompensa por hacer un Kidush Hashem. Hoy en día, el mundo se fija en nosotros los judíos, cuando llevamos una vida de Torah y mitzvot, estamos por consiguiente haciendo un Kidush Hashem constante.

El Ataque a Midian
Hashem le ordenó a Moshe destruir a Midian por completo, en las épocas de guerra vemos que Hashem hablaba al pueblo diciendo, que sitiaran una ciudad por sus tres esquinas, pero no por sus cuatros esquinas, esto era debido para dejar por donde las personas pudieran escapar, no obstante Hashem le dijo a Moshe que sitiara todo Midian ¿por que Hashem ordenó la destrucción máxima de Midian y no la de Moab?
Podemos ver en nuestra parasha que Moab tenía miedo de Israel, porque pensaban que el pueblo judío los tomaría cautivos, por lo tanto querían hacerles daño físicamente, no obstante Midian no tenía razones para atacar a el pueblo judío y no solo querían atacarlos físicamente, si no también espiritualmente, esto podemos verlo en el hecho de que Bilam indujo a la promiscuidad al pueblo, es decir los llevo a pecar ante Hashem, para así el poder maldecirlos.
Dicen nuestros sabios: Cuando una persona hace pecar a otra, es como si lo matara, cuando decimos que es como si lo matara, no hablamos físicamente, sino espiritualmente. Bilam quería destruir al pueblo de Israel espiritualmente, por eso Hashem mandó a destruir completamente Midian, la muerte espiritual es aun mas grave que la muerte física. El midrash dice, también, que Moab no seria completamente destruida como Midian, ya que de Moab saldría Rut y como todos sabemos, el Rey David y el mashiaj descienden de Rut.

Hashem Nuestro Testigo

Hashem castigó al pueblo de Israel con una plaga, la cual recayó sobre la gente que había rendido culto a Baal Peor, después de esta plaga Hashem ordenó a Moshe hacer un censo del pueblo, para ver cuanta gente había sobrevivido, Hashem añadió dos letras de su nombre a cada familia del pueblo para confirmar su linaje, ya que las demás naciones decían, que si mitzraim mantuvo cautivo a los hombres del pueblo de Israel, debieron haber tomado para sí a las mujeres y esto haría que el pueblo de Israel estaría mezclado con otros pueblos. Para confirmar que no era así, sino que aunque estuvieron en mitzraim mantuvieron su linaje intacto. Hashem por consiguiente añadió la letra hei y la letra yod a cada familia del pueblo de Israel, Nosotros podemos ver que Hashem mismo testifica acerca de nuestro puro linaje, es decir que somos descendientes directos de Yaakob abinu y también podemos ver lo valiosos que somos cada judío para Hashem, al punto que el mismo pone las letras de su nombre sobre cada una de las familias judías.
Cada judío debe entender que Hashem es nuestro testigo, es decir que Hashem mismo pone su nombre para demostrar que somos una nación única, separada de las demás y elevada sobre las demás, pero para poder elevarnos verdaderamente debemos saber, que nuestro único camino está en el estudio de Torah y el cumplimiento de las mitzvot. Cuando seguimos este camino estamos corroborando esa yod y esa hei que Hashem nos añadió a nosotros.
Así bien, esta en nosotros el hacer cada día de nuestras vidas Kidush Hashem y certificar ese atestiguamiento de Hashem, pero no hay que ir por el camino de la Torah esperando algo a cambio, sino como lo hizo Pinjas, por engrandecer el nombre de Hashem y por el sejut de cada uno de nosotros traer la geula, prontamente, para todo el pueblo de Israel. AMEN.

Bajur David Moshe Shallem Lichtenstein

Parashá Pinhas. 21 TAMUZ 5770 (3 de Julio de 2010)


«Pinhas y Zimrí»

Al final de la parashá de la semana pasada, leímos sobre el acto de Zimrí y la respuesta de Pinhas. El episodio es descripto de la siguiente manera:

«Y un hombre de los hijos de Israel trajo una mujer midianita delante de sus hermanos, a ojos de Moshé y toda la comunidad, y ellos lloraron frente a la entrada de la Tienda de Reunión. Pinhas el hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén, los vió a ellos. Él se levantó de entre la comunidad y tomó su lanza con él. Se acercó al hombre de Israel al lado de la Tienda y él los mató a ambos al lado de la Tienda y la plaga cesó en Israel» (25:6-8).

Mientras que la historia fue contada en la parashá de Balak, algunos elementos del episodio fueron dejados en suspenso hasta esta parashá – Pinhas. Esta parashá, llamada como el protagonista del episodio, nos informa de la ascendencia de los perpetradores del acto:

«El nombre del hombre de Israel que fue matado – junto con la mujer midianita – era Zimrí hijo de Salú, un príncipe de la tribu de Shimón. Y el nombre de la mujer midianita que fue matada era Kozbí la hija de Tzur – el jefe de la nación de Midián» (25:14-15).

