Relato: Una nota en el muro

Había nacido en una vida de privilegios y –como lo ordenaba la época– se rebeló furiosamente cuando tenía diecinueve años.

Vistiéndose con las rasgadas ropas que constituían el uniforme de su generación, Joey Riklis abandonó sus estudios en la universidad, renunció a su trabajo de tiempo parcial, y anunció a su viudo padre que partía para la India en busca de esclarecimiento. Cuando Joey reveló cierto día que había roto con su religión, su padre casi se desmayó.

Adam Riklis era un superviviente del Holocausto. Toda su familia había sido asesinada por los nazis, y él había resistido solo las bárbaras privaciones de tres campos de concentración. Al enterarse que era el único superviviente de su familia, había prometido silenciosamente que la religión por la que sus parientes habían muerto no moriría con él. Aunque muchos supervivientes habían asumido la actitud opuesta, abandonando la religión de su juventud con enojo y dolor, la perspectiva de Adam había sido bastante diferente. Divorciarse de la religión de sus asesinados parientes no sería nada menos que una traición a sus vidas… y muertes.

En Cleveland, Adam se había aferrado con tenacidad a sus tradiciones judías y rituales religiosos, incorporándolos cuidadosamente a la existencia cotidiana de su familia. Había enviado a sus hijos a la escuela integral judía, los llevaba a la sinagoga regularmente, y cuidó que ellos adhirieran estrictamente a la ley religiosa. Estaba orgulloso de haber criado niños religiosos que continuarían el patrimonio de la familia. Pero ahora su propio hijo anunciaba que despreciaba este mismo legado, burlándose de las pérdidas de su familia. Adam podía soportar cualquier cosa menos ésta.
«¡Vete de aquí!», gritó a Joey. «¡Lárgate de mi hogar y nunca vuelvas! No eres mi hijo. Te desheredo de mi corazón, de mi alma, de mi vida. ¡No quiero volver a verte nunca más!»

«Pues bien, tanto mejor», gritó Joey en respuesta, «porque tampoco yo quiero verte a ti nunca más!»

En la India, Joey viajó de gurú en gurú, buscando sabiduría y espiritualidad, respuestas concretas a los escurridizos misterios de la vida. Durante sus viajes, se enganchó con Sará, su acompañante femenina de muchas maneras. También ella buscaba otra senda espiritual. Estaban seguros que tenían «almas gemelas».

Habían estado juntos durante seis años cuando Joey accidentalmente se encontró con un viejo compañero de clase de Cleveland en una esquina de Bombay.
Joey y Sammy se abrazaron felices. «¡Esto es increíble!», se dijeron uno al otro. Estaban intercambiando ansiosamente las historias de sus respectivas aventuras cuando los ojos de Sammy se nublaron y dijo lúgubremente:
«Oye, Joey, realmente me entristeció escuchar lo de tu padre».
«¿Mi papá?», repitió Joey silenciosamente. «¿Qué quieres decir?»
«Oh, Di-s mío, lo siento mucho. Entonces… obviamente no lo sabes».
«¿Saber qué?», preguntó Joey, ahora rígido de miedo.
«Oh, Joey, tu padre murió hace un par de meses. ¿Nadie te lo escribió?»
«Nadie sabía dónde estaba yo», contestó Joey lentamente, golpeado por la noticia. «¿De qué murió?»
«Un ataque al corazón».
«No fue un ataque al corazón», dijo Joey, anegándose sus ojos en lágrimas. «Más probable, con un corazón quebrado, estoy seguro. Y yo soy la causa. Yo lo maté. Yo maté a mi propio padre».
«Joey, no seas ridículo», murmuró Sará, tocándole el hombro con compasión. «¡Tú no tuviste nada que ver con la muerte de tu padre!»
«Sará, estás equivocada», contestó Joey. «¡Yo tuve toda la culpa de la muerte de mi padre!»

Durante varios días después, Joey vivió en un estupor, aturdido de congoja y remordimiento. No podía librarse de su abrumadora certeza de que el dolor que había infligido a su padre habido terminado con su vida. En el fondo de su mente, siempre había esperado una conciliación. De algún modo siempre había estado seguro que algún día tendría lugar una reunión cariñosa. Ahora, nunca podría pedir perdón a su padre, o regresar al cálido abrazo de su amor. Y nunca tendría la posibilidad de poner fin a la distancia, una situación que tan desesperadamente necesitaba.

«Sará», sacudió él su cabeza en duelo unos días después de enterarse de la muerte de su padre. «No puedo seguir así más. La India, ahora, me sabe a cenizas. Sé que pensarás que es extraño, pero debo ir a Israel».
«¡Israel!», dijo Sará con sorpresa, arrugando su nariz en aversión como sólo un rebelde religioso atrincherado podría hacerlo. «¿Por qué quieres ir a Israel?»
«Simplemente siento un impulso, Sará. No puedo explicarlo, pero tengo que ir».
«Está bien, está bien, pues iremos», aceptó ella sin ganas.
Cuando el avión aterrizó, Joey se volvió a Sará y dijo: «Quiero ir a rezar».
«¿Te me estás poniendo raro, Joey?», preguntó ella con falso interés.
«¡Sará, por favor!»
«Bueno, bueno», ella cedió, «así que quieres rezar, bien. ¿Quieres ir a una sinagoga?»
«No, Sará. Quiero ir al Muro de los Lamentos, al Kotel HaMaaraví. Es el único remanente del Primer y Segundo Templo, considerado el sitio más santo de Jerusalén. La gente cree que la presencia de Di-s es más fuerte allí que en cualquier otra parte de Israel. Es donde gente de todo el mundo va a rezar, para pedir a Di-s, para pedir milagros. Lo que quiero hacer es rezar por el perdón de mi padre».
«Bueno», dijo Sará, «vayamos. Pero debo decirte que no gusta la dirección que pareces estar tomando».
«¡Sará!», gritó Joey con angustia. «¿Es que no comprendes?»
«Me parece que comprendo demasiado bien, Joey. Comprendo que tú no eres el mismo Joey que conocí todos estos años. Solías reírte de todo esto conmigo. Y ahora quieres ir a rezar a un muro».
«Mira, Sará, estoy sufriendo. Amaba a mi padre. Está muerto. Siento que yo lo maté. ¿Por qué me haces esto tan difícil?»
Riñeron por una hora, y finalmente decidieron separarse. «Sará, no sé por qué sucede esto», dijo Joey tristemente. «Pensaba que eras mi alma gemela».
«Lo soy», dijo ella suavemente. «Pero nuestras almas simplemente ya no están alineadas. Adiós, Joey».

Acercándose al Muro a pie, Joey miró de lejos los racimos de gente que llenaban la plazoleta. Etíopes con cofias africanas, yemenitas en tradicionales túnicas blancas, norteamericanos en T-shirts y diminutas kipot. Todos venían a apretar sus labios contra las frescas piedras, derramar calientes lágrimas e implorar fervientemente a Di-s con sus solicitudes personales.

Joey se acercó a un guardia de seguridad, uno entre las docenas que circulaban entre la muchedumbre.
«Disculpa», dijo. «¿Puedo conseguir un Libro de Oraciones en algún lugar aquí?»
Silenciosamente, el guardia le señaló en la dirección de un rabino barbado, que dispensaba la parafernalia religiosa –kipot, libros de plegaria, pañuelos de mujer– a los novatos.

Poniéndose una kipá prestada y sujetando un libro de oraciones, Joey caminó hacia una sección del Muro. Observando a los demás y simulando sus movimientos, descansó su cabeza contra la lisa piedra del Muro, tratando de abrazarlo con su brazo para crear una aura de privacidad, y comenzó a rezar silenciosamente. Pensó que las palabras le parecerían ajenas después de todos estos años y que las entonaría balbuceante, pero en cambio éstas fluyeron de él en un arroyo familiar, reconfortante. Cerró los ojos y recordó la entonación de su padre de estas mismas palabras, mientras era transportado de vuelta en la memoria a planos diferentes, al mundo de su juventud.

«Oh, Papá», sollozó. «¡Cuánto deseo poder pedir tu perdón! ¡Cuanto deseo poder contarte cuánto te amé! ¡Cuánto lamento todo el dolor que te ocasioné! No quise lastimarte, Papá. Simplemente trataba de encontrar mi propio camino. Tú lo significaste todo para mí, Papá. Me hubiera gustado poder decírtelo».

Cuando Joey terminó de rezar, se volvió, sin saber qué hacer a continuación. Entonces observó gente a su alrededor garabateando notas e introduciéndolas en las fisuras del Muro. Curioso respecto de qué significaba este comportamiento, se acercó a un joven, y le preguntó: «Discúlpame, ¿por qué tanta gente pone pequeños trozos de papel en las fisuras del Muro?»

«Oh, estos son sus pedidos», contestó el joven, «sus plegarias. Se cree que las piedras son tan santas que los pedidos colocados en ellas serán especialmente bendecidos».
«¿Puedo también yo hacer eso?», preguntó Joey, intrigado.
«Seguro. Pero te lo advierto, ¡ya no es fácil encontrar una fisura vacía!», el joven se rió. «¡Los judíos han estado viniendo aquí durante siglos para clamar a Di-s con sus plegarias!»
Joey escribió: «Querido Padre, te ruego que me perdones el dolor que te ocasioné. Te amé mucho y jamás te olvidaré. Y por favor, sabe que nada que me hayas enseñado fue en vano. No traicionaré las muertes de tu familia. Te lo prometo».

Cuando terminó de escribir la nota, Joey buscó una fisura vacía. El joven no había exagerado. Todas las fisuras del Muro estaban llenas, repletas, desbordando con notas de peticionantes, y le llevó cerca de una hora encontrar un espacio vacío. Pero resultó no estar vacío, después de todo. Cuando deslizó su propia pequeña nota en la fisura, accidentalmente desplazó a otra que ya estaba allí, y ésta cayó al suelo.

«Oh, no, he empujado hacia afuera la nota de otro», pensó Joey, un poco asustado, preguntándose qué debía hacer con ella. Caminó hacia atrás para recuperarla, y sosteniendo el enrollado papel en su palma, comenzó a buscar otro espacio en el cual introducirla. Pero repentinamente, superado por una tremenda curiosidad por leer las palabras del peticionante desconocido, Joey hizo algo característicamente inescrupuloso: Desenrolló la nota abriéndola para examinar su contenido. Y esto es lo que leyó:
«Mi querido hijo Joey, si sucediera alguna vez que vinieras a Israel y de algún modo milagrosamente encontraras esta nota, esto es lo que deseo que sepas: siempre te amé, incluso cuando me lastimaste, y nunca dejaré de amarte. Eres, y siempre serás, mi amado hijo. Y Joey, por favor, sabe que te perdono por todo y sólo espero que a su vez perdones a un viejo hombre necio». La nota estaba firmada: «Adam Riklis, Cleveland, Ohio».

«Señor, ¿está bien? Señor… Señor… La voz sin cuerpo vino de lejos, destrozando el embelesamiento de Joey. No supo cuánto tiempo había estado allí, aturdido, paralizado por la sorpresa, sujetando la nota de su padre en su temblorosa mano, con lágrimas fluyendo en torrente por sus mejillas. Aturdido, se volvió para encarar al joven que le había instruido sobre la escritura de la solicitud minutos atrás.

«Escucha», dijo el hombre cálidamente, pasando un brazo simpático alrededor del hombro de Joey. «No tienes que decírmelo. Será Shabat pronto, ya es casi el crepúsculo. ¿Te gustaría venir a pasarlo conmigo?»

Tres años después, Joey había regresado a su religión y era un estudiante rabínico constante.

«Pienso que es tiempo de que te cases», le dijo el Rabino principal un día. «A mi esposa le gusta jugar de casamentera y dice que tiene a la joven perfecta para ti. Le he contado de ti, y ella dice que está convencida de haber encontrado tu alma gemela. Es alguien como tú, una retornante al judaísmo, que estudia en la escuela de mujeres de mi esposa. ¿Te gustaría encontrarte con ella? Ven a mi casa esta noche para la cena, y ella estará allí».
Esa noche, Joey entró a la casa del Rabino y fue escoltado hasta la sala. Allí, sentada sobre el sofá, estaba ninguna otra que su viejo amor, Sará. Se miraron uno al otro a través de la habitación con sorpresa y temor, y Sará contuvo unas lágrimas.
«¿Cómo… cómo sucedió esto, Sará?», preguntó Joey con aturdida sorpresa.
«Pues bien, después de que nos separamos», dijo Sará, «comencé a vagar por Israel. `Ya estoy aquí, podría ver al menos el país antes de poner dirección a la India´, me dije. Así que comencé a pasear, y pese a todo lo que yo era, comencé a enamorarme del país, de la gente, y… de la religión. Un día alguien me contó de una gran escuela para mujeres, ¡y aquí estoy!»
«Sará, he pensado en ti tan frecuentemente todos estos años…».
«Pues bien, supongo que nuestras almas están alineadas ahora», dijo ella suavemente, mientras se volvía a él con una sonrisa de bienvenida.

de «Milagros», una Colección de Historias Verídicas.
(extraído de la enseñanza semanal, http://www.jabad.org.ar).

http://www.tora.org.ar/

Di-s en Campaña Electoral

Un presidente tiene cuatro años entre elecciones, un miembro del congreso necesita renovar su mandato cada dos años, mientras que los dictadores permanecen a cargo mientras puedan mantener a sus generales felices (o aterrorizados). Pero Di-s se presenta para la reelección todos los años.

Cada Rosh Hashaná, coronamos como rey a Di-s. Según los Cabalistas, sin esta coronación anual (efectuada por nuestra resolución de someternos a la soberanía divina, nuestra recitación de los “versos de reinado” incluidos en los rezos especiales del día, y a través de hacer sonar del shofar), el “reinado” de Di-s no sería renovado, y toda la creación – que deriva del deseo divino de ser rey – dejaría de existir.

(Generalmente no pensamos que los reyes requieran de elecciones para gobernar, pero eso es porque la palabra “rey” es una traducción algo imprecisa de la palabra hebrea melej. El melej, por definición, es un soberano que su reinado deriva del libre deseo del pueblo de elegir un gobernante a quien someterse. Un rey que reina por la fuerza o el terror no es melej sino simplemente un moshel, “gobernante” o “dictador”.)

