LAS SELIJOT (REZOS DE PERDÓN)

(selección extraída del libro “Torat Hamoadim”, por Rabi David Iosef © Rabi David Iosef)

Las comunidades sefaraditas y orientales acostumbran a recitar por la madrugada las selijot (Rezos de Perdón) a partir del principio del mes de Elul hasta Iom Kipur. El motivo de esta costumbre se basa en la tradición que Moshe Rabenu subió al monte de Sinaí para recibir las segundas tablas de la ley, el primero de Elul, y oró allí a Dios para que perdone al pueblo de Israel por el pecado de adorar al becerro de oro, durante cuarenta días; o sea todo el mes de Elul y Diez días de Tishri y fue el diez de Tishri, Iom Kipur, que Dios expió el pecado del pueblo. Por ello la Tora fijó el día diez de Tishri como “Día del Perdón” por siempre; posteriormente adoptaron algunas comunidades la tradición de rezar plegarias especiales de exculpación durante los cuarenta días anteriores a Iom Kipur, para que seamos absueltos de nuestros pecados como sucedió con nuestros padres en la época de Moshe Rabenu.

2.Sin embargo las comunidades ashkenazitas (provenientes de Europa Oriental) acostumbran a recitar las selijot a partir del domingo anterior a Rosh Hashana; en el caso que Rosh Hashana cae un lunes o martes, se adelantan los rezos de congoja al domingo de la semana anterior a Rosh Hashana.

3. El momento más apropiado para recitar las selijot, es a partir de la medianoche hasta el amanecer, pero antes de la medianoche está prohibido decir selijot; por consiguiente las personas débiles que nos pueden recitar las selijot en la madrugada, deben hacerlo a la mañana o por la tarde antes de minha; ya que a partir de la salida de las estrellas hasta la medianoche está prohibido.

4.La persona que madruga para recitar las selijot, debe cuidarse de no dormitar en el rezo de shahrit, como dijeron nuestros sabios: “No se debe descuidar lo principal por causa de una costumbre secundaria” Por consiguiente quien no puede contener su sueño en el rezo de shahrit, es conveniente que recite las selijot antes de minha o a la medianoche.

5. Aquellos estudiantes de la Tora que la recitación de las selijot les provoca cansancio y de esta forma no logran estudiar correctamente, se les aconseja recitar las selijot a la medianoche, y si no consiguen un minian para ello, por lo menos es recomendable que las reciten los días lunes y jueves. Asimismo en los “Diez días del Retorno, deben esforzarse para recitar las selijot todos los días. La misma ley recae para los maestros y empleados que la recitación de las selijot les implique el incumplimiento de sus respectivos trabajos.

6. La recitación de las selijot debe efectuarse con temor y reverencia y no se debe apurar en su lectura. En el momento de las selijot debe cada persona concentrarse en los rezos, arrepentirse por sus faltas y comprometerse a mejorar sus acciones.

7.Las selijot pueden recitarse también sin la presencia de un minian (diez personas), con la condición que al pronunciar el versículo “Vaiaabor” piense que está leyendo únicamente, sin la intención de rogarle a Dios, por ser que dicho versículo se considera una “plegaria sagrada, como el “Kadish” y la “Kedusha”, que sólo se recitan en presencia de diez personas. Asimismo el que recita como “Mahe u mase“, “De ane Laanine, etc., por ser que los ángeles no comprenden este idioma y no elevarán el rezo al Todopoderoso. Sin embargo en presencia de diez personas (Minian) se recitan estos pasajes ya que el Todopoderoso se encuentra con este grupo de creyentes y no necesitan de la mediación de los ángeles.

Rabi David Iosef

Rezos de perdón (Selijot)

Aseret Yemei Teshuva (Los 10 días previos a Iom Kipur)(y III): Bitul y rezos

Bitul, la sumisión para una relación profunda

Analizaremos el concepto de bitul desde el principio de la relación de Israel con el Eterno hasta nuestros días.
Mientras estaba en Egipto, la congregación de Israel se encontraba en las etapas iniciales del primer nivel, de aceptar el reino del cielo, pues los israelitas seguían sumidos en el cuadragésimo noveno portal de la impureza. La multiplicidad de señales y milagros les propino el impulso necesario para adquirir conciencia cabal del nivel básico y, al percatarse de que D-os es el rey del mundo, aceptaron sin reservas Su dominio. Empero, no alcanzaron el siguiente nivel, de entregar a D-os su néfesh, rúaj y neshamá sino hasta la partición del mar. Al exclamar «D-os reinará por siempre jamás», recalcaron su compromiso eterno de mantener el reinado Divino en este nivel superior de sumisión, donde Su voluntad se convirtió en la de ellos.