Ellos no eran personas simples; ambos eran aristócratas, de familias líderes de sus respectivas tribus. Rashí señala este hecho como una indicación del odio terrible de los midianitas hacia el pueblo de Israel: ellos estaban dispuestos a enviar a sus propias hijas al combate. El Targum (Ionatán) [Ierushalmi] identifica a Tzur con no otro que Balak mismo!! Su odio era tan profundo que estaba dispuesto a prostituir a su propia hija para tener la oportunidad de corromper a los judíos.

Pinhas, al ver esta escena, actúa – como lo describe la Torá – de manera «fanática», y mata a ambos en función de poner fin a la profanación. El acto de Pinhas es un acto arquetipo del fanatismo; otros en el futuro que actuaron de manera similar estaban asociados con Pinhas. Muy notablemente, Eliahu el Profeta está identificado por los Sabios como Pinhas – si no literalmente – por lo menos en el sentido místico; es dicho que ellos dos comparten un alma en común (ver Targum Ionatán Shemot 6:18).

Sin embargo, es posible ver este episodio como más que un acto fanático de Pinhas. Consideremos la motivación de los perpetradores, Kozbí y Zimrí. Estas personas eran ambas líderes en su propio derecho, cada una en sus respectivas comunidades. Su «actuación» siguió la invasión de la idolatría de «Baal» en el campamento israelita. Una vez que esta práctica extranjera se introdujo, lo que siguió fue un comportamiento sexual público, el cual en la vida judía es privado y sagrado.

Como hemos notado la semana pasada, uno de los ritos en la adoración del Baal era defecar en la presencia de la deidad, reflejando el estatus exaltado y «sagrado» de la naturaleza en la filosofía de la adoración a Baal. Un comportamiento que indicaba una reverencia a la naturaleza y a todas las cosas naturales, era una práctica aceptada. Una vez que esta «filosofía» es entendida, el acto de Kozbí y Zimrí – desde su punto de vista – no fue un «crimen de pasión» sino que fue la culminación de la adoración a Baal. Zimrí estaba tratando de mostrar un punto ideológico; así, el texto acentúa que él hizo el acto frente a la Tienda de Reunión.

«…frente a la entrada de la Tienda de Reunión. Pinhas el hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén, los vió a ellos. Él se levantó de entre la comunidad y tomó su lanza con él. Se acercó al hombre de Israel al lado de la Tienda y él los mató a ambos al lado de la Tienda y la plaga cesó en Israel» (25:6-8).

Si esto hubiese sido un acto de pasión, seguramente los dos se hubiesen escapado y escondido. Pero esto fue un acto público, un acto de rebelión, un acto dictaminado por la ideología – un acto de fanatismo. Entonces, ellos eligieron la Tienda de Reunión como el lugar para su encuentro. El acto de Zimrí y Kozbí fue premeditado. Como líderes, ellos aparentemente tenían un plan bien pensado de cómo apartar a los hijos de Israel de la santidad de las enseñanzas de Moshé, y llevarlos a la depravación de Baal.

«Y el nombre de la mujer midianita era Kozbí, la hija de Tzur; él era el jefe de la nación de Midián (25:15). Esto sirve para informarte hasta que punto los midianitas se sacrificaban a ellos mismos! Ellos realmente abandonaban a la hija de un rey en la prostitución; como está escrito: ‘y ellos mataron a los reyes de Midián con el resto de sus muertos: Evi y Rekem, Tzur, etc.’ (Números 31:8). Ahora, si Tzur, el más grande de todos ellos, a pesar de ser rey, abandonó a su hija, ¿quién no abandonaría a la suya? Por haberse denigrado a sí mismo y hacer que su hija se prostituya en público, las Escrituras lo reducen a él a una posición inferior y lo mencionan tercero. Sin embargo, en verdad, él era rey sobre todos ellos; él era el jefe de la nación de Midián» (Midrash Rabá 21:3).

De alguna manera, Zimrí no fue menos fanático que Pinhas, a pesar de que los dos reflejaron distintos lados, muy distintas direcciones. El fanatismo de Pinhas, y el de Zimrí, no debe sorprendernos, puesto que tiene su antecedente en Bereshit. Para poder apreciar esta conexión debemos recordar las enseñanzas que están al comienzo de esta parashá: Pinhas era el «hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén». Él era de la tribu de Leví. Zimrí era el «hijo de Salú, un príncipe de la tribu de Shimón». «Shimón y Leví», juntos otra vez, como en el pasado:

«Shimón y Leví son hermanos» (Bereshit 49:5).

Ellos estaban unidos, unidos por su fanatismo y furor. Iaacov, en su lecho de muerte, maldijo a este furor:

«Que su furor sea maldecido porque es poderoso, y su cólera por que es cruel…» (Bereshit 49:7).

¿Qué fue lo que hicieron Shimón y Leví para obtener una respuesta así de su anciano padre? ¿Qué fue lo que hizo que Iaacov deje a sus hijos esta herencia? Para contestar estas preguntas debemos retornar a su juventud.