¿Cómo se prepara Di-s para su reelección anual? ¿Se queda en su “palacio” confiando en nuestro buen sentido de proclamarlo nuevamente rey? ¿O va en busca de voto, mezclándose entre las masas, entre apretones de manos, besando bebés? Así es como Rabi Schneur Zalman de Liadi (1745-1812), describe el mes de Elul – el mes que precede a la coronación divina en Rosh Hashaná:

Es como un rey que, antes de que él entre a la ciudad, la gente de la ciudad sale a saludarlo al campo. Allí, le permiten a quien lo desea conocerlo; él recibe a todos con una cara alegre y les demuestra una cara sonriente. Y cuando entra a la ciudad, lo siguen. Más adelante, sin embargo, después de que él entre en su palacio real, ninguno puede entrar en su presencia excepto con una cita, y solamente la gente especial e individuos preseleccionados. Así pues, también, por analogía, en el mes de Elul es cuando nos reunimos con Di-s en el campo… (Likutei Torá, Ree 32b; vea también Likutei Sijot, vol. II P. 632 FF.)

Mientras que esta descripción tiene una cierta semejanza con un político en campaña en una democracia moderna, hay, por supuesto, algunas diferencias significativas. Por ejemplo, el hecho de que una promesa de campaña de Di-s sea satisfecha es más probable que la de un típico político en campaña.

Cuando entramos en el mes de Elul. El rey está en el campo; si usted necesita algo de él, ahora es el momento de pedir.

http://www.es.chabad.org/

Hablando con Di-s

Cuando pensamos en la palabra «oración», pensamos en nuestras necesidades y peticiones, en una lista sin fin: «Cúrame», ‘»Ilumíname», «Dame riquezas», «Dame Tu redención», «Glorifícame», «Dame Tu perdón».

Quizás tenemos un concepto errado de la oración. Cuando niños pedimos a D’os que satisfaga nuestros deseos así como instamos a nuestros padres a llevarnos a ciertos lugares y comprarnos juguetes: «¡Por favor, papá, llévame a…!, ¡Por favor, mamá, cómprame ese…!, ¡Por favor, D’s, dame este…! » Veamos qué es y ha sido siempre la oración. Nos daremos cuenta entonces que el mandamiento de orar no ha perdido vigencia todavía sino que, por el contrario, sentimos en nuestros días, tal vez, mayor necesidad de sus beneficios que nunca.

¿QUE ES LA ORACIÓN?

La oración no es una lista de peticiones. Es un proceso i ntrospectivo, una clarificación, un proceso en el que uno va descubriendo cada vez más lo que es, lo que debiera ser, y el modo de lograr esa transformación. La Tora expresa esta mandamiento como un «servicio del corazón» (avodat halev) y no de la boca (Taanit2a).

Al ir perfeccionándonos mediante la oración, logramos absorber la bendición del Creador, pero el conquistar estas bendiciones dependerá de cada persona. Unos pueden tener como destino el actuar como «tesoreros» de D’s, o sea, acumular riquezas y distribuirlas para causas nobles; otros, el de dar el ejemplo de no corromperse con riquezas. Otros pueden tener como misión ser un modelo de modestia. Meyer Amshel Rothschild llegó a ser rico porque su destino fue constituirse en banquero de los monarcas y patrón de los pobres, y el Rabino Zusha de Anipoli permaneció entre los menesterosos porque su misión era subsistir con un mendrugo de pan y un plato de porotos, y él siempre dijo: «soy feliz» ¡porque no había pasado nunca un mal día en su vida! Todos ellos recitaron la oración para prosperidad financiera en el «Shemoneh Esré» (oración silenciosa, el más importante de nuestros rezos) y obtuvieron la mejor respuesta que les correspondía.

La sociedad moderna nos ha enseñado que la gente se «agota» si no se detiene nunca para relajarse, compenetrarse y volver a adquirir fuerza interior. ¿Qué nos hace pensar que podremos librar la guerra moral que D’s nos exige sin salimos de las trincheras para volver a adquirir una perspectiva sobre el propósito y estrategia de la batalla? La oración nos da la oportunidad de replegarnos sobre nosotros mismos y obtener así una mayor perspectiva sobre el propósito de nuestras vidas.

FUNCIÓN DE LA ORACIÓN

La palabra hebrea para oración es “tefilá”, un término que nos permite discernir mejor el concepto de plegaria según la Tora. La raíz de tefilá es «pilel» (juzgar, diferenciar, clarificar, decidir). En la vida estamos constantemente separando la evidencia del rumor, la opción válida de especulaciones sin fundamento, el hecho de la fantasía. Este ejercicio, este juicio, se llama pelilá. La palabra pelilim se usa respecto de los jueces que integran una corte rabínica. (Éxodo 21:22), ¿y cuál es la función de una corte sino analizar la evidencia y tomar una decisión? Deducimos como extensión lógica de pilel, la raíz pele que significa una clara separación entre dos cosas. Por lo tanto, la oración es el anhelo del alma por definir qué importa realmente e ignorar trivialidades que frecuentemente pasan por esenciales (Sidur Avodat HaLev).

La gente siempre pone en duda la necesidad de orar, ¿no conoce D’s acaso nuestras necesidades sin tener que recordárselas?

Claro que sí, y mejor que nosotros mismos. Si la oración sólo tuviese como propósito informar a D’s sobre nuestros deseos y carencias, no sería necesaria. Su finalidad es elevar el nivel de aquellos que imploran, ayudándolos a desarrollar verdaderas percepciones de la vida, para poder así merecer Su bendición.

Esta es la función de la tefilá (oración); es un proceso en que se aprende a evaluar y a tomar decisiones. El verbo hebreo para orar es hitpalel, una palabra refleja, que indica que el sujeto actúa sobre sí mismo. La oración es un proceso de autoevaluación, auto discernimiento; un proceso que nos permite retraernos del tumulto de la vida hacia un pequeño rincón de verdad, y reforzar los lazos que nos unen al propósito de la vida.

PETICIÓN DE D’S

El Talmud nos cuenta que cuando el Rabino Yishmael Kohén Gadol, (Gran Sacerdote) estaba en el Sanctosanctórum un Yom Klpur, D’s le pidió una bendición. El Rabino le contestó:

«Sea Voluntad delante de Ti, Señor, para que Tu Misericordia conquiste Tu Ira y Tus Piedades prevalezcan sobre Tu justicia estricta. Condúcete con Tus hijos con Misericordia y júzgalos con indulgencia». (Berajot 7a)

Este trozo es asombroso, tanto por lo que dice como por lo que no dice ¿Por qué necesitaba D’s la bendición del Rabino Yishmael?

¿Por qué el Rabino Yishmael no obedeció y bendijo a D’s? ¿Cómo la petición de que D’s trate a Israel con bondad puede conformar una bendición al Creador? ¿Qué damos a D’s cuando lo bendecimos?

Rashbá (Rabbí Shelomo Ben Addéret) (Teshuvot 5:51) deriva de palabra «beraja» (bendición) de «bereja» (manantial). Un manantial corre constantemente y sus aguas crecen. Cuando bendecimos a D’s, estamos expresando nuestra esperanza de continuar haciendo crecer algo, ¿pero qué cosa? D’s mismo es infinito, sin comienzo ni fin; no podemos y no nos atreveríamos ni siquiera a sugerir que El pueda seguir creciendo.

Aunque es cierto que el hombre no puede captar ni en lo más mínimo la esencia de D’s, podemos sin embargo percibirlo cuando se acerca a nosotros. Nuestra próspera sociedad lo «ve» como el D’s Beneficiente; el individuo acongojado sufre con Su juicio; el erudito de la Tora se estremece con Su sabiduría. O el hombre puede ser tan tonto como para pensar que el poder viene del cañón de un fusil y la prosperidad de los filos de una segadora.

Cuando rogamos por un «crecimiento» en D’s, estamos implorando que se acerque más a nosotros, que se nos revele. Estamos pidiéndole una mayor Presencia en nuestro mundo, de tal manera que toda la humanidad pueda reconocerlo. Es imposible bendecir a D’s en el sentido de proporcionarle mayor esencia puesto que El es Infinito. Pero, por otra parte, es factible que D’s tenga una mayor presencia en nuestro mundo y por lo tanto, que el hombre logre conocerlo mejor. Y esta es la finalidad de nuestras plegarias. El grado de revelación de D’s en el universo depende de la capacidad espiritual de Israel de recibiría. Cuando Israel estuvo en su apogeo, D’s se reveló en el Monte Sinaí, con un esplendor sin precedente; cuando Israel cayó en el exilio y en la confusión espiritual, permaneció tan oculto que Israel se preguntó si aún éramos la nación de D’s. Oramos para que nuestro nivel espiritual se eleve hasta alcanzar un grado en que merezcamos tener ante nosotros a D’s con todo Su poder y grandeza.

En este sentido, el Rabino Yishmael Kohén Gadol dio a D’s su bendición máxima. Tener éxito en nuestra oración es permitir a D’s aproximarse más a Israel. El Rabino Yishmael deseó que las plegarias tuviesen ese resultado – aumentar la presencia de D’s entre nosotros. Era entonces la bendición perfecta. (Néfesh Hajaim).

ORACIÓN HABLADA

Tefilá es una función únicamente humana, porque combina la inteligencia e imaginación del hombre con su habilidad para transformar conceptos en palabras. La capacidad para poder emitir un habla inteligente distingue al hombre de los animales. La Tora nos dice que D’s introdujo un hálito de vida en Adán y el hombre se convirtió en un ser viviente (Génesis 2:7). Onkelós -autor de la versión aramea del Pentateuco- dice: el hombre se convirtió en un espíritu hablante. Onkelós parece igualar el habla con la vida.

Puesto que, como hemos visto anteriormente, la oración es el anhelo más profundo del alma, debe expresarse de la forma más representativa para la mente humana por medio del habla inteligente. El hecho de que tefilá requiera una clara enunciación de la palabras se deriva de la oración de Janná -profetisa judía que vivió hace 2879 años- (I Samuel 1:15). Los Sabios consideran su devoción y la expresión de su aflicción como el compendio mismo de la grandeza de la oración. Vaciaba su corazón en silencio, los demás no escuchaban su voz pero sus labios se movían. Aprendimos de sus oraciones que el Shemoné Esré debe decirse en silencio. Sin embargo, incluso la oración silenciosa debe ser hablada, porque esto simboliza el mayor grado de elevación del alma humana (Netivot Olam).

Partiendo del origen de Shemoné Esré podemos llegar a una gran conclusión sobre su significado. No es una oración particularmente larga – sólo dieciocho bendiciones en su formulación inicial más una que se agregó posteriormente – y sólo unos cientos de palabras juntas. Tampoco es un tema misterioso; fue hecha en un hebreo simple y rústico de manera que pudiese dominarse fácilmente su contenido. Y sin embargo, el Shemoné Esré fue compuesto por uno de los cuerpos rabínicos más ilustres de la historia, el Anshé Kenesset Haguedolá (los hombres de la Gran Asamblea), S.IV A.E.C. que guió espiritualmente a Israel al inicio de la era del Segundo Templo. Esta Asamblea estaba integrada por ciento veinte sabios, incluyendo a muchos profetas. Israel poseía sin duda una gran cantidad de buenos poetas y escritores. ¿No podía acaso habérsele pedido a alguno que compusiese las oraciones necesarias? ¿Tenía acaso que asumir esta tarea el máximo cuerpo religioso y legislativo de la nación?

Por supuesto que sí. Cada sílaba y cada palabra tienen miles de efectos inimaginables. Incluso las interpretaciones místicas de Rabbí Isaac Lurya Z»L (ARIZ»L) -el Gran Cabalista, S. XVI, Safed- quien dio a conocer muchas de las intenciones Cabalísticas que aparecen dentro del texto de la tefilá, apenas si logró captar una ínfima parte de los tantos significados en que pensaron los Hombres de la Gran Asamblea. Cada palabra del Shemoné Esré, es esencial, tanto por separado como por dentro del contexto de la plegaria en sí. Su contenido era tan profundo y sus efectos tan metafísicos y extraordinarios, que no podía atribuirse a poetas sino sólo a profetas. Tratemos de comprender por qué.

LA LENGUA SAGRADA

El hecho de que la oración sea «el habla del alma», que represente al hombre en la cumbre de sus aspiraciones para elevarse a niveles mayores, nos ayuda a comprender por qué el hebreo es la lengua de las plegarias. Es cierto que los Sabios permiten que se rece en cualquier idioma (Sota 33a), pero no es algo generalizado, ni iguala el hebreo, nuestra lengua sagrada, con otros idiomas. Las autoridades Halájicas desaprueban la oración en otros idiomas (ver «Mishná Berurá» y «Aroj Hashulján» a Oraj Jaim -Cap. 62 a 101). El Rambán -Rabbí Moshé Bar Najmán S. XII. España- (Éxodo 30.13) muestra que el hebreo es la lengua que D’s usó al crear el universo y la lengua de la profecía. Es por ello, explica, que se la llama nuestra Lengua Sagrada. Esto nos hace ver por qué los rezos adquieren mayor santidad cuando se dicen en hebreo. Los comentaristas sostienen que ninguna traducción puede captar todos los matices de la oración, ni las palabras proféticas de D’s, ni las composiciones sagradas de los Hombres de la Gran Asamblea y sus grandes sucesores a través de los tiempos.

Pero esto va aún más allá. Si uno reza en otro idioma no está cumpliendo con su obligación a menos que comprenda lo que está diciendo; sin embargo, si ora en hebreo, está cumpliendo con su obligación aunque no entienda las palabras (Ver Beur Halajá Oraj Jaim 62). ¿Por qué? Lashón Hakodesh (la lengua sagrada) tiene virtudes que trascienden el hecho de ser simplemente el lenguaje original de las oraciones.

Al referirse a la santidad original del Aleph-Bef (alfabeto hebreo) HaJyDa -siglas de Rabbí Jayyim Yoseph David Azulay. S. XVI- responde a una pregunta que nos deja bastante perplejos. ¿Por qué debemos pronunciar las oraciones? ¿No sabe D’s acaso qué hay en nuestros corazones? ¿No sería mayor santificación de Su Nombre si El cumpliera los deseos tácitos (no hablados) de los hombres? HaJyDa explicó que las combinaciones de las letras -así como las formularon aquellos maestros que compusieron las oraciones- tienen el poder de hacer surgir fuerzas que sobrepasan nuestra imaginación. Así, pueden crearse nuevos alcances espirituales por medio de la expresión verbal de los seres humanos. Para lograrlo debemos articular las oraciones. («Shem Hagedolim», artículo sobre el Rabino Yitzjak de Ako).

Se aplica la misma explicación al lenguaje de la oración. Los Hombres de la Gran Asamblea tenían la habilidad y capacidad de combinar letras, versos e ideas de tal forma que abrían las puertas del cielo. Su composición de la Tefilá es equivalente a un acto de creación; es por eso que es tan importante no desviarse de su lengua y de su formulación. Esto no tiene como intención menoscabar la importancia de la comprensión y emoción que se experimenta en esos momentos. Los mismos Sabios aprueban la oración en la lengua que uno comprende, y es sin duda mucho más valiosa una oración bien entendida que una plegaria en que se articulan sonidos sin entenderlos. Pero esto no disminuye en absoluto la importancia de rezar en nuestra lengua sagrada; sólo recalca la responsabilidad que tenemos de comprender las oraciones en su forma original más sagrada.