Al igual que nuestros antepasados en Egipto, también aspiramos a mantenerlo, pero sabemos que en realidad resulta imposible permanecer siempre en el mismo nivel de intensidad, por ello, después del ayuno del 9 de Ab, nos prestamos para los 40 días que comenzaran en elul, reflexionando sobre cuál es el significado de esta total sumisión de nuestro intelecto y emociones para cada uno de nosotros. Entonces planeamos activamente para traducir nuestras intenciones en acciones, adoptando nuevas expresiones de sumisión que sentimos que estamos preparados para mantener. Nuestro servicio durante estos 40 días se sellará en los últimos Diez Días de Arrepentimiento.
[…]

[Como ejemplo de bitul] cabe mencionar la historia de un joven cuya familia había cortado totalmente sus lazos con el judaísmo. Se había enamorado de una muchacha gentil que estaba estudiando judaísmo con la intención de convertirse. A medida que le enseñaba a él con entusiasmo lo que ella estaba prendiendo, las sagradas chispas de su alma judía gradualmente se encendieron. Poco después de que ella se convirtió, el también se hizo observante.
El día de su compromiso, la pareja cumplió con la antigua tradición de visitar la tumba de los antepasados del novio. Ante su incrédula mirada, había un emblema grabado en la lapida, que se indicaba que los familiares del novio eran cohanim, sacerdotes. Si el novio era cohén, le estaba prohibido casarse con una conversa; el compromiso había de romperse.

En vista de que el deseo del joven de retornar al judaísmo era sincero y no había sido motivado por el amor que sentía hacia su novia, no tuvo alternativa. De igual forma, dado que la relación de la joven con D-os precedía a la relación con su novio, aceptó la voluntad de D-os y comprendió que el objetivo real de su compromiso nupcial había sido regresar a este joven a su Creador. En este caso, ambos realizaron un acto de sumisión con su rúaj.

De Rosh Hashaná a Iom Kipur

Los diez días de arrepentimiento, desde Rosh HaShaná hasta Iom Kipur, son los últimos días que Moisés permaneció en el Monte Sinaí. En Rosh HaShaná sometemos nuestra neshamá al Todopoderoso aceptándolo como Rey en el plano intelectual. Durante los días de arrepentimiento sometemos nuestro rúaj a D-os merced a nuestra sincera contrición por los pecados del pasado. En Iom Kipur sometemos nuestro nefesh a D-os mediante la privación física de comida y bebida.

Iom Kipur representa el tiempo final de separación durante el cual el Creador, ejerciendo sus funciones de Juez, permite que las fuerzas de justicia estricta y los ángeles de las naciones del mundo alcen su voz y presenten sus acusaciones contra el pueblo de Israel.

El Arí pregunta cómo Iom Kipur puede ser el dia mas sagrado del año, puesto que el crecimiento espiritual que Israel ha de lograr durante las tres semanas que transcurren desde el inicio de las Altas Festividades, en Rosh Hashaná, hasta Sucot, aun no alcanza su punto máximo en Iom Kipur, no produciéndose a la sazón la unificación espiritual que buscamos. Por lo tanto, ¿cómo resulta ser Iom Kipur más sagrado que Sheminí Atzeret, pese a la unión total que se produce en esta ultima fecha?

La respuesta es que, en Iom Kipur, el pueblo de Israel acepta incondicionalmente el reinado de D-os sobre si y, en tanto Su pueblo, se yergue frente a Él «cara a cara», atrayendo sobre si Su respuesta: un momento de favor divino sin precedentes. Pese a que el vinculo apasionado aun no se completa y no se produce la unión, la entrega total de Israel en Iom Kipur demuele todas las barreras, creando un lazo de una calidad ausente en Sheminí Atzeret.