Nuestro padre Iaacov tuvo una vida difícil. Él tenía un hermano que lo quería matar, un suegro que se abusó de él, e hijos que vendieron a uno de sus hermanos como esclavo. Iaacov también tenía una hija, Dina, quien salió de la vecindad para ver como los otros vivían. Allí ella fue capturada en una «relación» con Shejem el hijo de Jamor, quien se volvió loco por ella y la tomó en contra de la voluntad de ella. Su padre se acercó a Iaacov, en un intento de que lleguen a un acuerdo. Los hijos de Iaacov se acercaron a Jamor y le aconsejaron que circuncide a toda su tribu, lo que él hizo. Cuando ellos estaban en la cima del dolor, Shimón y Leví entraron a la ciudad y aniquilaron a todos. Iaacov estaba muy enojado con sus hijos, y los reprendió por ponerlo a él en una situación tan peligrosa. Al atacar a una tribu tan grande, cuando Iaacov y sus hijos eran pocos en número, Shimón y Leví pusieron a todo el pueblo judío en peligro de la venganza de las otras tribus vecinas que podían buscar revancha. Shimón y Leví respondieron: «¿Nuestra hermana será como una prostituta?» (Bereshit 34:31). Iaacov dejó esa pregunta pendiente, sin respuesta, hasta su lecho de muerte, cuando él maldijo el furor de ellos.

El episodio con Diná y Shejem sirve como un interesante paralelo de la historia de Zimrí y Kozbí. Shejem es el hijo del jefe de una tribu, Diná es la hija de Iaacov, también el líder de un pueblo. Allí, Shimón y Leví interpretaron la violación en términos nacionales, y atacaron al que hizo esa atrocidad. Su ataque fue ideológico, pero motivado por el enojo, y puede ser

etiquetado como un acto de fanatismo. Iaacov, por su parte, fue más pragmático, y vió la situación en términos prácticos. En consecuencia, Iaacov maldijo al enojo de ellos, pero no se detuvo allí:

«Shimón y Leví son hermanos; instrumentos de crueldad son sus espadas. Mi alma, no está con su consejo; a su asamblea que mi honor no sea unido; porque en su enojo ellos mataron a hombres, y con toda su voluntad han matado a toros. Que su furor sea maldecido porque es poderoso, y su cólera porque es cruel; ellos serán divididos en Iaacov y dispersos en Israel» (Bereshit 49:5-7).

Iaacov suplica que estos dos hijos, y sus descendientes, divididos, porque cuando ellos están juntos, su furor se convierte en una obsesión y debilita. La conspiración en contra de Iosef fue instigada por Shimón y Leví (Rashí Bereshit 49:6). Iaacov rezó por su división, por el peligro que envolvía su unificación.

El Midrash identifica este tema cuando nota el comportamiento inapropiado de Zimrí.

«Zimrí, el hijo de Salú: las Escrituras dicen esto sobre él con asombro. Dice: El que irrumpa a través de un cerco, una serpiente lo morderá (Kohelet 10:8). Ahora su ancestro fue el primero en mostrar celos respecto de la prostitución, así como está escrito: ‘dos de los hijos de Iaacov, Shimón y Leví… tomaron cada uno su espada… y mataron a todos los hombres» (Bereshit 34:25). Pero este hombre irrumpió a través del cerco que su padre ha hecho!» (Midrash Rabá 21:3).

A través de los años, los descendientes de Shimón y Leví tomaron direcciones distintas. En un nivel personal, cuando Moshé vió al egipcio golpeando a un judío, se levantó y salió a defender al judío, matando al egipcio en el proceso, actuando de una manera similar a su ancestro Leví.

Cuando el pueblo adoró al becerro de oro, Moshé pidió:

«Quien esté del lado de D’os, únase a mí! – y toda la tribu de Leví se unió» (Shemot 32:25).

Aquí nosotros vemos un «fanatismo» de parte de Leví, pero dirigido hacia D’os, en contra de aquellos que se habían rebelado. En estas circunstancias, Shimón se quedó en silencio. Más tarde en la historia, otros descendientes de Leví, los Macabeos, lideraron una rebelión en contra de los griegos. Podemos dibujar una línea de fanatismo en la tribu de Leví, pero debemos notar cuán diferente este fanatismo se manifiesta en la tribu de Shimón.

En el caso de Zimrí, ¿por qué toda la tribu de Shimón tuvo que ser atacada por la indiscreción de uno de sus miembros? Claramente, la rebelión liderada por Zimrí no fue sólo el acto de un solo hombre. La parashá Balak concluye con la plaga que se llevó 24000 vidas. En la parashá de esta semana, el censo fue de 22200 personas de la tribu de Shimón (Bamidvar 26:14), mientras que en el censo anterior, ellos eran 59300 (Bamidvar 1:23). Nosotros vemos que la diferencia más grande fue en la tribu de Shimón; aparentemente, la mayoría de todas las muertes fueron de esa tribu. Así Rashí concluye:

«Del número de personas perdidas de la tribu, comparada a la cuenta anterior en el desierto del Sinai, parece que todos los 24000 que murieron, eran de la tribu de Shimón» (Rashí 26:13).