ORACIÓN PLURAL

Cuando el Rav Yishmael Kohén Gadol bendijo a D’s, le pidió que todo el pueblo de Israel gozara de Su misericordia.

La naturaleza plural de su oración se refleja en todas nuestras súplicas, principalmente en Shemoné Esré, en el que imploramos por todos y no sólo por el individuo que reza y sus seres queridos.

Cuando oramos en plural estamos en nuestro punto más sublime de oración porque sólo rezando por el bien de Israel y del mundo entero podemos lograr plenamente que D’s otorgue Su beneficencia a toda Su creación. Incluso, cuando imploramos por necesidades personales las incluimos dentro de una petición general.

Pueden romperse nuestros corazones por enfermedad o pobreza, pero queremos que todo Israel prospere y tenga buena salud. Y si debemos orar por nosotros, hagámoslo con la esperanza de que nuestro beneficio servirá para engrandecer la Gloria del creador, no la nuestra. Esto no significa que debamos menospreciar la oración del individuo solitario que reza por su esposa, su hijo, sus cuentas o por sí mismo. Alguien que está en los primeros peldaños de una escalera imaginaria para llegar al cielo no debe sentirse avergonzado porque la meta parezca muy lejana. Dejemos que se sienta más bien orgulloso y agradecido por haber cortado los lazos del poder terrenal y por haber elevado sus miras.

¿Tiene el hombre moderno menos necesidad de orar porque ha logrado controlar su medio ambiente? No, por el contrario. Debido a que se ha tornado tan poderoso, el hombre pierde de vista el hecho de que la obtención de tanto poder obedece exclusivamente al deseo de D’s. La oración es un don de D’s para ayudarnos a captar fragmentos de verdad que nos permitan comprendernos y entender nuestro rol en el mundo, y así posibilitar el cumplimiento de Su deseo de beneficiar al hombre. Bendigamos a D’s como lo hizo el Rav Yishmael Kohén Gadol, creando las condiciones que Le permitan colmar a Sus criaturas de bendiciones.

El primer paso para conocer a fondo la Tefilá es estudiarla y aprender el significado de sus palabras. Una persona no debe sentirse avergonzada porque no sabe reza como judío, pues siempre tiene la oportunidad de aprender a hacerlo.

REFLEXIONADO (VIII).¿Como Estar Cerca de D-os

«Karov Hashem lejol koreav, lejol asher ikrauhu beemet»

«Cercano está D’os a todos los que lo llaman, a todos los que lo llamen con verdad»
(Tehilim -Salmos- 145:18)

Antes que nada, debemos entender qué significa estar cerca de D’os. Una persona que reza, está cerca de D’os de una manera sinigual. Él está en contacto directo con D’os todo tiempo que reza, en cualquier idioma que lo haga, y en cualquier lugar y estado que se encuentre.

El gran sabio Maimónides (Rabí Moshé Ben Maimón – Rambam, 1135 – 1204) nos explica en su libro «Moré Nevujim» (Guía de los Perplejos):

«el rezo es una acción que a través de ella, se afianza en nosotros la visión verdadera (de las cosas), es decir, nuestro conocimiento de que Él conoce nuestra situación y en Sus manos está el poder para hacer con nosotros el bien – si le haremos caso, o causar nuestra perdición – si nos reveláramos, y además el rezo nos enseña que no debemos pensar que (las cosas) pasan por casualidad y sin motivo·» (parte lll, cap. 36).

La tefilá es la escalera más accesible y cercana al corazón de la persona para acercarnos al Creador. Es como un «sulam mutzav artza veroshó maguía hashamaima – una escalera que está asentada en la tierra y su extremo llega al cielo» (parafraseando a Bereshit 28:12).

Cuando la persona – un ser de carne y hueso – recita su plegaria delante de D’os, entregándose completamente a su Creador, ella eleva todo su ser, es decir su cuerpo y su alma, para unirse a Él.

Por otro lado, debemos entender que la persona que se encuentra en un nivel espiritual alto, está por lo general, lejos de todo lo material. Sus necesidades son menores y se contenta con poco.

Nos enseña la Mishná (Avot 4:1): «Ézehu ashir? Hasameaj bejelkó – ¿Quién es rico? El que está contento con lo que posee». Su nivel espiritual le permite contentarse con lo que tiene, no tiene la necesidad de incrementar sus bienes materiales. Ella se comporta de la misma manera que Iaacov Avinu, quien sólo le pidió a D’os: «léjem leejol ubegued lilbosh – pan para comer y ropa para vestir» (Bereshit 28:20).

Cuando Itzjak Avinu se disponía a bendecir a Iaacov (pensando que era Esav) dice la Torá que él pensó: «hakol, kol Iaacov; vehaiadaim, iedé Esav – La voz, es la voz de Iaacov; mas las manos, son las manos de Esav» (Bereshit 27:22). Nuestro patriarca Iaacov, quien fue llamado posteriormente Israel, poseía una cualidad en especial: el emet – la verdad. Ésta es la verdad a la cual el rey David hace referencia en el versículo que recordamos al comienzo: «Karov Hashem lejol koreav, lejol asher ikrauhu beemet – Cercano está D’os a todos los que lo llaman, a todos los que lo llamen con verdad». El rey David nos enseña que esta verdad debe ser la base de nuestra plegaria. Y esta verdad es la «voz de Iaacov», el rezo; la única arma que tiene el judío.

Cuando Esav y sus descendientes y el resto de las naciones salen a la guerra, lo hacen pertrechados con todas las armas que tienen a su disposición, mientras que el pueblo de Israel sale a la guerra armado únicamente con sus plegarias.

De la misma manera que un arquero estira la cuerda de su arco dándole la máxima tensión para lanzar su flecha más lejos y con mayor fuerza, asimismo mientras más acerque el judío «su flecha» (la tefilá) a su corazón, más lejos llegará y más se acercará al Creador.

Para poder entender nuestra tefilá debemos definir nuestra relación con el Todopoderoso, ya que a Él van dirigidas nuestras plegarias y nuestras alabanzas. Nuestra obligación de conocerLo, amarLo y rezarLe sólo a Él se puede explicar estudiando las seis mitzvot temidiot (los seis preceptos atemporales).

Hay seis mitzvot que el judío está obligado a cumplir en todo momento y en toda circunstancia. Estos seis mandamientos son los siguientes:

1) Creer que hay un solo D’os en el Universo, Quien creó toda la creación y mediante Su voluntad decide todo lo que sucede ahora. Creer que Él es, fue y será por siempre; y creer que Él nos liberó de la esclavitud de Egipto y nos entregó la Torá.

2) No creer en ninguna deidad y sólo creer en Él. Aquel que acepta que el Santo – Bendito es Él, gobierna sobre todo lo creado, pero piensa que para algunas cosas entregó Su gobierno a un ángel o estrella, está aceptando la idolatría y está transgrediendo uno de los diez mandamientos («No tendrás otros dioses…»). Debe creer que únicamente el Santo – Bendito es Él supervisa todos los mundos y ninguna creación tiene la fuerza de hacer algo sin Su voluntad.

3) Creer en Su unicidad. Debemos saber que Él, que crea todo de acuerdo con Su voluntad y es Quien supervisa todos los mundos, es Único y no hay otros dioses que gobiernan junto a Él.

4) Amar a D’os, Bendito Sea. ¿Y cómo se llega a amarlo? A través del estudio de la Torá conocerá Su infinita grandeza. La persona debe tener como objetivo amar a D’os, y todos sus pensamientos y acciones lo deben llevar a lograr ese objetivo. Ella siempre debe esforzarse para adquirir la sabiduría de la Torá y así poder llegar al conocimiento de D’os.

5) Ser temeroso de D’os, Bendito es Él. El hombre que tiene la posibilidad de cometer alguna transgresión debe pensar que D’os supervisa todas sus acciones y le hará pagar por todas sus malas acciones.

6) No dejarse llevar por las inclinaciones del corazón y por visiones prohibidas, como nos enseña la Torá: «Veló taturu ajaré levavjem veajaré enejem – y no os desviaréis en pos de vuestro corazón y en pos de vuestros ojos» (Bamidbar 15:39). Ésto también se aplica a todo tipo de pensamientos ajenos a las enseñanzas de la Torá.

Solamente quien está conectado todo el tiempo con D’os puede sentirse que está cercano a Él. El cumplimiento constante y permanente de estas seis mitzvot que no requieren un tiempo o una situación determinada para ser cumplidas es una herramienta fundamental para acercar nuestros pensamientos a la Fuente de la Vida.

De esta manera, acercándonos a D’os con verdad, realmente podremos decir que sabemos cómo estar cerca de D’os.

Sea Su voluntad escuchar las plegarias de todo Su pueblo, Israel. Amén.

REFLEXIONADO (VIII).¿Por qué ser judío?

LIBERTAD DE CULTO…. ¿ASIMILACION?

Durante miles de años, los judíos jamás siquiera pensaron en hacerse la pregunta de «¿por qué ser judío?» Era algo incuestionable. Era considerado un privilegio tal ser judío que a la gente no se le habría nunca pasado por la mente algo semejante. No importaba cuánto hubiesen sufrido los judíos por su identidad, se apegaban a su carácter judío como si sólo eso valiese la pena en la vida. Incluso los judíos más simples preferían morir antes que renunciar a su identidad judía.

Hoy en día, sin embargo, ha habido un cambio radical en la situación. En la mayoría de los países los judíos ya no son perseguidos y pueden practicar el judaísmo a su parecer, una libertad que se nos ha permitido sólo en algunas ocasiones en los últimos 2000 años. Sin embargo, muchos judíos no ven la necesidad de ser judío. Adoptan voluntariamente otras religiones y culturas, abandonando una religión y cultura por las cuales sus antepasados hubieran dado la vida. Veamos algunos ejemplos. «Los judíos paro Jesús» y los «judíos mesiánicos» son actualmente organizaciones que han ido expandiéndose y ramificándose a todos los países del mundo. A ella pertenecen judíos que han renunciado al judaísmo para convertirse al cristianismo. En muchas comunidades, la cantidad de judíos existentes en esa organización ha alcanzado niveles epidémicos. Los Haré Krishna son otro ejemplo. A principios de los años 80, la secta de los Haré Krishna era llevada por un cuerpo de diez hombres, de los cuales siete eran «antiguos» judíos. Haré Krishna es una religión al estilo occidental basada en el hinduismo, y pareciera que una cantidad impresionante de judíos está adoptando sus preceptos.

Para colmo, tenemos el síndrome de los matrimonios mixtos que se ha convertido en una verdadera plaga. En Latino América, más de la mitad de los judíos se casa fuera de su fe, y en los Estados Unidos, el porcentaje es similar.

¿Qué ha pasado con el pueblo judío para que se produzca una situación como ésta? ¿O simplemente, por qué debiera una persona detener esa ola de asimilación y mantener fuerte y persistente su consagración como judío? Es decir, ¿por qué debiéramos ser judíos?

En realidad, existen dos tipos de judíos: los judíos de «nacimiento» y los judíos «por elección». Este último nace judío pero busca ampliar esa realidad biológica a algo más significativo. Al buscar un mayor significado en su identidad judía se convierte en un judío por elección y no sólo de nacimiento. Por lo tanto, el primer paso para seguir siendo judío es transformarse en un judío por elección y dar un cierto significado a nuestra identidad judía.

Muchos judíos intentan encontrar ese significado en la cultura judía y no a través del judaísmo. Después de todo, tenemos una de las culturas más ricas del mundo, nuestra propia tierra (Israel), nuestro propio idioma (el hebreo y en algunos casos el yiddish), y muchas comidas excelentes (guefilte fish, sopa de pollo, etc.).

También tenemos a muchas grandes figuras de las cuales podemos sentirnos orgullosos, partiendo por el gran Abraham, pasando por Moisés, Maimónides, y concluyendo con Einstein y Freud (aunque podríamos no concordar con sus pensamientos).

Sin embargo, si damos un paso en la historia, vemos que la cultura no es suficiente para mantener la identidad judía. Tomemos por ejemplo, la situación siguiente: llega a Chile un brasileño, tres generaciones atrás. En la primera generación, habla portugués y observa todas las costumbres de su país. En la segunda, los niños sólo observan algunas de las tradiciones y el portugués ha sido reemplazado por el español. En la tercera, los nietos podrían incluso ni siquiera saber que son de descendencia brasilera, Es decir, toda huella de la cultura brasilera ha sido borrada en sólo tres generaciones. Sucede lo mismo con aquellos judíos que tratan de justificar su identidad a través de la cultura. En la época griega, los judíos helenizados intentaron conservar la esencia cultural de su identidad judía y fueron completamente absorbidos por la sociedad no judía. Está sucediendo lo mismo en los Estados Unidos con aquellos judíos que basan su identidad en la cultura y, lamentablemente también en Latino América.

IDENTIDAD A TRAVÉS DE LOS VALORES

La cultura no es ciertamente suficiente para justificar y mantener nuestra identidad judía. Sólo cuando nuestro carácter judío representa un conjunto de valores es posible justificar el deseo de querer seguir siendo judío. La cultura es algo superficial que se desmorona con sólo un pequeño golpe, mientras que los valores se arraigan y es mucho más difícil desecharlos. Sólo si poseemos un concepto de moralidad judía podremos profundizar nuestra existencia como judíos. Pero la pregunta es ¿dónde encontrar ese conjunto de valores verdaderamente judíos que sean únicamente nuestros?

Hay, por supuesto, una sola respuesta: la Torá. De hecho, la palabra «judío» en si se originó hace mucho tiempo atrás con el descubrimiento de una nueva religión llamada Judaísmo. Por lo tanto, separar la identidad judía del judaísmo es como dejar una planta sin su raíz. La Torá es la única expresión existente de valores verdaderamente judíos. Todos los demás documentos filosóficos judíos son sólo intentos de algunos pensadores judíos para adaptar o reformar un pensamiento no judío. Kafka, Spinoza y Freud fueron judíos con un discernimiento filosófico brillante, pero quedaron dentro de los límites de la filosofía no judía y de la economía. Sólo nuestra Torá representa un sistema judío de moralidad sin influencia no judía. Por lo tanto, si buscamos un sistema de valores verdaderamente judío, debemos comenzar por examinar la Torá.