Toda relación profunda entre el hombre y D-os debe nacer del bitul un coparticipe en algún nivel. Por ende, solo en Iom Kipur, cuando nos sometemos totalmente a nuestro Amado, puede la relación de amor establecerse a cabalidad. Por medio de nuestra total entrega, coronamos a D-os como Rey, y podemos renovar la intima unificación que anhelamos compartir con Él. En este sentido, cada año recibimos las Segundas Tablas que nos convierten en la «Congregación de Israel, Su Amada del alma».

(Extraído de «Cabalá: Espiritualidad autentica para nuestros tiempos. De Simcha Benyosef)

Los rezos de Aseret Iemei Teshuva

1. Durante los diez días entre Rosh Hashana y Iom Kipur, los rezos sufren un cambio en su texto.

2. En lugar de recitar en la amida «Hael Hakadosh» se dice «Ha-melej Hakadosh», y en lugar de «Melej oheb zedaka umishpat» se dice «Hamelej Hamishpat»

3. Si en lugar de decir «Hamelej Hakadoah» dijo «Hael Hakadosh» como de costumbre, si se percató dentro del lapso de 3 segundos y dijo «Hamelej Hakadosh, puede seguir con la «Amida». Si pasó este lapso o que comenzo la bendición de «Ata Honen» debe volver a repetir la Amida desde el principio.

4. Si no recuerda si dijo «Hael Hakadosh» o Hamelej Hakadosh, debe repetir la Amida.

5. Si en lugar de decir «Hamelej Hakadosh» dijo «Melej Hakadosh» o si dijo «Melej Hamishpat» en lugar de «Hamelej Hamishpat», no debe volver a rezar.

6. El Hazan que en lugar de decir en la Hazara «Hamelej Hakadosh» dijo «Hael Hakadosh» y se percató después de tres segundos vuelve a repetir desde «Ata kadosh».

7. Si en lugar de decir «Hamelej Hamishpat» dijo «Melej oheb zedaka umishpat» y se percató después de tres segundos, vuelve a repetir desde Hashiba shofetenu. Pero los ashkenazim acostumbran a no repetir en este caso.

8. Si finalizó la Amida o sea que ya recitó el párrafo «ihu lerazon» depués de Elohay nezor y se percató que dijo «Melej oheb zedaka umishpat», debe volver a repetir la Amida. Pero de todas formas debe en este caso decir antes de repetirla, lo siguiente: «si debo volver a repetir la Amida, he aquí que lo hago, y sino debo volver a repetirla he aquí esta amida es un obsequio para Dios»

9. Si finalizó la Amida y no recuerda si dijo «Melej oheb zedaka umishpat» o «hamelej hamishpat», debe volver a repetirla, con la condición prescripta en el inciso anterior. Pero si se percató de dicha duda en medio de la amida sólo vuelve a la bendición «Ashiba shofetenu».

10. El Hazan, en la hazara de la noche de shabat, debe pronunciar en lugar de hahel hakadosh shehen camohu», «amelej hakadosh shehen camohu». Si no hizo este cambio y se percató antes de recitar la última bendición («baruj ata- mekadesh hashabat») repite nuevamente desde «maguen abot bidbaro» y debe cuidarse esta vez de no confundirse nuevamente. Pero si ya bendijo «Baruj ata- mekadesh hashabat», no debe volver a repetir, aunque se haya equivocado.

11. En estos dias se agrega también a los rezos algunos pasajes y ellos sore 1) «zajrenu lehaim» 2) «mi camoja» 3) «uktob lehaim» y 4) «uvasefer haim»-, como está indicado en los sidurim (libros de oraciones).

12. Quien omitió estos pasajes y finalizó la amada no debe volver a repetirla

13. En el rezó de shahrit, antes de «Ad-nay melej» se dice dos veces «Ad-nay hu Ahelohim, Ad-nay hu Ahelohim». Asimismo se agrega el capitulo de Tehilim «shir hamaalot mimaamakim» antes de «ishtabaj»

14. En la Amida y en el «Kadish Titkabal» que se recita después de la Amida se dice «ose hashalom bimromav» en lugar de «ose ahalom bimromav». Pero en el resto de los Kadishim no es necesario decirlo.