Podemos, entonces, concluir que Zimrí tenía seguidores de su tribu. En otras palabras, esta fue una rebelión en contra de Moshé y D’os, liderada por Zimrí pero seguida por un gran número de la tribu de Shimón. Un contraste poderoso puede ser visto: toda la tribu de Leví estaba del lado de Moshé después del becerro de oro, preparada para hacer todo por D’os, mientras que toda la tribu de Shimón estaba del lado de Zimrí. El Talmud describe cómo la tribu de Shimón apoyaba a Zimrí:

«Y Moshé dijo a los jueces de Israel: ‘maten a todos los hombres que estuvieron en Baal Peor. Y la tribu de Shimón fue a Zimrí ben Salú y le dijo: ‘He aquí, castigo capital es puesto, pero tú sigues en silencio [inactivo]’. ¿qué es lo que él hizo? Él se levantó y reunió a 24000 israelitas y fueron hacia Kozbí, y le dijeron: ‘entrégate a mí’. Ella le respondió: ‘yo soy la hija de un rey, y así me ordenó mi padre: ‘debes rendirte sólo al hombre más grande de ellos’. Él respondió: ‘Yo también soy el príncipe de una tribu, más aún, mi tribu es más grande que la de él [Moshé], puesto que la mía es segunda en nacimiento, mientras que la de él es tercera’. Luego él la tomó de su pelo y la trajo ante Moshé. Él exclamó: ‘hijo de Amram, ¿esta mujer está permitida o prohibida? Y si tú dirás: está prohibida, ¿quién te permitió a la hija de Itró a ti?’. En ese momento Moshé se olvidó de la halajá [concerniente a la intimidad con una mujer pagana], y todo el pueblo lloró; es por eso que está escrito: ‘y ellos lloraron ante la entrada de la Tienda de Reunión’. Y también está escrito: ‘Y Pinhas hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén, vió esto’. Ahora, ¿qué es lo que él vió? – Rav dijo: ‘El vió lo que estaba pasando y recordó la halajá, y le dijo a él: ‘Tío abuelo! ¿no nos has enseñado esto cuando has descendido del monte Sinai: el que cohabite con una mujer pagana será castigado por los celosos?’. Él respondió: ‘Aquel que lee la carta que sea el agente [para llevar a cabo las instrucciones]’. Shemuel dijo: Él vió que ‘no había ninguna sabiduría ni entendimiento ni consejo en contra de D’os’: cuando el nombre de D’os es profanado, honor no debe ser atribuido al maestro de uno. Rabí Itzjak dijo en nombre de Rabí Elazar: Él vió al ángel causando destrucción entre el pueblo. Y él se levantó de en medio de la congregación, y tomo una lanza en su mano; a pesar de que uno no puede entrar a la casa de estudio con un arma. Él removió la punta y se la puso debajo de sus ropas, y fue inclinándose sobre el estuche [de la lanza, en el cual estaba puesta la punta filosa]. Y tan pronto como llegó hasta la tribu de Shimón, él exclamó: ‘¿Dónde encontramos que la tribu de Leví es más grande que la de Shimón?’ [como diciendo: yo también deseo satisfacción]. Ellos dijeron: ‘déjenlo pasar también a él para satisfacer su deseo. Ellos pensaron: Permitieron hacer esto los que antes se abstenían’ (Talmud Sanhedrín 82a).

Cuando Pinhas actuó en contra del fanatismo de Zimrí, estuvieron aquellos que lo atacaron, llamando a su comportamiento inaceptable, «no judío». Ellos clamaban que Pinhas debía haber heredado algunas características extranjeras de su abuelo materno Itró. El Midrash explica que nuestra parashá presenta a Pinhas como un descendiente de Aharón, como atribuyendo la reacción de Pinhas al comportamiento de Aharón, y no a una extranjera fuente pagana.

Aharón también era de la tribu de Leví. Quizás las masas vieron a Aharón sólo como un amante de la paz, y no como un defensor de la verdad. Aharón era una figura muy simpática, y las personas habrán visto el comportamiento de Pinhas como un alejamiento radical del comportamiento de Aharón.

Más aún, el pueblo habrá razonado que si Moshé no reaccionó como lo hizo Pinhas, seguramente que el comportamiento de Pinhas fue más allá del límite: ¿Cómo alguien podía ser más «religioso» que Moshé?.

En su lecho de muerte, Iaacov atacó al enojo de Shimón y Leví; indiscutiblemente, hay un lugar para este comportamiento, pero no cuando es motivado por el enojo. Así también, hay un momento apropiado y lugar apropiado para la clase de acción de Pinhas. Iaacov advirtió específicamente en contra de la unión de las dos tribus problemáticas. Mientras que puede haber un lugar para la reacción extra legal de un individuo, cuando tal acción se transforma en el punto de fusión de dos tribus, el peligro de enojo por sí mismo, y el fanatismo resultante, es demasiado grande. Una vez divididos, los descendientes de Leví se convirtieron en el prototipo de servidores de D’os, los Cohanim y Leviim, quienes sirven en el Templo. Por otro lado, Shimón nunca tuvo éxito en usar su enojo de una manera positiva.