El código moral de la Torá ha sido aceptado tantas veces universalmente que ni siquiera sabemos que esos principios tienen su fuente en la Torá. Tomemos, por ejemplo, el concepto de «libertad de elección». Antes de que se nos entregara la Torá, el hombre no tenía claro este concepto en su mente. Casi todos en el mundo pensaban que el hombre era controlado por las fuerzas del destino o «los dioses». Es decir, la humanidad creía en la predestinación. Pero después de que la Torá proclamó que el hombre era libre de elegir su propia moralidad, el mundo entero aceptó el principio de la libre elección. Este es el fundamento de todo sistema legal en el mundo actual (es decir, el concepto de culpabilidad individual), probando así la inmensa influencia de la Torá en el pensamiento de la humanidad.

La existencia de D’s es otro de los principios que tiene su origen en la Torá. Antes de que recibiéramos la Torá, no existía ningún otro documento que proporcionara una visión monoteísta de D’s. De hecho, el cristianismo e Islam fueron creados en base a este principio que se nos reveló en la Torá, Hoy en día, más de la mitad del mundo cree en lo existencia de D’s. ¿Quién hubiese pensado que ese concepto proviene de la Torá?

Otros de los conceptos de origen claramente judío es «ama a tu prójimo como a ti mismo». El mundo no judío ha denominado este principio, «lo Regla de Oro», y se ha atribuido su mérito, pero en verdad, se originó en nuestra Torá. «Ama a tu prójimo como a ti mismo» es el fundamento de la bondad humana y de los buenos modales, y ha contribuido más que cualquier otro principio filosófico a hacer del mundo en que vivimos un lugar más civilizado.

Lo llegada del Mesías es otro de los conceptos que se nos reveló en la Torá. Todos las religiones del mundo tienen algún tipo de concepto mesiánico y, nuevamente, su fuente es nuestra Torá. Existe un sin número de otros principios morales cuyo origen es la Torá y que ha sido aceptado casi universalmente. Pero pasemos a nuestro punto siguiente.

Vemos entonces que la Torá es un profundo sistema de valores y moralidad, cuya influencia en la humanidad ha sido inmensa. De hecho, no veo ningún otro sistema de valores que haya aportado tantas ideas nuevas al mundo y que haya ganado aceptación casi universal. El Cristianismo y el Islam contienen muy pocos conceptos nuevos, y éstos han sido siempre tema de controversia. La filosofía griega está prácticamente obsoleta, e incluso los liberales ya no toman muy en serio el liberalismo. La Torá es la única que parece haber perdurado para que muchos de sus principios fuesen aún aceptados 3.500 años después.

Es sólo a través de este sistema de valores de la Torá que podemos mantener nuestra identidad judía. Cuando el ser judío representa una forma de vida que se ha mantenido intacta durante 3.500 años, quiere decir que poseemos una fuerza que no se desintegrará jamás. Cuando el ser judío representa un sistema de valores que causa envidia en el mundo, tenemos un fundamento que debemos defender. Cuando tenemos un código moral que grita fuerte «¡justicia!» en un mundo cada vez más corrupto, vale entonces la pena luchar por nuestros principios.

Pero muchos judíos se preguntan hoy en día, «¿por qué ser judíos?», porque se están alejando cada vez más de nuestros verdaderos valores judíos. Mientras más olvidamos la belleza de nuestra Torá, más grande será el vacío en nuestra identidad. Mientras más cultural sea nuestra identidad judía, más nos parecerá ser una carga. Al ser judíos por cultura, nos convertimos en «judíos de nacimiento» y comenzamos a renunciar al titulo de «judíos por elección».

El Talmud nos hace la siguiente pregunta, con una connotación fascinante:

«¿Qué es más importante, aprender Torá o hacer buenas acciones?» (Tratado Bavá Kammá).

¡Todos, por supuesto, contestaríamos que poseer buenas acciones es mucho más importante! Sin embargo, el Talmud, como de costumbre, nos contesta lo contrario. El aprendizaje de la Torá es más importante, porque nos motiva a realizar buenas acciones. A todos nos gustaría en verdad dar un mayor significado a nuestra identidad judía y llevar una vida mejor. El estudio de la Torá nos ayuda y da la motivación necesaria para alcanzar esa meta, y nos permite descubrir un conjunto de valores judíos y moralidad único que justifica mil veces nuestra identidad judía.

Tratemos de conocer nuestra maravillosa Torá. Nuestras puertas están siempre abiertas y ofrecemos una educación judía auténtica, basada en los principios de nuestra Torá

La clave de lo supervivencia del pueblo judío es que la gente comience a tener un mayor conocimiento del judaísmo. Una persona no necesita ser religiosa para empezar, y no debe sentirse avergonzada por lo poco que sabe acerca del judaísmo. Lo más importante es tener un corazón sincero y desear perseguir inexorablemente la verdad. Así, encontraremos ciertamente la respuesta al «por qué ser judío,»

Por. Rav Shlomó Wiener
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REFLEXIONADO (VII).El Significado de la Vida

Por los últimos dos mil años, los judíos de la diáspora han tenido muchas oportunidades para expresar su coraje y dar todo por sus creencias judías. Consideren a Natán Sharansky – una persona que estuvo dispuesto a pasar años de tortura física y psicológica por seguir siendo judío.

Los párrafos de la historia judía están llenos de miles de Sharanskys. Ya sea durante la inquisición, las cruzadas, los pogroms y otras persecuciones y expulsiones – los judíos han dado su vida por el judaísmo.

Para la mentalidad occidental “sacrificar la vida por una creencia” suena como una acción por demás drástica! ¿Tiene lógica alguna lo que nuestros antepasados hicieron? ¿De dónde sacaron la fuerza para dar su vida en lugar de aceptar otra religión?

Rabí Akivá y el Shemá

Una de las leyendas que más inspiran en el judaísmo es la de Rabí Akivá. A pesar de que empezó a estudiar el alef-bet (abecedario) a los cuarenta años de edad, fue tal su aplicación en el estudio que se convirtió en el sabio más grande de los tiempos del Talmud.

En el siglo I los romanos trataron de eliminar al judaísmo y decretaron leyes que prohibían el estudio de la Torá. Para defender a nuestro pueblo y nuestra cultura Rabí Akivá reunió a todos sus discípulos y les enseñó Torá.

Los romanos arrestaron a Rabí Akivá y lo ejecutaron brutalmente arrancándole la piel de su cuerpo por medio de peines de acero.

Mientras era torturado, Rabí Akivá alegremente recitaba el Shemá: “Escucha Israel, El Señor es nuestro D-os, el Señor es Uno”.

Sus estudiantes exclamaron: “Rabino, ¿no sólo debemos dar nuestra vida por el honor de D-os, sino que debemos hacerlo con alegría?”.

Contestó Rabí Akivá: “Toda mi vida luché para poder santificar el Nombre de D-os incluso con mi propia vida y ahora que tengo la oportunidad, con felicidad lo hago”.

¿Fue Rabí Akivá un superhombre? ¿Cómo puede ser que esta «oportunidad» le dio tal placer que oscureció por completo la agonía de la muerte?!.

El Verdadero Placer

Un fundamento básico en el judaísmo es que no hay nada que un ser humano pueda hacer por D-os. D-os no tiene necesidades y al mismo tiempo nos da todo: agua, aire, comida, sol. Nos da la Torá como las instrucciones para poder sacarle el mejor provecho a la vida.

En el Shemá Israel, estamos ordenados amar a D-os «bejol nafshejá» – con toda nuestra alma. Tienes que estar dispuesto a sacrificar tu vida antes de negar a D-os.

Si las mitzvot son para nuestro beneficio… ¿cómo es que esto puede ser placentero para nosotros?

Porque nos brinda claridad y compromiso. Si puedes percibir algo tan importante, que estarías dispuesto a sacrificar tu propia vida por ello, entonces tu vida tiene un peso, un propósito y una dirección. Hasta que no sepas por lo que estás dispuesto a morir, no has empezado a vivir.

Los placeres materiales son necesarios aunque no se pueden comparar con placeres mayores como lo son el amor y el significado de la vida. Imagínate que te ofrecen 10 millones de dólares por uno de tus hijos. Después de rechazar la oferta, estarías impresionado del precioso valor de ese niño! Puede ser que siempre hayas sabido su valor en un plano intelectual, pero ahora se convierte en algo real para ti.

Similarmente, cuando has encontrado una causa tan elevada que estarías dispuesto a dar tu vida por ella, cuando realmente vives por ella, lo haces con una fuerza y un placer desmesurado.

Este es el secreto del heroísmo judío. Esta es la razón por la cual tantos judíos a través de la historia han sacrificado sus vidas por aquello en lo que creían. Porque morir por D-os es un placer mayor… que vivir sin Él.

Vive Por Aquello Que Estás Dispuesto a Morir

Una vez conocí a una persona que vivía con este principio.

Zeev vivía en Israel cuando los británicos estaban en el poder. Él era miembro de un movimiento de liberación clandestino judío, cuyo objetivo era echar a los ingleses.

Durante los cuatro años en los que Zeev estuvo en este movimiento, él estaba alejado de su familia y sus amigos – forzado a trabajar como un trabajador interino sin tener la posibilidad de hablar a casa. Cada día caminaba por las calles, prestando mucha atención, porque los ingleses estaban constantemente parando gente y revisándola. Cualquier judío que fuese encontrado cargando un arma sería matado.

Un día, los ingleses hicieron una revisión sorpresa, y Zeev fue arrestado. Se dieron cuenta que era parte del movimiento clandestino judío y lo torturaron para sacarle más nombres. Zeev perdió una pierna por el maltrato.

En 1948, cuando los ingleses se retiraron, Zeev fue liberado. Se casó, construyó un negocio y crió una numerosa familia.

Él cuenta:

“Viendo hacia atrás en mi vida, incuestionablemente el mejor periodo de mi vida fue haber sido miembro de ese movimiento clandestino. Es verdad, la mayoría de esa época fue miserable, pero cada momento me sentía completamente vivo. Estaba viviendo por algo por lo que estaba dispuesto a morir”.

La Vida No es Comodidad

La comodidad es increíble pero no es significativa.

Un tonto es por demás capaz de llevar una vida cómoda. No sufre mucho. Disfruta del helado, insulta a las moscas que se paran en su cabeza, siempre está con una sonrisa… su vida es p-r-e-c-i-o-s-a.

Pero no experimenta nada más allá de su helado. Carece de la capacidad de apreciar placeres más allá del físico – relaciones sociales, significado y espiritualidad.

Vivir solo por placeres materiales y comodidad no es realmente vivir. También necesitamos entender el significado más profundo y existencial de la vida. Tarde o temprano, cada ser humano se enfrentará con la cruda y fría pregunta: “¿De qué se trata la vida?”.

El Propósito en la Vida Judía

Infinidad de grupos darían su vida por diferentes causas. Los iraníes, los iraquíes, los kurdos… la lista no tiene fin. Entonces ¿qué tiene de especial el pueblo judío?

A través de los años, el destino y la misión de los judíos ha sido enseñar el monoteísmo. Los judíos no mueren por ellos, sino por la humanidad. Transmitiendo el mensaje de monoteísmo y amor al prójimo, seguimos siendo una “luz entre las naciones” y por eso preservamos el mensaje de esperanza de una paz mundial.

Este concepto tenía una claridad tal, que le daba a los judíos un placer más grande que cualquier placer material en la tierra. Rabí Akivá entendió esto. Cuando se le pidió dar su vida por D-os, entendió la idea tan claramente, que inclusive experimentó alegría al hacerlo. Sabía que se estaba conectando con algo más precioso que su propia vida.

A pesar de las horribles persecuciones, los judíos siempre hemos apreciado la vida porque siempre entendimos nuestro poder para cambiar al mundo. Sin embargo, enfrentados a la conversión o a la muerte, sabíamos que debíamos luchar o morir para dejar el mensaje judío vivo.
Sin tanta terquedad y adherencia a nuestra fe, el pueblo judío nunca hubiera podido hacer un impacto tan grande en las ideas y valores de la civilización mundial.

Nuestros abuelos entendieron esto y por eso es que todavía hoy somos judíos.

Es por eso que le enseñamos a nuestros hijos a decir el Shemá: “Escucha Israel, El Señor es Nuestro D-os, El Señor es Uno”.

Si quieres vivir, sé sincero. Analiza por lo que estarías dispuesto a morir y después de eso estarás genuinamente vivo.

Shakespeare dijo: “Un cobarde muere muchas veces. Un valiente sólo muere una vez”. Todos vamos a morir. La pregunta es: ¿quieres vivir?

Biografía del autor:

Rav Noaj Weinberg es el fundador y director de Aish HaTorah Internacional. Por más de 40 años con sus programas educacionales ha atraído a cientos de miles de Judíos de vuelta a su herencia.

Que la lectura de este artículo sea un mérito para la pronta y completa recuperación de Rav Israel Noaj ben Hinda

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REFLEXIONADO (VI).El Verdadero Tu

¿Cuál es la raíz de la inmortalidad del alma?

Observa tu mano. ¿Qué es lo que ves?

Una parte de tu cuerpo, una parte hecha de hueso y cubierta de carne y piel. Está lleno de nervios, básculas sanguíneas y conductos linfáticos que corren dentro de ella y la conectan con tu cuerpo, haciéndola parte de ti.

Puedes abrir y cerrar tu mano. Obedece cada mandamiento que tu cabeza le envía. Es tuya — una parte de ti. Pero ¿qué eres? ¿Quién es tu verdadero tu? ¿Qué pasa cuando le dices a tu mano que se abra y se cierre? ¿Cómo es que tu mente la obliga a obedecer estas órdenes?

Ahora apunta tu dedo hacia ti mismo. Si eres una persona promedio, apuntarás tu dedo hacia tu pecho. Crees que el «tu» es tu cuerpo. Pero, ¿es tu cuerpo tu verdadero tu?

No hace mucho tiempo, una persona podía considerar a su cuerpo como una parte integral de si mismo. Tu eras tu cuerpo y tu cuerpo eras tu. Pero esto ya no es el caso. El progreso científico ha cambiado el concepto de la personalidad e identidad humana.

Los transplantes de corazón son ahora una ocurrencia común. No son noticia hoy en día. Una persona puede vivir con el corazón de otra latiendo en su pecho. Si le pidiéramos a esa persona que se señale a si misma ¿acaso señalaría su corazón? ¿Acaso es este corazón transplantado una parte real de ella? ¿Es el corazón que palpita dentro de tu pecho el verdadero tu? ¿O es algo diferente?

Los investigadores están prediciendo que dentro de la siguiente década o dos, transplantes cerebrales probablemente serán posibles. Esto nos obligaría a re evaluar el concepto de la personalidad humana.