15. Después de la hazara de «shahrit» y «Minha» se recita «Abinu malkenu». En «Shabat» hay quienes lo dicen omitiendo los párrafos que recuerdan pecados y hay quienes no lo dicen totalmente; por consiguiente cada comunidad debe seguir su costumbre, pero si no conocen cual es la costumbre, deben acostumbrarse a decirlo omitiendo los pasajes que nombran pecados.

Shabat Shuba

1. El sábado que cae entre Rosh Hashana y Iom Kipur es conocido como Shabat Shuba por ser que la Aftara (Capítulo de los profetas que se lee los sábados después de la lectura de la Torá) comienza con las palabras «Shuba Israel».

2. También es llamado «Shabat Teshuba» (sábado del retorno) ya que se encuentra en los diez días del retorno (Aseret Ieme Teshuba).

3. En lugar de agregar en la Amida de Musaf «Mi Kamoja… Ab arahman» como en el resto de estos diez dias se dice «Mi Kamoja- Ab Arahamim».

4. Se acostumbra en todas las comunidades de Israel que en este Shabat el Rabino de la ciudad diserta sobre los temas concernientes a la Teshuba y sobre las leyes referentes a Iom Kipur.

5.En todos los sábados del año se debe fijar un tiempo para estudiar Torá y especialmente en Shabat Shuba, que nos encontramos antes de Iom Kipur.

(selección extraída del libro «Fechas y conmemoraciones» por Shelomo Sued, © Shelomo Sued)

http://www.tora.org.ar/

Aseret Yemei Teshuva (Los 10 días previos a Iom Kipur)(II): Los días de Retorno y sus Leyes

Los diez días del Retorno (Aseret Ieme Teshuba) y leyes de la Teshuba

1. Durante los diez días del retorno que comienzan en Rosh Hashana y finalizan en Iom Kipur, debe cada persona efectuar un análisis espiritual de sus actos y arrepentirse por los pecados cometidos. Asimismo debe esmerarse y realizar actos de beneficencia y mitzvot para que de esta forma sea merecedor de la misericordia divina y sea sellado en Iom Kipur en el libro de la vida.

2. Es aconsejable en estos días fijar un tiempo para estudiar libros específicos que tratan sobre la Teshuba (el Retorno) como por ej. «Shaare Teahuba» de Rabi Iona Guirondi, y «Las leyes del Retorno» codificadas por Rabi Moshe Ben Maimon.

3. No debe confundirse la persona y pensar que sólo debe abandonar los pecados cometidos, como robar, etc.; sino así como debe arrepentirse de éstos también debe desarraigarse de las malas cualidades como el odio, la envidia, el orgullo etc. promotores de la realización de los pecados. De esta forma cumplirá con la enseñanza del versículo «Y abandonará el malvado su camino y el hombre engaúoso sus ideas»

4. Una de las cualidades más odiadas por D-os es la mentira, por el contrario el Creador ama a quien se conduce con la verdad, ya que ésta es la «llave» que conduce al hombre al buen camino. En una oportunidad, un pecador que había transgredido todos los preceptos de la Tora, resolvió retornar al buen camino. Se dirigió entonces al Rabino de su ciudad, en busca de un consejo, y luego de plantearle su situación le confesó: «Estoy dispuesto a aceptar cualquier sufrimiento para ser perdonado, aun si debo arrojarme al fuego y morir, lo haré».
El rabino replicó: «-El sendero que yo te indicaré para que retornes es más arduo y dificil que el que tú propusiste. ¿Estás dispuesto a aceptarlo?-
– ¡Si! – exclamó el retornante.
Entonces le dijo el Rabino. – Ve a tu casa en paz y haz todo lo que tu instinto desee, sólo debes jurarme, que si algún sujeto indagara sobre tus actos, deberás contarle la verdad. El hombre regresó a su hogar perplejo por el consejo del Rabino, pero acató fielmente su orden y así se comportó. Fue entonces que su instinto le dijo: «Ve y roba» Él se dispuso a robar y se percató que luego si alguien le preguntara a donde se diga deberia confesarle que va a robar, entonces decidió no robar. Asi ocurrió con todos sus malos deseos, al pensar que deberia confesarlos, recapacitaba y se privaba de llevarlos a cabo. De esta forma retornó a la senda de D-os. He aquí el don de la «verdad» salvó a este ser del pecado, y lo acercó a Dios más que cualquier otra pena que el Rabino le hubiera impuesto para enmendar su camino.