El enojo es una característica particularmente peligrosa. Los Sabios lo comparan con la idolatría, puesto que cuando una persona se enoja pierde el control y no continúa sirviendo a D’os. Leví pudo controlar el enojo, manteniendo una relación firme y extrema con D’os. Esta completa dedicación a lo Divino es lo que les permitió ser Cohanim. A veces, esta intensidad de propósito se manifestaba en el Templo, y a veces se manifestaba en el campo de batalla, como con los Macabeos. El punto crucial es la dedicación firme a D’os. Esta característica, mientras que es el dominio de Leví, puede ser adoptada por cualquier judío. El Rambam, en un famoso pasaje comenta:

«No sólo la tribu de Leví, sino que cualquier hombre en toda la tierra cuyo espíritu lo moviliza, y lo hace separarse y pararse ante D’os para servirLo, en función de conocer a D’os, y caminar por un camino recto como D’os le ha hecho, y él rechaza los numerosos cálculos que ocupan a la mayoría de los hombres, esta persona se s- (se convierte) en Sagrado de Sagrados, y D’os será su porción por siempre…» (Rambam Mishná Torá Leyes de Shemitá e Iovel 13:12).

Un judío puede convertirse en «consagrado». Todo lo que se necesita es tener una dedicación firme a D’os, así como fue manifestada por Pinhas. Su amor por D’os requirió su reacción extrema. El comportamiento fanático de Zimrí, el cual fue seguido por la tribu de Shimón, tenía que ser detenido. Pero para ser sagrado uno no puede tener una agenda personal, como tenía Zimrí. Quizás Zimrí se convenció a sí mismo de la creencia de seguir el ejemplo de su bisabuelo Shimón. Pinhas, por otro lado, se paró para no obtener nada personal. Por lo contrario, su acción fue ridiculizada por otros líderes.

Pinhas fue motivado por un profundo amor a D’os, el cual no abandonó por la opinión pública o el expediente político. Por esta razón él fue recompensado con el Pacto de Paz. El mandato de los cohanim es traer paz al mundo; a veces esto es logrado con palabras de paz, pero otras veces es logrado con la fuerza. La recompensa que recibió Pinhas nos da una visión de su motivación: Él quería desesperadamente la paz, pero la obscenidad que se desató ante sus ojos lo dejó sin opciones. Se nos recuerda de la enseñanza de Hilel en la Mishná de Avot:

«Deberás ser como los alumnos de Aharón: ama la paz y persigue la paz» (Avot 1:12).

Ocasionalmente, la búsqueda de paz requiere una muestra de amor no convencional. Los cohanim estaban «empapados» de amor – de amor por D’os y su prójimo. El enojo que Iaacov maldijo, fue reemplazado por amor. Es por eso que la tribu de Leví sobresalió. Por otro lado, la tribu de Shimón representaba el más grande fracaso durante los años que pasaron en el desierto. Un testimonio de esto es la bendición final de Moshé a las tribus al final del libro de Devarim. Los conceptos similares a las bendiciones de Iaacov son numerosos, pero la diferencia más impactante entre las bendiciones, está en las palabras finales de Moshé a la tribu de Shimón y Leví. Mientras que Iaacov los atacó, Leví en ese momento recibió una hermosa bendición de parte de Moshé:

«Tus Urim y tus Tumim, para Tu piadoso…» (Devarim 33:8).

Leví fue llamado «piadoso». Por otro lado, Shimón fue la única tribu que no recibió una bendición, ni comentarios de Moshé – sólo silencio. Y es un silencio que habla mucho. El potencial para la grandeza que tenía esta tribu no fue desarrollado. La visión de Iaacov pedía una separación de estas dos tribus, y en verdad, ellas fueron separadas, siguiendo dos caminos diferentes, dos destinos diferentes.

El conflicto de Zimrí y Pinhas sirve como un microcosmos de un gran tema, de dos tribus viajando en dos direcciones distintas, una hacia la grandeza y la otra hacia lo infame. Mucho tiempo antes, Iaacov rezó para que ellas se separen, en función de que cada una encuentre su camino único hacia D’os. Leví encontró el suyo; Shimón no lo encontró. Nosotros vemos en esta parashá que dos personas, en verdad dos tribus, pueden tener las mismas características, pero para alcanzar la grandeza, no ayuda tanto las características con las que se nace, como la manera en la cual usamos estas características.

Parashá Pinhas. 19 TAMUZ 5769 (11 de Julio de 2009)

Comentarios de la Parashá

Degradación

La parashá de esta semana habla del plan de Moab para promover la inmoralidad dentro del Pueblo Judío. Las mujeres moabitas no sólo seducían a los hombres judíos, sino que también los incitaban a rendir culto al ídolo nacional moabita, «Baal Peor». Como resultado de ello, se desató una plaga y murieron 24.000 judíos.

Para comprender la dinámica de esta historia tenemos que mirar la historia de Sodoma y Gomorra, 400 años hacia atrás en el tiempo. Mientras las ciudades estaban siendo devastadas por lluvias de azufre y fuego el sobrino de Abraham, Lot, escapó hacia las montañas con sus dos hijas. Las hijas contemplaron la devastación y asumieron que eran los únicos sobrevivientes en la tierra. Esto convierte a su padre en el único hombre vivo. Por lo tanto, con el fin de propagar la especie humana, ellas mantienen relaciones incestuosas con su padre. Las dos hijas emborrachan a su padre, Lot, y… nueve meses más tarde, cada una de ellas da a luz a un varón. (Génesis 19:30-38)

La hija más joven llamó a su hijo «Ben-Ami», que significa «hijo de mi pueblo». Ella se sentía incómoda con la idea del incesto, y modestamente ocultó el linaje del bebé.