Imagínate lo que sería tomar parte de un transplante cerebral. Un hombre puede estar sufriendo una enfermedad incurable en su cuerpo, pero tiene una mente sana. El donador por otro lado, había sufrido un daño cerebral irreparable pero tiene un cuerpo perfectamente sano. El cerebro es removido de la persona enferma y puesto en la sana.

¿Quién es la nueva persona? Tenemos un cerebro con todas sus memorias, cualidades de su personalidad y patrones de comportamiento. Pero tiene un cuerpo totalmente nuevo. El cuerpo viejo podría haber sido uno enfermo, mientras que el nuevo es joven y lleno de energía.

Preguntémosle a este hombre que se señale a si mismo. ¿Acaso señalaría a su cuerpo? ¿Tu verdadero tu es tu cuerpo o tu mente?

(Realmente una pregunta análoga es preguntada en el Talmud. En el caso de un asesinato no resuelto, un sacrificio especial , el Egla Arufa, era traído de la ciudad más cercana al cuerpo. El Talmud hace dos pregunta: ¿Qué tal si la cabeza es encontrada en un lugar y el cuerpo en otro? ¿Y si el cuerpo es equidistante de las dos ciudades, de que parte del cuerpo medimos?

TRANSFERENCIA DE MEMORIA

Un transplante de cerebro levanta suficientes preguntas. ¿Y qué tal un transplante de memoria?

La ciencia de la cibernética ha descubierto muchas similitudes entre las computadoras y el cerebro humano. la tecnología de la computación permite programar un transplante de memoria, tomando toda la información contenida en una computadora y transfiriéndola a otra. Todo lo que pasa de una computadora a la otra es información.

Tratemos de imaginar aquel transplante de memoria. Asumamos que tenemos una persona con una enfermedad incurable donde ni el cerebro ni el cuerpo pueden ser salvados. Clonamos un nuevo cuerpo y un nuevo cerebro para este individuo. Las posibilidades de hacer esto ya han sido discutidas extensamente en la literatura. Este nuevo cuerpo tiene un nuevo cerebro, en blanco, capaz de funcionar, pero sin memorias o patrones de pensamiento. Como un paso final, conseguimos un transplante de memoria, trayendo toda la información de la persona enferma, al cerebro del cuerpo nuevo.

Ahora tenemos una situación fascinante. Si todas las memorias de la persona, patrones de pensamiento y cualidades de la personalidad son transferidas a un nuevo cuerpo y cerebro, esta personalidad literalmente existe en este nuevo cuerpo. Pero nada físico ha sido transferido. Ninguna parte física de si ha sido puesta en este nuevo cuerpo. Todo lo que ha sido puesto en este nuevo cuerpo es información que existía previamente en el cerebro pasado. Sin embargo esta información contiene la suma total de la personalidad de esta persona.

Si esto es verdadero, esto nos ofrece una nueva visión a nuestra pregunta inicial: ¿Quién es el verdadero tu?

El verdadero tu no es tu cuerpo o tu cerebro sino la información contenida en el mismo — tus memorias, tu personalidad y tus patrones de pensamiento.

(Los kabalistas filosóficos escriben que el mundo espiritual es una realidad cuya substancia es información. Es un espacio en donde la información puede interactuar sin estar pegada o dependiente de la materia. Por lo tanto, un ángel, puede interactuar con otro ángel inclusive que no tienen ninguna conexión en el mundo material. Los ángeles también pueden interactuar con objetos materiales. Un mundo espiritual así también sería capaz de interactuar con la información que está en la personalidad humana).

LA MEMORIA DE D-OS

¿Qué pasa cuando una persona muere?

Sabemos que el cuerpo deja de funcionar. El cerebro se hace inerte y la persona física está muerta.

Pero ¿qué le pasa al verdadero tu – a la personalidad humana? ¿Qué le pasa a toda esta información, las memorias, los patrones de pensamiento y las cualidades de la personalidad? Cuando un libro es quemado, su contenido ya no es disponible. Cuando una computadora es destruida la información dentro también es destruida.

¿Acaso pasa lo mismo cuando una persona muere? ¿Acaso la mente y la personalidad se pierden?

Sabemos que D-os es omnipresente. Sabe todo y no se le olvida nada. D-os sabe cada pensamiento y memoria que existe dentro de nuestro cerebro. No existe ni un pedacito de información que se escapa de su Conocimiento.

Entonces ¿qué pasa cuando una persona muere?

D-os no se olvida, y por lo tanto toda esta información sigue existiendo al menos en la memoria de D’os.

( Una alusión a esto la encontramos en la Kabala. El Gan Eden o el Paraíso se dice que existe en la Sefira de Bina — el entendimiento Divino. Esto puede estar relacionado al concepto de memoria. Las almas por otro lado están en la Sefia de Daat — Sabiduría o Conocimiento. Uno puede decir que mientras que vivimos, existimos en el conocimiento de D-os: después de la muerte en Su memoria).

Puede que pensemos que algo que exista solamente en la memoria sería algo estático y efectivamente muerto. Pero la memoria de D-os no es para nada estática. La suma total de la personalidad de un ser humano puede existir en la memoria de D-os pero puede mantener todavía su identidad propia y permanecer en un estado activo.

La suma total de la personalidad humana que existe en la memoria de D-os es lo que vive inclusive después que el hombre muere………

Pero, ¿cómo es la inmortalidad? ¿Qué se siente ser un alma sin cuerpo? ¿Cómo se siente estar en el mundo del alma?

Sabemos que el cerebro humano, por mas maravilloso que sea como órgano, es muy ineficiente como instrumento para pensar.

Henri Bergson ha sugerido que una de las funciones principales del cerebro y del sistema nervioso es eliminar la actividad y la conciencia, en lugar de producirla.

En «Las puertas de la Percepción», Aldous Huxley cita los comentarios del Profesor. C.D Broa a esto. El dice que cada persona es capaz de recordar todo lo que le ha pasado. Es capaz de percibir todo lo que lo rodea. Sin embargo, si toda esta información se vendría a nuestra mente de una vez, nos sobrepasaría. Entonces la función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos y prevenirnos para no ser sobrepasados y confundidos por la vasta cantidad de información que se percibe por nuestros órganos sensoriales. Ellos apagan la mayoría de aquello que percibimos y recordamos. Todo aquello que nos confundiría es eliminado y sólo la selección especial de lo que nos es útil permite quedarse.

Huxley explica que nuestra mente tiene poderes de percepción y concentración que no podemos imaginarnos. Pero nuestra meta principal es sobrevivir a toda costa. Para hacer la supervivencia posible todas las capacidades de nuestra mente deben ser estrechadas al reducir la válvula del cerebro.

Algunos investigadores están estudiando este efecto. Ellos creen que este efecto de reducción-válvula puede ser muy similar al equipo usado para bloquear programas de radio ofensivos. El cerebro produce constantemente un tipo de estática, bajando nuestra percepción y reduciendo nuestra actividad mental.

Esta estática puede ser vista. Cuando cierras tus ojos, ves todo tipo de imágenes flashando por tu mente. Es imposible concentrarte en cualquiera de ellos por más de un instante, y cada imagen es obscurecida por un grupo de otras impuestas sobre ella.

Esta estática puede ser vista cuando tus ojos se abren. Sin embargo, uno usualmente ignora estas imágenes ya que son tan ínfimas comparadas a nuestra percepción visual. Sin embargo, todavía reducen la percepción de uno, tanto del mundo alrededor de él como de si mismo.

Mucho de lo que sabemos de esta estática es resultado de la investigación hecha con drogas que la eliminan. De acuerdo a muchas autoridades, esta es precisamente la forma en la cual funcionan las drogas psicodélicas.

DESNUDOS FRENTE A D-OS

Ahora imagínate la actividad mental de un alma sin cuerpo parada frente a D-os. La válvula reductora se ha ido por completo. La mente está abierta y transparente. Las cosas pueden ser percibidas de una manera que es imposible hacerlo para una mente restringida por un cuerpo y un sistema nervioso.

Las visiones y el entendimiento son la brisa imaginable más agradable ( «los rectos, sentados con sus coronas en su cabeza, disfrutando el brillo de la Shejina – la Presencia Divina»).

Esto es a lo que se refirió Job cuando dijo (19:26) «Y después cuando mi piel esté destruida, después sin mi carne, veré a D-os».

Pero después, un individuo también se verá a si mismo en una nueva luz. Cada pensamiento y memoria será lúcido, y se verá a si mismo por primera vez sin la estática bloqueando la mayoría de nuestros pensamientos.

Inclusive en nuestro estado mortal físico, viéndose a uno mismo puede ser a veces placentero y en otras ocasiones muy doloroso. Ciertos actos nos hacen orgullosos y nos complacen, y otros causan mucho dolor, especialmente cuando nos cachan.

Imagínate estando parado desnudo frente a D-os, con tu memoria completamente abierta, transparente sin ningún mecanismo de protección o válvula reductora que disminuya esta fuerza. Vas a recordar todo lo que has hecho y lo verás bajo una luz diferente. Lo verás bajo la luz de espíritu sin sombra, o bajo la luz de D-os que alumbra de un extremo de la creación al otro. La memoria de cada buena acción y mitzvá será el placer más sublime como lo dice nuestra tradición sobre el mundo venidero.

Pero tu memoria también estará abierta a todo las cosas de las cuales te avergüenzas. No pueden ser racionalizadas o expulsadas. Te enfrentarás a ti mismo, completamente consciente de las consecuencias de todos tus actos. Todos sabemos la terrible pena y humillación experimentaba cuando se nos cacha haciendo algo malo. Imagínate ser atrapado por la memoria sin lugar a escapar….

Se nos enseña que el juicio de los malvados dura 12 meses. Inclusive el alma desnuda puede aprender gradualmente a vivir con esta pena y olvidarla, y el dolor eventualmente se pierde. Puede ser más que una coincidencia el hecho de que doce meses es el tiempo requerido para que algo sea olvidado en la ley Talmúdica. Por lo tanto, uno hace un duelo por un padre durante doce meses y dice una bendición especial al ver a un amigo que no vio durante este período de tiempo.

(Claro que hay excepciones a esta regla. Están los no creyentes y los peores malhechores recordados en el Talmud. Estos individuos no tienen más que su pena y no tienen escape del tormento continuo).

Pero inclusive el tormento temporal está más allá de nuestra imaginación. Najmánides escribe que todo el sufrimiento de Job no se compara a un instante en Geheinom. Rabbi Najman de Bresolv dice lo mismo de un hombre que sufrió por años de los tormentos más indescriptibles: es mejor que una quemada en el Geheinom. La Tortura mental no se puede comparar a la meramente física.

LO QUE LA MUERTE PIENSA DE NOSOTROS

Hay otra dimensión de la inmortalidad discutida en el Talumd (Brajot 18b). Pregunta: ¿ Acaso saben los muertos lo que pasa en el mundo de los vivos?

Después de una discusión en el Talmud, se concluye que sí tienen esta conciencia. Los filósofos kabalistas explican que el alma logra un grado de unidad con D-os, la fuente de todo el conocimiento y consecuentemente toma parte de Su omnipotencia.

Cuando una persona muere, entra a un nuevo mundo de conciencia. Existe como un alma sin cuerpo y sin embargo esta sabe lo que está pasando en el mundo físico. Gradualmente aprende a enfocarse en cualquier evento físico que quiera. Al principio es una experiencia muy temerosa, sabes que estás muerto. Ves tu cuerpo acostado ahí, con tus amigos y familia llorando por tu pérdida. Se nos enseña que inmediatamente después de la muerte, el alma está en un gran estado de confusión.

¿Cuál es la fuente principal de su atención? ¿Qué es lo que le llama la atención más que cualquier cosa?

Se nos enseña que es el cuerpo. La mayoría de la gente se identifica con su cuerpo, como lo hemos discutido anteriormente. Es muy difícil para un alma romper su hábito de pensamiento y por lo tanto, los primeros días el alma está obsesionada con su cuerpo. Esto está aludido en el versículo «Y su alma duela por él» (Job 14:22).

Esto es especialmente cierto antes de que el cuerpo sea enterrado. El alma se pregunta qué le pasará al cuerpo. Encuentra que es tanto fascinante como temeroso el ver los arreglos del funeral del cuerpo de uno y la preparación para su entierro.

Claro, esta es una de las razones por las cuales el Judaísmo nos enseña que debemos tener un supremo respeto por los restos humanos. Podemos imaginar cuán doloroso es para un alma ver a su cuerpo tirado en el suelo como el cuerpo de un animal. Por lo tanto la Torá lo prohibe.

Esto también está relacionado con la pregunta de las autopsias. Podemos imaginar como un alma se sentiría al ver a su cuerpo acostado en la mesa de autopsia siendo disecado y examinado.

El alma sin cuerpo pasa mucho de su tiempo aprendiendo a mirar la situación. Está ahora viendo sin ojos físicos, usando procesos de los cuales no tenemos el vocabulario para describirlos. Los kabalistas le llaman a este temible proceso Kaf HaKela — es como ser arrojado con una honda de un extremo del mundo al otro. Es aludido en el versículo «El alma de mi amo será atada en el nudo de la vida con el Señor tu D-os, y las almas de tus enemigos las arrojarás, como del hueco de la honda» (Samuel 1 25:29). El alma percibe cosas repentinas por todas partes, y está en un estado total de confusión y desorientación.

Una de las pocas cosas que el alma tiene poca dificultad en enfocarse, es su propio cuerpo. Es un patrón familiar y un tipo de unión parece quedarse. Hasta cierto punto es un refugio de su desorientación.

HABITACION TERRESTRE

El cuerpo se empieza a descomponer pronto después de ser enterrado. El efecto de ver esto debe ser tanto temeroso como doloroso. El Talmud nos enseña, » Las hormigas son tan dolorosas para el muerto como las agujas en el cuerpo del vivo, como está escrito, ‘su piel sufre por él’ (Job 14:22)». La mayoría de los comentaristas escriben que esto se refiere a la angustia existencial del alma al ver su habitación terrestre en estado de decadencia.

Los Kabalistas le llaman a esto Jibut Hakever, el castigo de la tumba. Se nos enseña que lo que le pasa al cuerpo en la tumba puede ser una experiencia peor que la del Gehenom.

Esto varia en cada individuo. Cuanto más uno estaba obsesionado con su cuerpo y el mundo material en general, durante su vida, más obsesionado estará con él después de la muerte. Porque para aquella persona que el mundo material era todo, el deterioro de su cuerpo es aun más poderoso.

Por el otro lado, la persona que se ha sumergido en lo espiritual, no le va a importar mucho el destino de su cuerpo. Se encuentra a si mismo como en casa en la realidad espiritual y se podrá olvidar rápidamente de su cuerpo por completo…

Muchos de nosotros creemos que la muerte es una de las experiencias más temerosas. Los Tzadikim por otra parte, la anticipan. Poco antes de su muerte, Rabbi Nachman de Breslov decía, «quiero mucho desvestirme de esta ropa que es mi cuerpo».