5. El que retorna a D-os y abandona sus pecados no debe pensar que su categoría es mucho menor que la de los justos que nunca pecaron. Sino por lo contrario es amado y querido por D-os como si fuera que nunca pecó. Ya que el Todopedoroso comprende el gran esfuerzo realizado, que a pesar de haber disfrutado y conocido el placer de los pecados, con todo ésto abandonó el mal camino y por consiguiente su recompensa es muy grande. Como dijeron nuestros sabios «En el lugar donde se encuentran los retornantes aun los justos no pueden entrar ya que su nivel espiritual es mas elevado porque doblegaron a su instinto.

6. La «Teshuba» o sea «EI Retorno a D-os» que es uno de los 613 preceptos consta de tres pasos: abandonar los pecados y decidir no volver a cometerlos jamás, arrepentirse por lo cometido, y confesarse ante el Todopoderoso.

7. En la época del Gran Templo de Jerusalem se lanzaba en Iom Kipur, desde una montaña, un cabrito sobre el cual se confesaba el Cohen Gadol en nombre de todo Israel. Por medio de este sagrado servicio, se expiaban absolutamente todos los pecados de cada judío, que hizo Teshuba.

8. Hoy en dia, que no existe el Gran Templo de Jerusalem, la Teshuba es la que expía los pecados. Sin embargo algunas transgresiones nesecitan el acompañamiento de otras condiciones como explicaremos en el punto siguiente.

9. Existen varios tipos de transgresiones 1) las transgresiones a los preceptos positivos, cuya condena no sea «karet» o la muerte, como la mizva de colocarse el Tefilin, 2) las transgresiones negativas, cuya condena no sea «karet» o la muerte como el comer alimentos prohibidos 3) las transgresiones cuya condena es «karet» o la muerte como el adulterio y 4) las transgresiones que acarrean la profanación del Todopoderoso, como el sabio que su comportamiento es incorrecto y desprestigio de esta forma a Dios.

10. La Teshuba borra totalmente todas las transgresiones positivas cuya condena no sea «karet» o la muerte, en forma inmediata. Si cometió alguna transgresión negativa cuya condena no sea Karet o la muerte, la Teshuba es válida únicamente al llegar el dia de Kipur. O sea que al transcurrir el dia de Iom Kipur junto con la teshuba efectuada, expían este tipo de pecados. Si transgredió algún precepto cuya pena es karet o la muerte es perdonado solamente al sumarse a los dos requisitos mencionados, sufrimientos y vicisitudes que completan la expiación. Pero si profanó el Nombre Divino no alcanzan los tres requisitos anteriores, sino sólo al morir, el sufrimiento de la muerte expía su pecado, pero si murió, sin cumplir con la teshuba o el resto de las condiciones (Iom Kipur y sufrimientos) no es perdonado. Dios creó al hombre de tal forma que en sus manos está la elección de ser justo o malvado, y no es un decretó divino, por este motivo existe el castigo y la recompensa. Cada persona debe esmerarse en retornar a Dios antes de morir, y por ser que nadie conoce su último dia, se debe hacer teshuba hoy mismo, como dijeron nuestros sabios en el tratado de Abot. «No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy; ya que después de la muerte no hay remedio para borrar los pecados cometidos. En el rezo vespertino, (arvit), rogamos a D-os todas las noches: «Aleja al satan antes y después de nuestros actos».
Este pedido implica que el ser humano no debe desalentarse a causa de los pecados cometidos en el pasado, y más aun no debe tomar una actitud conformista con respecto al presente y futuro, renunciando a su progreso espiritual. Por el contrario, debe acercarse a D-os y abandonar sus caminos errados, ya que Dios lo ama y considera muy valioso su esfuerzo por doblegar su instinto y rectificar su conducta; como consecuencia lo recompensa, elevándolo por sobre la categoría de los Justos que nunca pecaron. Esta paradoja se comprenderá claramente con un interesante relato. Uno de los más acaudalados judíos de Europa tenía una hija la que estaba en edad de casarse. Su padre eligió para su hija uno de los más eruditos alumnos de la Ieshiba (centro de estudios rabínicos) que era dueño de bellas cualidades y delicados modales. Luego de recibir el consentimiento de su hija, los jóvenes se comprometieron y el pródigo millonario prometió a su futuro yerno abastecer todas sus necesidades mientras se dedique al estudio de la Tora. Sólo una condición le impuso al brillante muchacho, que él mismo compre con su dinero el traje que vestiría en su boda. El humilde alumno que carecía de medios para comprarse un traje, pidió ayuda a sus compañeros, los que dadivosamente le prestaron una sencilla suma de dinero, que apenas le alcanzaría para adquirir un modesto traje, de segunda calidad, que no era digno de vestir en esa adinerada familia. Sin embargo el joven estudiante no se percató de este hecho y partió felizmente rumbo a la ciudad de su prometida. En el camino un grupo de rufianes lo atacó y se apoderó