La hija mayor también se sentía incómoda con todo el asunto del incesto, pero lidió con ello de una manera muy diferente. Ella imaginó que al presentar el incesto como una alternativa válida justificaría totalmente su comportamiento, y por lo tanto, ¡no tendría que sentirse culpable! En otras palabras, «¡yo puedo hacer lo que quiero!… ¡¿y quién eres tú para decirme lo contrario?!».

Ella descaradamente llamó a su hijo «Mo-ab», que significa «de mi padre». ¡El nombre del niño representaba el incesto!

* * *

Actos Animales

En la parashá de esta semana, es precisamente el descendiente de este niño, Moab, quien incitará a los hombres judíos a la inmoralidad sexual y a rendir culto al ídolo «Baal Peor».

¿Qué singularidad posee este ídolo? El Talmud (Sanedrín 60b) describe distintos tipos de culto idólatra: Algunos ídolos son servidos ofreciendo sacrificios humanos, otros tirando piedras. Pero el método de servicio a Baal Peor es el más inusual de todos – él es venerado a través de la defecación.

¿Cuál es el significado de este extraño tipo de adoración?

El Talmud dice que los humanos comparten tres funciones primarias con los animales: alimentación, procreación, y la eliminación de residuos.

El enfoque judío de la vida es elevar lo físico mediante la conexión con lo espiritual. Por ejemplo, nosotros santificamos el acto de comer consumiendo solamente comida casher. Santificamos el acto sexual situándolo en el contexto del matrimonio con compromiso y amor. Y santificamos el acto de eliminación de residuos diciendo una bendición para agradecer a Dios por el milagroso funcionamiento del cuerpo humano.

La sociedad secular hace todo lo contrario: El acto de comer es glorificado como un acto de indulgencia física, por ejemplo se hacen concursos de «quién come más». El sexo también es glorificado como un acto de indulgencia física, un objeto utilizado en la publicidad, el cine, y en Internet.

Con esta ideología básica, el hecho de que Moab glorificara el acto físico de defecar no es una gran sorpresa.

* * *

Rompiendo los Límites

Una vez en una visita a Roma, me detuve a ver el antiguo Coliseo. Un guía turístico le estaba hablando a un grupo de americanos. «Esta maravilla de la ingeniería y de la arquitectura tenía capacidad para 50.000 personas», dijo. «El evento principal de cada día era la lucha de los gladiadores. A veces la lucha era hombre contra hombre, a veces era hombre contra bestia. Pero siempre era una lucha hasta la muerte. El Coliseo podía ser llenado con agua para poner en escena batallas navales. El olor de la sangre era tan denso que había unas fuentes gigantes que rociaban perfume en el aire».

En ese preciso momento, un hombre que llevaba un sombrero con una insignia de un equipo de fútbol americano y una camiseta con la imagen de Mike Tyson se dirigió a su amigo que llevaba una camiseta de «Terminator» y le dijo: «¡Wow, que bárbaros!».

Nuestra sociedad cada vez desciende más de nivel y prácticamente no hay límite para este descenso. En los medios de comunicación cuando un artista rompe los límites de lo aceptable, el próximo tiene que llegar aún más lejos. Se convierte en una competencia, y no precisamente en una competencia para ver quien puede elevar más la condición humana, sino para ver quien puede ser el más grosero y atrevido. Esta, también, es una tarea que requiere creatividad, ingenio y habilidad. De esta manera personajes como Madonna, Dennis Rodman, Geraldo Rivera, etc. son ampliamente recompensados por la sociedad con fama y fortuna.

Y por otra parte, ¿quién puede decir que está mal? En una sociedad secular, el disgusto de una persona no es más que el entretenimiento de la otra.

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El Enfoque de Pinjas

En la parashá de esta semana, las mujeres moabitas están seduciendo a los hombres judíos, y se desencadena una plaga. Se trata de una manifestación física de una enfermedad social. Así que un hombre judío, Pinjas, se levanta y le clava su lanza a una pareja de transgresores. Con esto la plaga se detiene, y Dios le otorga a Pinjas el primer «premio de la paz».

Dios atestigua que para esa época y para ese lugar, el enfoque de Pinjas fue correcto. Hoy, por supuesto, se necesita un enfoque mucho más diplomático. Pero la necesidad de reaccionar es la misma siempre.

Pero, ¿qué podemos hacer? Debemos ser un modelo a seguir. Defiende lo que consideras correcto. Ponte firme en tu escuela, en tu barrio, y en tu propia casa. Tienes que estar dispuesto a decir: «Ese comportamiento está mal y está arruinando vidas».

¿Qué sucedería si un culto suicida se trasladara en frente de tu casa? ¿Estarías en contra de ello o acaso le darías tu consentimiento?