Si realmente creemos y confiamos en un D-os piadoso, entonces la muerte no es temerosa para nosotros…

Reimpreso con permiso de «If you were G’d» (NCSY-OU) Biografía del autor: Rabbi Aryeh Kaplan fue un exponente multifacético y prolífico – entendido tanto en kabalá como en ley Judía, así como en las ciencias naturales (está citado en «who is who in physics»). Sufrió una muerte temprana a los 48 años

REFLEXIONADO (V).Si tu fueras D-os

Comúnmente cuestionamos los caminos de D-os. Pero si se nos diera la oportunidad, ¿nosotros cómo lo haríamos?

El problema:

Se te da una isla donde habitan diversas tribus.

Por naturaleza estas tribus son explotadoras. Esto resulta en mucho sufrimiento en la isla, causado por guerra, pobreza y prejuicio.

Han vivido de esta forma durante siglos sin ninguna señal de mejoramiento.

Tu Responsabilidad:

Tratar de mejorar esta sociedad.

Enseñarles a sus miembros a vivir juntos en harmonía y reducir el sufrimiento a lo mínimo o eliminarlo por completo.

Crear una sociedad sana.

Tus Recursos:

Tienes todos los recursos que la alta tecnología puede ofrecer.

Tienes la isla entera bajo supervisión y puedes ver lo que está pasando en cualquier lugar en cualquier momento.

Tienes herramientas para sembrar nubes y puedes plantar explosivos por debajo de la tierra. Dentro de lo normal, puedes controlar el clima, las inundaciones, los volcanes y los terremotos, y puedes producir cualquier fenómeno natural.

También tienes las herramientas que se pueden usar para implementar ideas por medio de sublimación sugestiva. Puedes implementar ideas a poblaciones enteras o a un cierto grupo de líderes.

Sin embargo, debes tomar en cuenta las severas limitaciones de la sublimación sugestiva. Si tratas de implementar ideas que van en contra de la naturaleza básica de la población, serán completamente rechazadas y tus esfuerzos serán en vano.

Tus Restricciones:

Bajo ninguna circunstancia los nativos de esta isla pueden estar conscientes de tu presencia.

Esto precede cualquiera de las otras consideraciones.

El shock cultural causado por revelarte a ti mismo rompería la fabrica entera de la cultura de la isla. Causaría mucho sufrimiento y cancelaría cualquier bien que podrías lograr.

Los nativos se reducirían a un estado de dependencia de casi vegetales, de lo cual sería muy difícil que se recuperaran. Si se recuperarían, probablemente se rebelarían tan fuerte que eliminarían cualquiera de los buenos valores que podían haber tenido.

Por lo tanto la restricción de no revelarte a ti mismo debe ser cumplida sin excepción bajo toda circunstancia.

Pero fuera de esta restricción, tienes la libertad de proceder humanamente o rudamente de la forma que quieras.

En resumen, tienes la posibilidad de jugar a ser D-os.

¿Qué harías?

LAS PREGUNTAS

Mucha gente dice que en estos días es muy difícil creer. Vivimos en una generación que ha visto el asesinato brutal de seis millones de personas. Hemos visto niños quemados en Vietnam, bebes muertos de hambre en Biafra y una nación sistemáticamente removida en Bangladesh. Vemos hambre, pobreza y falta de igualdad donde quiera que vamos. La gente buena sufre y la deshonesta parece estar muy bien.

Mucha gente pregunta lo que parece ser una pregunta legítima: ¿Por qué permite D-os estas cosas? ¿Por qué no hace algo al respecto?

Hasta cierto punto, la respuesta debe ser obvia. Es el hombre y no D-os quien trae la mayoría del mal al mundo. D-os no hace guerras – los hombres las hacen. D-os no mató a 6 millones de personas – el hombre lo hizo. D-os no oprime a los pobres – el hombre lo hace. D-os no tira napalm – el hombre lo hace.

Pero la gente regresa y discute que esto no contesta realmente a la pregunta. El dilema básico permanece: ¿Por qué creo D-os la posibilidad del mal? ¿Por qué deja que exista?

Para empezar a entender esto debemos de entender el mero propósito de la creación.

Este propósito requiere de una criatura responsable de sus propias acciones. Esto requiere que la gente tenga libre albedrío.

Si D-os hubiera querido una raza de títeres, entonces hubiera creado títeres. Si hubiera querido robots hubiera creado robots. Pero esto no es lo que D-os quiso. Quiso seres humanos, con libre albedrío, responsables de sus acciones.

IMAGEN DE D-OS

Pero en cuanto tienes libre albedrío, tienes la posibilidad del mal.

Cuanto más lo probamos, más claro esto se hace.

Ante nuestro mejor entendimiento, D-os creó el universo como un acto de amor. Fue un acto de amor tan inmenso que la mente humana no puede entenderlo. D-os creó el mundo básicamente como un vehículo que le permitiese depositar Su bien.

Pero el amor de D-os es tan grande que cualquier bien que deposita debe ser el máximo bien posible. Menos que esto no sería suficiente.

Pero ¿cuál es el bien máximo? ¿Cuál es el bien supremo que D-os pudo depositar en Su creación?

Si piensas por un momento la respuesta debe ser obvia. El bien supremo es D-os mismo. El bien máximo que D-os puede depositar es a Si mismo. No hay mejor bien que lograr un grado de unidad con el Creador mismo. Es por esta razón que D-os le dio al hombre la posibilidad de parecerse a El.

Es por eso que D-os le dio al hombre libre albedrío.

Así como D-os actúa como un ente con libre albedrío, así también lo hace el hombre. Así como D-os opera sin restricción, así también el hombre. Así como D-os puede hacer bien como resultado de Su elección, de la misma forma el hombre. De acuerdo con muchos comentaristas, este es el significado de «la imagen» de D-os.

LIBERTAD DE ELECCION

Mas si el propósito de D-os no permite que el hombre sea un robot, tampoco le permite ser un prisionero.

Así como el hombre tiene libre albedrío, también tiene que tener libertad de elección. Un hombre encerrado en una prisión puede tener el mismo libre albedrío que todos los demás, pero no puede hacer mucho al respecto. Ya que para que el hombre se asemeje a su Creador lo más posible, debe existir un lugar en donde tenga la máxima libertad de elección. Cuanto más el hombre se asemeje a D-os en su omnipotencia, más se asemejará a su libre elección del bien.

Para hacer esta libertad de elección real, D-os tuvo que crear la posibilidad del mal. Si sólo el bien fuese posible, no produciría ningún beneficio. Usando una metáfora Talmúdica, sería como cargar una lámpara a plena luz del día. En el Zohar dice: «la ventaja de la sabiduría viene de la oscuridad. Si no hubiera oscuridad, entonces la luz no sería discernible y no produciría ningún beneficio… Por eso está escrito: «D-os ha hecho una cosa opuesta a la otra» (Eclesiastes 7:14).

Así como el propósito de D-os no permite al hombre ser un prisionero físico, tampoco le permite vivir en una prisión intelectual. ¿Cómo se comportaría una persona si D-os se revelara constantemente? ¿Sería libre? Si el hombre estuviera todo el tiempo consciente de que está parado frente al Rey, ¿acaso podría ir en contra de Su voluntad? Si la existencia de D-os fuera constantemente aparente, esta conciencia haría al hombre un prisionero.

Esta es una de las razones por las cuales D-os creó el mundo para que siga leyes naturales, y en sus caminos se esconda a si mismo. Por eso nos enseñan nuestros sabios que «El mundo sigue su patrón natural, y los tontos que hacen el mal eventualmente serán juzgados».

Este es el concepto de Shabbat. Después del acto inicial de la creación, D-os se contrajo (por decirlo así) y permitió que el mundo opere de acuerdo a las leyes de la naturaleza que creó. El «reloj» ya estaba hecho y se le había dado cuerda, y ahora con un mínimo de interferencia podía funcionar. Cuando observamos el Shabat, similarmente nos abstenemos de interferir y hacer algún cambio permanente en el orden de la naturaleza.

EL ARBOL DEL CONOCIMIENTO

Pero se puede profundizar aun más todavía. Se puede preguntar: ¿Por qué permitió D-os tanto mal en la naturaleza humana? ¿Por qué parece tan natural para el ser humano oprimir a su semejante y hacerlo sufrir?

Pero aquí también, nos tenemos que dar cuenta de que el área de acción del hombre es el mundo físico y por lo tanto debe ser parte de un universo en donde la presencia de D-os está oculta. Lo espiritual en el hombre puede habitar en los mundos más trascendentales, pero el cuerpo del hombre es esencialmente el de un animal. Nuestros sabios nos enseñan que el hombre toma parte tanto de los animales como de los ángeles. El Zohar va un paso más profundo y dice que aparte del alma Divina que separa al hombre de las formas más bajas de vida, el hombre también posee un alma animal.

Cuando el hombre fue recién creado, había una harmonía básica entre estas dos partes de su naturaleza. Su intelecto y su naturaleza animal eran capaces de existir conjuntamente sin ningún conflicto intrínseco. Tenía la oportunidad de vivir en harmonía con la naturaleza usando sus energías para lo espiritual. Sin embargo, había un elemento de tentación en este Jardín del Edén. El destino del hombre era trascender su naturaleza animal a un plano espiritual. Pero también tenía una tentación de trascenderlo en un plano físico, de tomar parte del árbol del Bien y el Mal.

El hombre se dejó llevar por esta tentación.

Este conocimiento entró entre los dos elementos básicos del hombre, el animal y el humano. El hombre ya no era más como el animal atado a la naturaleza en harmonía con su naturaleza básica. Todavía tenía todos los deseos, tentaciones y la naturaleza agresiva de un animal. Pero también adquirió la habilidad de utilizar su intelecto para que su naturaleza natural no fuese dirigida en contra de sus semejantes. Es este conflicto entre la naturaleza animal y la humana que puso al hombre en la dirección del mal. Por lo tanto se nos enseña que es la naturaleza animal del hombre la que es responsable del Yetzer Ha Ra, el mal en el hombre.

Pero aquí otra vez, D-os no puede ser culpado.

La decisión de tomar parte del árbol del Conocimiento – de trascender su naturaleza animal en un plano mundano – fue la decisión que el hombre tomó como resultado de la libre elección.

En cuanto el hombre tomó parte del árbol del Conocimiento, supo lo que es bueno y malo. Moralmente se hizo una cuestión de conocimiento y elección consciente, en lugar de ser la naturaleza básica del hombre. Ahora tendrá que luchar con una nueva naturaleza, donde el animal y el ángel dentro de él están en conflicto.

AVANCES TECNOLOGICOS

Pero podemos ahondar aún más. Podemos preguntar: ¿Por qué no se hizo al hombre de una mejor forma? ¿Por qué no hizo D-os al hombre de una forma que sea más ángel y menos animal?

Aquí otra vez, la culpa fue del hombre. Nuestros sabios nos enseñan que la prohibición en contra de probar la fruta del árbol del Conocimiento solo era temporal. La naturaleza espiritual del hombre estaba desarrollándose gradualmente de una forma que eventualmente hubiera estado lo suficientemente fuerte como para dominar sus instintos animales. Cuando habría llegado a este momento, hubiera podido tomar parte del árbol del Conocimiento sin poner en peligro su esencia espiritual.

El hombre estaba en verdad destinado a ser más ángel y menos animal. Sin embargo esto iba a ser un proceso gradual. Fue abortado por la impaciencia del hombre al tomar parte del «conocimiento» antes de tiempo. Fue este conocimiento el que le trajo el conflicto con su naturaleza animal y detuvo su desarrollo espiritual, haciendo a la bestia dominante.

Esta amenaza corre a través de toda la historia de la humanidad. El conocimiento del hombre le dio una tecnología que podría crear instrumentos de destrucción, pero su fuerza moral no era lo suficientemente fuerte como para evitar que los utilice erróneamente. Esto ha llegado a su tope en nuestra generación, donde el hombre tiene el poder de destruir el planeta entero, ya sea por medio de armas nucleares o envenenando el ambiente. El conocimiento del hombre le da un poder tremendo, pero aun no ha entendido cómo utilizar su poder para bien. Esta es la razón por la cual la era Mesiánica debe llegar pronto. Sólo entonces el hombre aprenderá a usar su conocimiento para el bien.

Hasta entonces, el hombre está enfrentado en este gran dilema. Tiene el conocimiento de crear grandes sociedades, pero siempre se salen de control y se degeneran. Puede hacer grandes avances tecnológicos, pero no tiene la fuerza moral de usarlos para bien. Uno de los comentarios más tristes sobre el predicamento humano es el hecho de que muchos de los avances tecnológicos más avanzados se han hecho para continuar con la causa de la guerra.

REACCION A MILAGROS

Sin embargo, todavía parece que la pregunta sigue en pie. Admitido, el hombre tiene una naturaleza mala y es su culpa. Pero ¿por qué no interfiere D-os? ¿Por qué no abre las puertas del cielo y detiene este mal? ¿Por qué no mandó un trueno y acabó con los campos de concentración? ¿Por qué no manda un tipo de maná a los niños que se están muriendo en Biafra y Bangladesh? ¿Por qué no detuvo las bombas de napalm para que no quemen a niños vietnamitas inocentes? ¿Por qué no hace un milagro y desaparece todas las bombas nucleares? Después de todo es D-os. Seguro que lo puede hacer, ¿por qué no lo hace?

Sin embargo, se nos enseña que una sobre abundancia de luz no rectifica las vasijas sino que las rompe.

¿Qué le pasaría a nuestra sociedad si de repente empezarían a ocurrir milagros? ¿Cómo reaccionaríamos?

¿Podríamos vivir nuestra vida cotidiana como si no hubiese pasado nada? ¿Acaso las vastas y complejas estructuras sobre las cuales está basada nuestra sociedad continuarían existiendo si esta conciencia de D-os fuese de repente puesta sobre nosotros?

Toma una ciudad como Nueva York. Toma el esfuerzo de miles de personas proveer la comida y demás necesidades a una ciudad tan grande, y otros miles de personas para transportar estas necesidades. Toma de otro ejercito en proveer a la ciudad con agua, electricidad, calor y remover la basura. ¿Acaso podría sobrevivir esta estructura la conciencia de milagros? Y si no, ¿acaso sería el sufrimiento mayor? Si D-os empezara con su intervención milagrosa, ¿acaso no lo tendría que hacer por completo? De hecho, esto probablemente pasará en la época mesiánica pero para ese entonces el tiempo ya debió haber acabado.

¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante los milagros? Probablemente muy similar a la forma en que las sociedades primitivas reaccionaron a los «milagros» de aquellos que son más avanzados. La primera reacción es de shock, o lo que los sociólogos llaman shock cultural. Los nativos primero pierden interés de todo y se hacen completamente dependientes de la cultura más avanzada. Dejan de tener una mente propia y desarrollan una letargia donde la vida crece carente de significado. La degeneración del orgulloso autosuficiente del cambiante nativo es tanto trágica como inevitable.

Si una sociedad no está completamente destruida por el shock cultural inicial, entra en otra etapa de rebeldía. La cultura primitiva se rebela tanto en contra de los invasores como de sus valores. Esta es la razón por la cual muchos misioneros acabaron en una olla de cocinar.

Si el hombre se asemeja al animal, entonces se asemeja a un animal salvaje en lugar de uno doméstico. Es el destino del hombre ser libre, no sujeto a otros hombres. Por lo tanto, el inevitable resultado de la introducción de una cultura más elevada es transformada a una más primitiva.

Cuando una cultura más elevada es introducida, la reacción inicial de los nativos es domesticarse, ser como borregos o vacas. Si la domesticación es completa, la humanidad del nativo se desvanecerá hasta que asimile la cultura dominante. De otra forma, los nativos se rebelan y reestablecen su humanidad natural.

Lo mismo es esencialmente cierto con nuestra relación con D-os. Mientras esté oculto, podemos luchar para buscarlo y obtener lo Divino. Pero hacemos esto como resultado de nuestro libre albedrío y no estamos sobrecargados de esto. Pero si D-os se revelara, entonces el hombre ya no podría existir como un ente con libre albedrío. Sabría que siempre ha estado bajo el escrutinio de su dueño y eso lo haría sentirse más bajo que un humano. Se haría un tipo mascota o robot con un ingrediente esencial de su humanidad destruido. La única alternativa sería la rebelión.

Habría demasiada luz y las vasijas se quebrarían.

REVELACION NACIONAL

Sólo hubo un momento en el cual D-os literalmente se reveló y visiblemente entró en la escena y cambió el curso de la historia. Esto fue en el Exodo de Egipto, donde realizó milagros tanto en Egipto como en el mar de los juncos. Este episodio tuvo su climax en la revelación en Sinaí, donde toda la nación literalmente escuchó la voz de D-os.

¿Qué paso entonces ahí?

La primera reacción en Sinaí fue de shock. La gente simplemente no pudo soportar la majestuosidad de la palabra de D-os, nuestros sabios nos enseñan que sus almas literalmente los dejaron. Su reacción está expresada en el relato Bíblico del Sinai, donde inmediatamente después le dijeron a Moisés (Exodo 10:16) «Tú nos hablas a nosotros y nosotros escucharemos, pero no dejes que D-os hable más con nosotros, pues moriremos».

Cuando la gente se sobrepuso a su shock inicial, procedieron a la siguiente fase, aquella de rebelión. Esto tomó lugar 40 días después de la revelación en el Sinai. Se fueron en contra de D-os y sus enseñanzas, al servir al becerro de Oro. Habían escuchado los diez mandamientos de D-os mismo 40 días antes y ahora estaban violando cada uno de ellos.

Aprendemos una lección muy importante de esto. Que D-os se rebele a si mismo a una vasija no preparada, puede hacer más mal que bien. Esta es una razón importante por la cual D-os no muestra Su “mano”.

Mucha gente dice que creerían si sólo pudieran atestiguar alguna señal o algún milagro. La experiencia en el Sinai nos enseñó que no es suficiente si la gente no quiere creer.

De todo esto podemos empezar a entender una de las restricciones básicas que D-os se impuso si mismo. Es un D-os oculto, y no se revela a si mismo. Esto se requiere para la psicología del hombre y para el mero propósito de D-os en la creación. D-os sólo se revela a si mismo a aquellas personas cuya fe es tan grande que la revelación no les hace diferencia en su creencia. Como Maimónides escribe: la única excepción a esta regla fue el Exodo.

LAS SOLUCIONES

Tomando en cuenta las restricciones más básicas de D-os, podemos ahora tratar de ponernos en el lugar de D-os.

Nuestra restricción más básica es que no revelemos nuestra mano.

Tomando esta restricción en cuenta, podemos regresar a nuestro problema inicial, e imaginar un microcosmos en donde estamos en la posición de jugar a ser D-os.

Este problema fue discutido en diferentes grupos y mucho de lo que sigue son el resultado de sus conclusiones. Sin embargo, antes de seguir leyendo, puede ser bueno que vuelvas a leer el problema y tratar de hacer tus propias conclusiones.

Mucha de la discusión se dio alrededor de soluciones incluyendo cosas como un inmenso juego de ajedrez con la Isla entera como tablero. Habrían movidas y contra movidas con una estrategia de tratar de manejar a los nativos a la posición deseada. Como un experto en ajedrez, tratarías de mantener el control del juego en todo momento. Tu «victoria» sería obtener el resultado deseado.

Mientras tienes los recursos suficientes para ganar eventualmente, ciertos problemas inmediatamente se hacen aparentes. El mayor problema es que cada movida puede tomar décadas o inclusive siglos. Puede que obtengas resultados pero es un proceso muy largo y desgastante. Puede que tengas todo el tiempo del mundo, pero cada año hay más sufrimiento.

Hay un problema aun más profundo. Inclusive más importante que influenciar a los eventos nuestro objetivo más importante es cambiar los valores de los nativos. Sin embargo, inclusive que una lección pueda ser estudiada por una generación, podrá ser igual de olvidada por la siguiente generación. Crear valores positivos como una parte integral de la cultura de la isla es una recomendación formidable.

Una constante amenaza de sugestión en estas discusiones incluyó infiltración. Trataríamos de influenciar la isla a través de infiltrados. Mientras que no fuera obvio, estaría dentro de las normas.

Tal infiltración podría servir para dos propósitos. Primero que nada podríamos usar a los infiltrados como ejemplo. Ellos podrían hacer una sociedad modelo y si duraría lo suficiente podría interesar a la gente y darles ganas para tratar de emularla o aprender de ella.

Los infiltrados también podrían servir para enseñarles a los nativos directamente. Gradualmente partes de su cultura sería introducida en la isla elevando su nivel moral. Esto podría acelerar rápidamente la conclusión del juego.

Estos infiltrados siempre estarían en una posición de gran peligro. Operando bajo otro sistema de valores, siempre serían considerados como extranjeros. Cuanto más su mensaje se desviase de aquel de la mayoría más resentidos estarían en contra de ellos. Al esparcirlos en la isla para enseñar su mensaje, muy probablemente, serían perseguidos como minoría. Por las reglas del juego, habría muy poco que podrías hacer para ayudarlos.

Como mucho, jugarías tu juego de una forma en la que tratarías de protegerlos lo más posible. Por el miedo de revelar tu mano, la comunicación con tus infiltrados tendría que ser mínima. Tendrían que vivir en esta isla por muchas generaciones, dispersos entre los nativos y tendrías que poner diversas medidas de seguridad para impedirles que se asimilen a los valores corruptos de la isla. Hasta cierto punto, su status de minoría perseguida probablemente ayudaría para prevenir tal asimilación. Pero esencialmente, tendrían que jugar su rol en ignorancia de tu estrategia general.

Gradualmente, los habitantes de la isla eventualmente se harían conscientes de tu presencia. Una vez que el juego acabaría, podrías revelar tu presencia. Los infiltrados también serían revelados. Como parte de tu organización, se convertirían en los líderes naturales y maestros de la isla.

LA CONCLUSION

Como lo habrás adivinado, examinando este microcosmo nos da una visión considerable para entender la forma en la que D-os interactúa con el mundo. D-os está trabajando para traer al mundo a un estado de perfección, lo que es en nuestra tradición la promesa Mesiánica. Es un proceso lento, donde D-os constantemente dirige las fuerzas de la historia hacia este fin. El «juego» es esencialmente la historia de la humanidad.

Probablemente también hayas reconocido a los infiltrados. Ellos son el pueblo Judío, a quienes se les dio la base de una perfecta sociedad en las enseñanzas de la Torá. Una sociedad viviendo de acuerdo a estos principios Divinos pueden ser el ejemplo de una sociedad sana, libre de enfermedades sociales de la cultura de su alrededor.

Cuando D-os apenas dio la Torá, le dijo al pueblo Judío (Levítico 20:26) «Tendrás que ser sagrado para Mí, por que Yo D’os soy sagrado, y Yo te he apartado de las naciones para que tu seas mio». Es la misión de Israel poner ese ejemplo, como la Torá plantea (Deut. 4:6) «Deberás observar estos (mandamientos) cuidadosamente y mantenerlos ya que son tu sabiduría y tu entendimiento en los ojos de las naciones. Cuando escuchen todos estos estatutos, dirán, Seguro que esta gran nación es un pueblo sabio y con entendimiento».

Es nuestra labor dar testimonio del plan de D-os para la humanidad, así como lo encontramos en Isaias 43:10: «Ustedes son mis testigos, dice D-os, y mis sirvientes, a quien he escogido». De la misma forma, D-os le dijo a Su profeta «Yo, D’os te he llamado en rectitud… y te he designado para ser un convenio para los pueblos, de ser una luz para las naciones» (Isaias 42:6). Por lo tanto se nos enseña que Israel es como el corazón de la humanidad, constantemente latiendo e infundiendo a toda la humanidad con fe en D-os y sus enseñanzas.

Fue en este espíritu en el cual el Judaísmo le dio origen tanto al Cristianismo como al Islam. Aunque muy lejos de la perfección, estas religiones son un paso en la dirección que se aleja del paganismo. El paso final está aun por ser hecho.

Sin embargo, más importante aun, es el hecho de que el pueblo Judío, al menos aquellos que cuidan la Torá, continúan siendo un ejemplo de una sociedad perfecta diseñada por D-os. La Torá y sus mandamientos de hecho representan la sabiduría máxima en perfeccionar la sociedad humana. El justo (tzadik) es lo más cercano a lo que denominamos ser humano perfecto.

La posición única de Israel por haber aceptado la Torá de D-os eventualmente resultará en la disolución de todas las culturas competentes. También resultará en ganarse temporalmente el odio de estas culturas. Nuestros sabios nos enseñan que así como una aceituna debe ser machacada antes de sacar su aceite, de la misma forma Israel es generalmente perseguido antes de que su luz brille.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Vivimos en una época de muchas preguntas. Los periódicos y la televisión traen los horrores del mundo a nuestras puertas y a nuestras salas. Lo que una vez estaba bloqueado por las barreras de la distancia intercontinental está ahora frente a nuestros ojos. Vemos el sufrimiento, la matanza y el hambre, y preguntamos ¿cómo D-os puede tolerar ese mal? Para el Judío la pregunta de los 6 millones siempre está presente en cualquier discusión.

Para aquel que entiende la profundidad del Judaísmo, no hay pregunta. Cuando has probado la razón de la existencia y el propósito de la creación, no sólo encuentras respuestas, sino las preguntas mismas dejan de existir.

Uno de los grandes líderes Judíos de reciente memoria es el Klausenberger Rebbe. Perdió a su esposa, hijos y familia con los Nazis, y él mismo pasó dos años en Auscwitz. Sin embargo, salió de ahí para traer a una generación entera de refugiados de campos de concentración de regreso al Judaísmo, fundó una comunidad en Williamsburg y eventualmente construyó un asentamiento en Israel.

Yo escuchaba comúnmente a este gran líder hablar de los campos de concentración y de los seis millones de personas. Hay lágrimas y tristeza pero no hay preguntas. Aquí tenemos a un tzadik cuya mente puede ver más allá de lo inmediato. Cuando la mirada de uno está en lo Supremo, realmente no hay preguntas.

La cosa más importante que debemos recordar es que D-s es el bien supremo y por lo tanto, inclusive el peor mal se revertirá eventualmente al bien. Muchos seres humanos hacen el mal, pero esto será redimido por D-os y finalmente será convertido en bien. El Talmud nos enseña que en este mundo debemos bendecir a D-os tanto por el bien como por el mal, pero en el mundo venidero, vamos a darnos cuenta de que no hay nada más que bien.

Rabbi Aryeh Kaplan

Reimpreso en español de «If You were G-d» publicado por the National Conference of Synagouge Youth. Biografía del autor:Rabbi Aryeh Kaplan fue un exponente multifacético y prolífico – entendido tanto en kabalá como en ley Judía, así como en las ciencias naturales (está citado en «who is who in physics»). Sufrió una muerte temprana a los 48 años.


REFLEXIONADO (IV).Por Debajo de la Superficie

Una Mirada Más Profunda al Recato

Probablemente te habrás dado cuenta de que hay mujeres en la universidad o en el trabajo cubiertas más de lo normal, usando por ejemplo, faldas largas o camisas con mangas que les cubren hasta los codos.

¿De qué se trata? ¿Es cuestión de moda? ¿Una cuestión religiosa? ¿O es una tendencia feminista posmodernista?

En cada cultura, la ropa es un requerimiento básico. Inclusive en las junglas ardientes de Africa, los habitantes visten un mínimo de ropa. Sin embargo, en ningún lado los animales se visten. ¿Por qué? ¿Qué tienen que ver los seres humanos con la ropa, que en todos los tiempos y culturas han estado juntos?

La verdad es que no siempre fue así. Hubo un tiempo en el que los seres humanos no utilizaron ropa alguna, aunque fue por muy poco tiempo: Adam y Javá antes del pecado, paseaban por el jardín del Edén desnudos:

«Y estaban los dos desnudos, el hombre y su esposa, mas no estaban avergonzados» (Génesis 2; 25).

Sin embargo, después del pecado tomó lugar un cambio en sus sentimientos en cuanto a la ropa (o sobre la falta de ella):

«Y sus ojos fueron descubiertos, y ellos vieron que estaban desnudos, y cosieron hojas de higos» (Génesis 3; 7).

¿Qué fue lo que causó el cambio de actitud de sobre lo “natural”? ¿Qué causó la necesidad de cubrirse? La raíz de la respuesta está en el entendimiento del pecado de Adán y Eva.

De acuerdo a los comentaristas, como consecuencia de la acción de comer de la fruta del árbol del conocimiento, la tendencia de hacer el mal fue internalizada dentro de la psiquis humana. Anteriormente, tenían una elección intelectual de lo que era bueno y malo, pero el mal estaba afuera del cuerpo, una cuestión filosófica, no un impulso interno o un deseo emocional.

Antes del pecado, la expresión del alma de una persona se expresaba por medio del cuerpo. El cuerpo y el alma estaban en armonía uno con el otro. Por ejemplo, cuando el alma quería rezarle a D-os, el cuerpo se levantaba temprano y rezaba. Cuando el alma quería estudiar y crecer de una manera más efectiva, el cuerpo se alimentaba de comidas sanas y se cuidaba a sí mismo para proveerse de lo necesario y llenarse así de energía.