11. Enseña el tratado de Iom Kipur (Ioma 85 pag. 2) «los pecados cometidos contra el prójimo no son expiados por Iom Kipur, si no recibió con anterioridad el perdón de su compañero». Como dice el versículo «porque en este día serán expiados sus pecados delante de D-os» o sea sólo los pecados cometidos contra Dios son perdonados gracias a la teshuba y Iom Kipur, pero no las agresiones contra el prójimo. Incluso hay sabios que opinan que si no fue perdonado por su compañero, D-os no le expía tampoco los pecados cometidos contra Él. Por consiguiente si tomó algún objeto sin permiso de su compañero o robó no alcanza con devolver lo robado, sino debe también disculparse y reconciliarse. Si avergonzó o hirió a su prójimo debe también pedirle disculpas hasta que lo perdone.

12. Si se disculpó con su compañero y éste último no desea perdonarlo, debe volver a insistir una segunda vez con tres testigos, sí en esta oportunidad tampoco desea perdonarlo debe disculparse una tercera y última vez, nuevamente con tres testigos. Cada vez que se disculpa debe hacerlo con distintas palabras. Si después de estas tres súplicas su compañero no lo perdonó, no está obligado a disculparse nuevamente.

13. Lo anteriormente explicado es válido solamente cuando agredió a su compañero, pero si pecó contra su Rabino, aunque no sea el Rabino específico de él, debe disculparse aun más de tres veces hasta que lo perdone.

14. Enseñaron nuestros sabios: «Todo el que perdona la agresiones cometidas contra el D-os le perdona todos los pecados». Por consiguiente la persona no debe ser cruel y debe perdonar a su compañero, de todas formas si desea que su agresor aprenda la lección y no vuelva a cometer un pecado puede retrasarse en disculparlo; la misma ley recae si teme que su compañero al ver que lo perdona fácilmente vuelva a su mal camino.

15. Aquella persona que su compañero lo difamó, no está obligado a perdonarlo, pero es aconsejable que sí lo haga.

16. Quien pecó contra su compañero y éste último falleció antes de que lo disculpe, debe el agresor dirigirse a la Tumba de su prójimo con diez personas y disculparse con las siguientes palabras «Pequé contra el Todopoderoso Dios de Israel y contra fulano que esta enterrado aquí» Si le robo al difunto debe devolver lo robado a sus herederos.

17. Cada persona está obligada a disculparse en estos crias con sus padres por los pecados cometidos contra ellos y por haberles faltado el respeto que se merecen, y aquel que no les pide perdón es llamado por los Jajamim «Pecador», ya que aun con su amigo debe disculparse, con mas razón con sus padres; por ser que ningún ser humano está limpio de la falta de respeto a sus padres aunque sea sin mala intención. De todas formas, si el hijo no pide perdón a su padre y a su madre, éstos deben igualmente perdonarlo y decir expricitamente «Perdonamos a nuestro hijo fulano por todos sus pecados que efectuó contra nosotros y no sea castigado por nuestra causa».

18. De la misma manera el marido y su esposa deben disculparse y perdonarse mutuamente. Asimismo se debe pedir perdón al Rabino de la ciudad.