Decide de qué lado de la valla te encuentras. Y después haz algo al respecto.

Rab Shraga Simmons.http://www.aishlatino.com

Pinjas es Eliahu

En el principio de nuestra Parashá el Altísimo le concede a Pinjas su recompensa porque “quitó Mi furia de sobre los hijos de Israel al celar por Mi Celo en su seno”. ¿Y cuál fue la recompensa? “He aquí Yo le entrego Mi pacto de paz.”

Literalmente esto significa que Hashem le otorgó el Pacto de la Kehuná- el sacerdocio, y que su descendencia posterior han de ser Kohanim- sacerdotes.

Nuestros Sabios Z”L dicen: “Pinjas es Eliahu”. También Elías, el profeta era un celote como Pinjas, como él mismo dijo4: “Celar he celado para Hashem el Di-s de los Ejércitos”. Incluso se expresó negativamente sobre el pueblo de Israel. Como consecuencia de ello, Hashem le dio el “pacto de paz”, es decir que asuma una actitud benevolente hacia todo judío, que Eliahu ha de venir a cada circuncisión, para que compruebe hasta qué punto los judíos están entregados a Di-s y guardan Su pacto.

“Pacto de paz” alude también a la mancomunión entre el cuerpo y el alma. Esto se vio a las claras con Eliahu el profeta. Su alma no abandonó a su cuerpo, sino que ascendió “con un vendaval” al Cielo con su cuerpo material.

Esta posibilidad de elevarse al Cielo con el cuerpo, era consecuencia de la purificación absoluta de su cuerpo material. Eliahu destiló a su cuerpo a tal medida hasta que el cuerpo dejó de ser un obstáculo frente al espíritu, sino que él mismo se convirtió en un recipiente para la presencia de la santidad espiritual. Debido a eso Eliahu no necesitó morir y ser enterrado, y su cuerpo terrenal pudo elevarse y recibir todas las revelaciones espirituales.

En este punto había una superioridad de Eliahu Hanaví incluso sobre Moshé Rabeinu. Es verdad que también Moshé poseía un cuerpo sagrado y purificado. Su cuerpo era santo desde el mismo instante de su nacimiento, como está dicho, que cuando nació “toda la casa se llenó de luz”, lo que da testimonio de que el cuerpo no obstruía sobre la luz del alma, sino que la luz del alma irrumpía e iluminaba también a través del cuerpo.

Pero a pesar de ello, Moshé falleció y su cuerpo requirió ser enterrado, puesto que la luz del alma no penetró en él en la medida como para generar un cambio de raíz en la materia del cuerpo. Mientras que el alma residía en él, el cuerpo no ocultaba la luz del alma, pero el cuerpo propiamente dicho no logró elevarse de su materialismo. A diferencia de ello, Eliahu purificó su cuerpo totalmente, hasta que el mismo cuerpo se convirtió en un recipiente e instrumento de la santidad y el espíritu.

Esto nos explica por qué es precisamente Eliahu el heraldo que anunciará la redención mesiánica, puesto que esta cualidad especial de Eliahu ha de ser el carácter distintivo la redención- entonces se purificará totalmente la materia de este mundo, hasta que la propia materia será un recipiente e instrumento de la Santidad Divina. Y así está escrito sobre el tiempo de la redención: “Y se revelará la Gloria de Hashem y toda la carne verá”- es decir, la propia carne (materia) ha de ver “que la boca de Hashem habló”.

Este es el sentido más profundo del “pacto de paz” que fue entregado a Pinjas, y contando con esta fuerza si hubiéramos sido merecedores, la entrada a la Tierra de Israel se hubiera convertido de inmediato en la verdadera y completa redención. Pero por cuanto se introdujeron temas indeseables, se retuvo a la redención mesiánica hasta nuestros días. Pero muy pronto ha de llegar el Profeta Elías, el heraldo de la bondad, y anunciará la llegada del Mashíaj Tzidkeinu, quien nos ha de liberar con una redención eterna con la verdadera y completa redención.

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Las Midianitas de cada generación

«Hostigar a los midianitas y derrotadlos, pues ellos os han hostigado con las conspiraciones que han tramado contra vosotros….». (Bamidbar 25:18)

Sabemos como las transgresiones de inmoralidad sexual y de idolatria despiertan la ira Divina. Los midianitas hicieron incurrir en ambas al pueblo de Israel, causando la muerte de miles de judios en una plaga enviada por el Eterno como castigo. De ahi la orden de salir a luchar contra Midian y la siempre vigente mitzva de hostigar, de detestar a los midianitas, implicada en la forma infinitiva del verbo hebreo empleado: Tzaror. Esto significa una constante actitud de rechazo hacia ellos mas que una instruccion de ejecutar una accion en un momento determinado (Rashi).

Or HaHaim explica que el profundo sentido de este precepto no es una simple venganza. Bajo las directivas de Midian, se desperto y fue introducida en el pueblo judio la apetencia por placeres inmorales y un fuerte deseo por las practica de la idolatria. Dichas inclinaciones son muy dificiles de erradicar pues con las pasiones existe siempre el peligro de que reaparezcan.
La forma de tratar con dicho peligro es hacer que el pueblo entienda que lo que ellos consideran un tentador placer es en realidad un enemigo, una amenaza para su misma existencia con la cual hay que mantener un constante espiritu de enemistad.