Pos-Esquizofrenia

Ahora, después del pecado, existe casi una esquizofrenia. El alma de la persona quiere rezar, pero su cuerpo se queja, se da la vuelta y apaga el despertador. El alma lucha por perfeccionarse, pero el cuerpo quiere comer pastel de chocolate, ver televisión y recostarse en la playa!

El cuerpo ya no está al servicio del alma, ya no se apresura a hacer lo que se le pide. No sólo ya no es un reflejo del alma, sino que ahora trabajan en objetivos opuestos.

¿Qué tiene que ver todo esto con el recato, la vestimenta y el cubrirse?

Cuando Adam y Javá estaban en el jardín del Edén, sus cuerpos eran un espejo de sus almas, no había necesidad alguna de cubrir esa inocente expresión de espiritualidad de la imagen de D-os dentro de un ser humano.

Sin embargo, una vez que el mal fue integrado al hombre, el cuerpo vino a representar algo opuesto al alma. Ver al cuerpo ahora puede distraer al observador de enfocarse en su ser interno y en lugar de eso se enfocará sólo en lo físico, en lo externo y lo superficial.

Fue necesario desenfatizar lo físico para poder enfatizar lo espiritual, es decir cubrir al cuerpo para que el alma pueda brillar.

El Recato, el Hombre y la Santidad

¿Por qué parece ser que el recato se aplica más a las mujeres que a los hombres? ¿No es esta falta de armonía entre el cuerpo y el alma aplicable de la misma forma a hombres y a mujeres?

Sí, el recato se aplica a todos:

«(D-os) te dice: Ser humano! ¿qué se requiere de ti?: hacer justicia, amar la bondad y encaminarse con recato con tu D-os» (Mijá 6; 8).

«…Y con los recatados reposa la bondad» (Proverbios 11; 2).

En el judaísmo los actos más heroicos fueron hechos en privado, sin fanfarrias, publicidad o presunción, cualidades que representan lo opuesto a la esencia del recato.

Por ejemplo: la akedat Itzjak – la atadura de Itzjak realizada por su padre Abraham, o la pelea de Iaacov con el ángel, son eventos que aunque marcaron el momento máximo de la vida de los patriarcas – no ocurrieron en público.

Sin embargo, cuando el recato involucra la cuestión de la vestimenta y el hecho de cubrir el cuerpo, tiene muchas más ramificaciones para el género femenino, así como para los estudiosos de la Torá y para el Tabernáculo, el lugar donde reposaba D-os en el desierto:

«Los estudiosos de Torá deben tener un recato extra en su ropa y en su comportamiento» (Derej Eretz Zuta 7).

«Desde el día en que el Tabernáculo fue construido, D-os dijo: “El recato es apropiado” (Midrash Tanjuma, Bamidbar 3).

¿Qué tienen en común los estudiosos de Torá, el Tabernáculo y las mujeres?

Los estudiosos de Torá, son seres humanos que tienen garantizado un grado de admiración debido a su gran conocimiento de Torá, hasta el punto que representan la palabra de D-os en la tierra, o la santidad, y por ende se merecen ese respeto.

Sin embargo, si nos dejamos llevar por su carisma, buenas miradas, manera de hablar, no podremos discernir su santidad interna, estamos envueltos en un tipo de idolatría en donde nuestra reverencia estará mal usada.

Por lo tanto, los estudiosos de la Torá tienen la obligación de ser mucho más recatados que el resto de las personas, para que de esa manera no nos distraigamos por su apariencia y presencia – pues si ella es muy llamativa, puede oscurecer su esencia verdadera.

Similarmente, el Tabernáculo representa el lugar de reposo de D-os en la tierra. Su edificación y sus elementos internos fueron hechos con los mejores materiales: oro, plata, cobre, piedras preciosas, etc. Si veríamos ese Templo como un mero edificio carente de contenido espiritual, estaríamos adorando a madera y piedras; distorsionando la realidad y el propósito por el cual el Tabernáculo fue construido.

Consecuentemente, todas los elementos del Mishkán requerían coberturas para desenfatizar el reluciente y elegante exterior, y así podíamos tener la oportunidad de ver lo espiritual por debajo de la superficie.

El Recato y las Mujeres

Y aquí es donde entran las mujeres.

De acuerdo al judaísmo, las mujeres, tienen una característica especial llamada en hebreo «biná», y la podríamos traducir como “un entendimiento profundo”. En la Torá, las mujeres son ejemplificadas teniendo un mundo interno muy rico, poseyendo un poder único de influenciar el carácter de las personas, y teniendo una percepción y una visión que está más allá de la lógica, de los hechos externos y las superficialidades.

Si las mujeres fueran vistas externamente, carentes de un carácter interno y de espiritualidad, se les estaría quitando su fuerza y su regalo tan único. El peligro existe cuando ellas son degradadas y convertidas en objetos.

De hecho, vemos que las culturas que admiran a las mujeres por sus características físicas, finalmente las degradan y se aprovechan de ellas.

En vista de esta posibilidad tan peligrosa – sumada a una gran tendencia dentro de los hombres en notar lo físico y externo, y ser estimulados visualmente – las mujeres harían bien en desenfatizar sus cuerpos en función de poder enfatizar lo que es su verdadera belleza, sus virtudes internas; sus almas.

«Todo el Honor de la hija del Rey está adentro» (Salmos 45; 14).

Claro está que nada de esto implica que las mujeres no deban verse bonitas.

De hecho, una vez que lo físico no está distrayendo, y la santidad interna es notada, es una mitzvá glorificar la vasija para santificar la mitzvá, la representación de la espiritualidad.

Así como el Tabernáculo era increíblemente atractivo y un estudioso de la Torá está obligado a darle a su apariencia física una prioridad mayor, también la mujer – una vasija obvia para un gran contenido – se verá más engrandecida por una realidad exterior que refleje un contenido espiritual, y no esté simplemente vacía.

Muchas de las ideas de este artículo fueron extraídas de la clase: “El concepto del Recato”, del Rabino Zeev Leff .

REFLEXIONADO (III). El Chisme: Una Amenaza Para el Triple Asesinato

El chisme puede ser más poderoso que las armas biológicas.

Los sabios enseñan que cada vez que uno habla mal de otros, es como matar a tres personas.

¿Quién es el que muere?

1.LA PERSONA QUE HABLA

¿Ante los ojos de quién esta persona está pasando? De alguna manera, la persona que habla está siendo «matada» a ojos de D’os. El Todopoderoso le ha dado a esa persona el regalo del habla, y ella lo está utilizando para provocar discordia entre dos personas, o para rebajar a las personas, o para hablar de los asuntos personales de otras.

En otro nivel, está siendo «matada» a ojos de aquellos que están escuchando. Cuando obtienes «noticias» sobre alguien y se lo dices a un grupo de personas, ¿adivina qué? Al escuchar la historia verdadera del divorcio de tal y tal ¿qué pasa?

Todos se inclinan a escuchar el jugoso chisme y tú te conviertes en el centro de atención. Por decirlo de alguna manera, has sido coronado! Te conviertes en el rey o la reina del momento. Pero es sólo por un momento. Si eres conocido como el tipo de persona que ansía hablar mal de otros y rápidamente comparte la «mugre» en cualquier momento, no serás la persona a la cual otra gente vendrá por consejo o a quien le confiarán sus vidas. Después de todo, si eres tan rápido para hablar mal sobre otros, todos saben que ellos serán parte de tu diversión social.

Cuando Bob era un comentarista de noticias, frecuentemente también hablaba y escuchaba chismes. De acuerdo con Bob: «Cuando estaba con ciertas personas, me sentía como si éramos mejores amigos, como si estábamos juntos en contra del mundo. Pero también sabía que lo mismo era cierto para quien era mi amigo en ese determinado tiempo. Si hablaban sobre otros tan viciosamente, eso me decía ¿qué sería dicho de mi cuando no fuese el mejor amigo del momento?».

Interesantemente, no sólo la mayoría de los compañeros de trabajo de Bob no confían en gente como esa, sino que también les desagradan. Claro, eso no impidió escuchar todo el chisme jugoso que se estaba contando.

La verdad es que en cualquier momento puedes ser el popular, pero a largo plazo, serás visto bajo los ojos de todo aquel que te escucha hablando. Cuando hablas mal de otros es como estar cometiendo suicidio lentamente.

¿Alguna vez te has preguntado por qué el chisme es llamado algo «bajo», la «mugre»? Seamos realistas! Rebajar a otra persona sólo nos provoca rebajarnos a nosotros mismos. Hace un tiempo, alguien en mi clase de Etica compartió la siguiente historia con todos la audiencia:

«Estaba presenciando una ceremonia en nuestro Templo y mi cuñada entró vestida inapropiadamente. Estaba vistiendo una camisa por demás ajustada y yo simplemente no lo podía creer. Se lo dije a mi esposo y le dije que su hermana lo había hecho otra vez. Cuándo iba a aprender!!

Pero mi esposo no respondió. Sólo se quedó parado mirándome. Y eso me enoja. Lo hace cada vez que hablo sobre otra gente. ¿No crees que él le deba decir algo a su hermana o tal vez que yo le diga?» – ella me preguntó.

Le respondí diciéndole: «Primeramente, no le digas nada a tu cuñada. No lo va a poder escuchar de ti. Si creas ese tipo de relación, ella no querrá escuchar de tu boca siquiera el reporte del tiempo. Segundo, cuando hablas negativamente sobre otros, ¿quien está siendo rebajada a ojos de tu marido?».

La mujer no tuvo que pensar mucho para responder y murmuró: «Yo».

«Tienes un buen marido» – seguí diciéndole – «No sólo te cuelgues de él, sino aprende de él».

2.LA PERSONA SOBRE LA QUE ESTAS HABLANDO

La persona que es el centro de la conversación obviamente está siendo «matada». Esa gente hace sus cosas sin saber que tú estás hablando sobre ellas, y estás afectando la manera en que otros los ven. Un daño irreparable puede ser hecho con cada palabra, ya sea que la información sea verdadera o no.

La reputación de una persona – su buen nombre – certeramente es una parte muy importante de su alegría del vivir. El dinero puede ser ganado relativamente fácil, pero una reputación de honestidad, integridad y bondad, de ser un buen marido, un buen padre, caritativo y recto, que se desarrolla a lo largo de los años, puede ser destruida en un momento en el cual hablamos mal del otro. Y dependiendo de las circunstancias puede que sea imposible reparar el daño provocado.

Los japoneses tienen un término que describe muy bien lo que le pasa con una persona cuando su reputación es dañada. Se dice que la persona ha «perdido su cara» como si ya no existiera.

3. LA PERSONA ESCUCHANDO

El Talmud dice que la persona que se daña más es aquel que está escuchando. Peor que chismear es escuchar chismes!

Todos sabemos muy dentro de nosotros, que aunque la mayoría lo hace, hablar mal sobre otras personas esta mal. La persona sobre quien estás ablando está siendo dañada sin fin. Sin embargo, nos preguntamos, ¿por qué a ojos de D’os el que escucha pasivamente es aquel que está haciendo el mayor mal?

La respuesta recae en la palabra «pasivamente». De las tres partes, el que escucha es el único que tiene la posibilidad de detener el habla negativa. El que habla ya tomó la decisión de hablar mal de otros. La persona sobre la cual se está hablando no tiene control sobre la situación. El que escucha es el único que tiene el poder de cambiar el curso de la conversación, que es la razón por la cual D’os lo pone en el lugar del que escucha.

Mi hijo me señaló que es peor leer chismes que escucharlo! Algunas veces – él me dijo – estamos en una situación en la cual alguien iba a decir algo negativo de alguien y de haberlo sabido antes lo hubiéramos bloqueado. Sin embargo, leer nos da tiempo para decidir si es algo que queremos saber o no. Si un artículo es una exposición jugosa de la vida de una persona – exponiendo detalles privados que son seguramente avergonzantes y dañinos para la reputación de la persona – ¿para qué desperdiciamos inclusive un segundo de nuestras vidas en eso? ¿Sólo para una emoción momentánea o una forma enfermiza de entretenimiento a expensas de otros? No hay excusa alguna para justificar nuestra acción.

Reputaciones son detruidas, sociedades se rompen – no hay fin. ¿Estás empezando a entender por qué Bob y yo somos tan apáticos acerca de uno de los pasatiempos favoritos del mundo?

Ten en mente que estas leyes Bíblicas no sólo se aplican a la gente, también a organizaciones, grupos de gente y un individuo que nunca te hubieras imaginado: Tú. Sí. Tú no tienes permiso de hablar mal sobre ti mismo! Si te rebajas a ti mismo, estás transgrediendo estas leyes. Pues al hacerlo, estás realmente diciendo que D’os se equivocó al crearte así. Pero, Él te hizo a su imagen y D’os no crea «basura». Entonces, olvídate del diálogo despreciativo. Eres único. Eres especial. Tienes potencial para la grandeza. Ahora usa ese potencial para bien.

LOS DIEZ CAMINOS PARA UN HABLA POSITIVA

Mejor tener balas apuntadas que habla apuntada. Otto Von Bismarck.

Los diez caminos para un habla positiva son:

1. No hables mal. Sólo di cosas positivas. Deja que las palabras de bondad estén en tu lengua.

2. No escuches nada malo. Rehúsate a escuchar chismes, difamación y otro tipo de habla negativa.

3. No racionalices el habla destructiva. Excusas como «pero es verdad» o «sólo estoy bromeando» o «le puedo decir a mi esposa/o todo» – debes dejarlas a un lado.

4. No veas cosas malas. Juzga a la gente favorablemente, de la manera en la cual quieres que te juzguen a ti.

5. Cuídate para no hablar mal, sin una mala palabra. El lenguaje corporal e inclusive el habla negativa pueden traer terrible destrucción.

6. Sé humilde; evita la arrogancia. Estas serán tus mejores armas en contra del habla destructiva.

7. Cuídate para no repetir información. Inclusive información positiva necesita permiso antes de ser repetida.

8. La honestidad es la mejor póliza – la mayoría de las veces. Ten cuidado para decir siempre la verdad, a menos que esa verdad hiera a otros, rompa tu privacidad o publique tus logros.

9. Aprende a decir «lo siento». Todos cometemos errores. Si hablaste mal de alguien «límpialo» inmediatamente.

10. Perdona. Si alguien te hizo mal, perdónalo.

Extraído de «Gossip – Ten pathways to eliminate it from your life and Transform your Soul», por Lori Palatnik y Bob Burg (Smicha Press) Disponible en amazon.com