19. Es correcto que cada persona en la víspera de Iom Kipur perdone a toda persona que lo agredió, de cualquier forma que haya sido la agresión. Como enseñaron nuestros sabios «El satán que acostumbra acusar a Israel en Iom Kipur al ver que en el pueblo judío reina la paz y la armonía, se dirige a D-os y le dice. «D-os Todopoderoso Tienes un pueblo que se compara con los ángeles, así como los ángeles se aman, así también los hijos de Israel se Aman entre sí». Entonces Dios escucha sus palabras y perdona de inmediato a sus hijos, el pueblo de Israel (Pirke de Rabi Eliezer 46).

(selección extraída del libro «Fechas y conmemoraciones» por Shelomo Sued, © Shelomo Sued)

Aseret Yemei Teshuva (Los 10 días previos a Iom Kipur)(I)

Los Tres Defensores

Estos solemnes días son calificados por nuestros sabios como la «Antesala de la Sentencia final». En ellos nos preparamos anímica y espiritualmente para llegar al santo día de Kipur. Generalmente, cuando un individuo tiene que presentarse delante de un juez para responder ante la justicia por una acusación penal, contrata a un buen abogado para que éste lo represente y defienda sus intereses. Sería una locura presentarse solo ante el magistrado, sin saber los mecanismos y procesos que el juicio lleva en sus distintas fases. El abogado, además de enseñarle cómo debe contestar las preguntas del juez; le asesora el camino que debe tomar y las atenuantes que le conviene presentar, a fin de ganar el juicio. En Kipur, todos los humanos, sin excepción, nos presentamos ante el Juez supremo, el Rey de los Reyes, el Señor nuestro D-os, para recibir la sentencia final sobre los actos que realizamos durante el año.

Cabe preguntar: Ante esta difícil circunstancia que se nos presenta, ¿quiénes son nuestros abogados?; ¿quiénes defienden nuestros intereses?

Nuestros santos sabios con su refinada sabiduría nos aconsejaron centrar nuestras fuerzas y dedicarnos en estos días especificamente, a la practica de tres preceptos. Ellos, además de poseer la facultad de borrar íntegramente el pecado, también pueden anular los malos decretos a los que ya nos hicimos merecedores. Como abogados son infalibles y como defensores invencibles.

Claramente lo expresaron: «El ayuno, el rezo y la caridad anulan el mal decreto» (Midrash Rabá Kohelet 5-4).

El tema requiere un detenido análisis. Si bien es aceptable que estos preceptos (ayuno, rezo y caridad) sobresalen en el terreno de la moralidad y la fe, es difícil comprender su relación con el pecado, pues, ¿qué particularidad poseen que por su medio se expía el pecado?. Además, ¿por qué los demás preceptos como los son: El cuidado del Shabat, el Tefilín, el Kashrut, etc. no tienen la misma fuerza de anular los malos decretos?.

Podríamos explicarlo de la siguiente manera.

Estos tres preceptos contrarrestan especificamente los tres móviles que incitaron al hombre a cometer el pecado. El ayuno debilita la fuerza corporal y mitiga el entusiasmo y el vigor que se empleó en el acto del pecado. El rezo recubre la falta de fe que hubo en el momento de cometerlo, y la caridad reordena la escala de valores, haciendo del medio, medio y de la finalidad, finalidad. Expliquemos uno a tino.

AYUNO: Relata el Profeta en Melajím. En ese entonces el pueblo de Israel pecó contra D-os adorando a los ídolos. Se dejó arrastrar tras las pasiones del Rey Aj-ab y su esposa, la Reina Izebel, quienes, además de colocar ídolos en cada esquina de Jerusalém, persiguieron cruelmente a los profetas de D-os para aniquilarlos. Este terrible acoso maquiavélico, tenía como propósito erradicar la fe monoteista, de los corazones de Israel e implantar formalmente el servicio y la sumisión a la idolatría. El profeta Eliahu, quien en esa época fungía como mensajero de D-os, luchaba incansablemente en contra de Aj-ab y sus secuaces, desnudando por un lado a los «sedicentes profetas», y por el otro, infundiendo en el pueblo la fe milenario, la fe que los había mantenido hasta ese entonces como pueblo. Cuando se enfrentó Eliahu con Aj-ab, además de culparlo categóricamente por descarriar al pueblo, le anunció la decisión de D-os de no mandar las lluvias. Relatan los versículos: «Entonces, Eliahu el Tishbita de los habitantes de Gil-ad dijo a Aj-ab: Vive el Señor, D-os de Israel, delante de quien yo sirvo, que no habrá en estos años ni rocío ni lluvia, sino conforme a mi palabra» (Melajím I-17/1).