Recapitulando los hechos, recordemos que al fracasar Bilham en su intento de maldecir a Israel, le propuso a Balak, rey de Moab, perjudicar a los judios arrastrandolos hacia los pecados que mas provocan la ira de Di-s contra ellos: el adulterio y la idolatria. Asi es que los israelitas en el desierto fueron atraidos hacia un mercado midianita, y cuando se interesaban en la mercaderia, mujeres jovenes y atractivas los llamaban desde adentro ofreciendoles un mejor precio. Al entrar en las tiendas, un trago de vino ofrecido por ellas quebraba su muralla moral y de ahi facilmente pasaban a cometer idolatria y pecados sexuales. De inmediato la furia de Di-s se hizo sentir en el pueblo y comenzo la plaga… Esto conmovio profundamente a los israelitas, y a pesar de que se separaron de las incitadoras, aun no encontraban falta en ellas. «Y bueno, asi viven ellos, -se decian- Son liberales. Es su estilo de vida. Nosotros somos distintos, es verdad, pero no teniamos por que dejarnos convencer…». No es asi. Tampoco con las «midianitas» de hoy en dia. No son inocentes. Ellas en realidad tienen malas intenciones y premeditacion: quieren hacer pecar a los hombres de Israel. Por eso los atraen, los entusiasman, conviven con ellos, los convencen para casarse con ellas… y los hacen descender espiritualmente hasta el abismo mas hondo! Ellos se casan, forman familias, contribuyen a incrementar la poblacion de las naciones del mundo e impiden que desciendan al mundo almas judias, cortan la herencia dorada que sus ancestros mantuvieron por milenios transmitiendola de padres a hijos, abandonan el camino de la Tora y, cuando alguien repudia a la que intencionadamente los sedujo, la respuesta es: «No, ella no tiene la culpa. Soy yo quien se enamoro». Viene la Tora y nos dice: «No es como pensais. Ellas os sedujeron e hicieron pecar contra Di-s». No son inocentes. Es mas grave la falta de quien incita al pecado a otra persona que la del que le da muerte directamente. La historia se repite en cada generacion. La asimilacion y los casamientos mixtos han reducido a un tercio la poblacion de nuestro pueblo. Por eso es un deber mantenerse firme en el cumplimiento de cada precepto divino, estudiar la Tora y ser un miembro activo de la comunidad colaborando con sus instituciones. Nadie puede eludir este compromiso.

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Parashá Pinhas. 19 TAMUZ 5769 (11 de Julio de 2009)

Resumen de la Parashá

El Pueblo se encontraba acampando en las llanuras de Moab, junto al río Jordán cerca de Jericó y pronto a conquistar las tierras de Canaán.

Luego de lo acontecido con Pinjás, quien había dado muerte a un israelita y a una midianita en momentos de mantener relaciones prohibidas, la ira del Eterno se aquietó pues ese hecho fue en defensa del honor del Él. Así, el Todopoderoso le dio un pacto de sacerdocio eterno, para él y sus descendientes. El Todopoderoso ordenó guerrear y castigar a los midianitas.

Después de finalizada la plaga que mató a veinticuatro mil miembros de la congregación, el Eterno dijo a Moshé y a Eleazar que llevaran a cabo un censo de los varones de la comunidad de veinte años para arriba capaces de ir al ejército. La cantidad total de hombres para cumplir servicio militar fue de seiscientos siete mil setecientos treinta.

Este censo sirvió como base para dividir la Tierra Prometida entre las tribus y para distribuirla en forma proporcional. Los Leviim censados no fueron incluidos en la división de la tierra.

Ocurrió que se acercaron ante Moshé, Eleazar y los jefes de las tribus, las hijas de Tzelofjad, descendiente de la tribu de Menashé, diciendo que su padre había muerto en el desierto y no había dejado hijos varones sino sólo cinco mujeres, y plantearon que no recibía heredad de su padre, es decir, no recibían porción de tierra. Moshé consultó al Eterno y Éste dictaminó que si una persona no dejaba hijos, su propiedad debía pasar a sus hermanos sobrevivientes o a pariente cercano. De esa manera pasaron tierras a las hijas de Tzelofjad.

El Todopoderoso ordenó a Moshé subir a la montaña de Avarim desde donde vería toda Eretz Israel. Moshé sentía que estaba cerca del fin de sus días y se preocupó sobre quién dirigiría al Pueblo en el futuro. Pidió al Eterno que nombrara a su sucesor y Éste indicó que fuera Yehoshúa a quien Moshé debía imponer en su cargo.

Hashem recordó que el Pueblo debería continuar dando ofrendas al Eterno, siendo los sacrificios diarios de día y de tarde, como los correspondientes a la festividades de Shabat, Rosh Jodesh, Pésaj, Shavuot, Rosh Hashaná, Yom Kipur, Sucot y Sheminí Atzeret, detallando en cada una qué y cómo efectuar la ofrenda.

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