Con esta advertencia, Eliahu supuso que Aj-ab daría su brazo a torcer; sin embargo, éste se empecinó y continuó difundiendo la idolatría en el seno de Israel. El hambre había comenzado a hacer estragos dentro del pueblo, los ríos se secaron, los sembradíos se perdieron y los animales morían frente a los ojos de sus dueños, sin que éstos pudieran hacer nada para salvarlos. Después de tres años de sequía, volvió Eliahu a enfrentarse con Aj-ab, más esta vez era solo para ofrecerle un desafío abierto frente a los ojos de todo Israel. Le dijo Eliahu: «Ve y reune a tus profetas en el monte Carmel, yo pues, estaré solo frente a ellos. Ambos acercaremos un sacrificio en el altar, y será el D-os que responda por medio del fuego (que consuma al sacrificio) el verdadero D-os». Aj-ab, que se sentía presionado por el pueblo, pues de hecho no había caído una sola gota de agua durante los tres años, tuvo que aceptar forzosamente el desafío.La prueba se llevó a cabo y D-os contestó al sacrificio de Eliahu. El pueblo reconoció la supremacía de D-os, mataron a los profetas falsos e inmediatamente comenzó a llover, volviendo el pueblo a su estado de normalidad.

Preguntaron los santos exégetas: ¿Por qué se esperó Eliahu tres largos años para comprobarle al pueblo, que D-os es el único que gobierna en el universo?. Si de todos modos tenía planeado hacer el reto, ¿por qué no lo hizo desde un principio, evitándole a Israel todo ese sufrimientos?.

Es que mientras el cuerpo esté en estado de placidez, mientras se le satisfagan todos sus deseos y pasiones, el hombre jamás verá la verdad claramente; jamás comprenderá los perjuicios que se le avecinan y lo desestabilizan. Un cuerpo sosegado bloquea la razón y el juicio recto, y ello le impide al hombre juzgar la realidad con parcialidad. Así pues, lo confirma el versículo que reza: «Mas cuando engorda Yeshurún (Israel) entonces desecha a D-os su hacedor…… (Debarím 32-15).

Por esa razón esperó – Eliahu tres años, consideró que durante ese lapso, el pueblo ya se apartaría de la idolatría; se desprendería del materialismo en que estaba inmerso y entonces comprendería la grave situación por la que estaba pasando.

Esta es la razón del ayuno, y de esta manera, se repara el primer móvil que llevó al individuo a rebelarse contra su creador. El hombre cometió el pecado porque su cuerpo estaba satisfecho, tranquilo, lleno de energía. El ayuno en cambio, debilita al cuerpo, lo apacigua, le regulariza los sentimientos; a la vez que lo llama a la toma de conciencia; a la mejora de conducta, y ello, definitivamente, le facilita en parte, la difícil tarea ,que «significa retornar a D-os con sinceridad.

REZO: El fundamento del rezo es la Fe. Al orar, el hombre acepta categóricamente que su vida, sus actos, su sustento y su salud dependen de la voluntad del Creador del universo; a El se somete y en El. deposita su esperanza. En relación con el tema del rezo, comenta el Midrash Rabá (Matot 22-2): «Cuando D-os pidió a Moshé que vengara a los hijos de Israel de los Midianitas, Moshé reunió treinta y seis mil soldados y los dividió de la siguiente manera: Doce mil cuidaban los campamentos, doce mil rezaban y doce mil, guerreaban».
Resulta diffcil comprender la necesidad de los doce mil orantes, pues, si el origen de la guerra estaba basado en la orden Divina, y así como le dictó D-os: «Venga a los hijos de Israel»; ¿para qué era necesario que rezaran por su triunfo?.

Aquí se encierra el secreto de la fe.

Si no estuviera el grupo rezante, los soldados podrían llegar a pensar en un momento dado, que ellos fueron quienes ganaron la guerra con su fuerza; que gracias a su valentía y estrategia, lograron derrotar al enemigo. Por esa razón, en ese preciso momento, mandó Moshé al grupo rezante, con el propósito de reforzarles el principio de que: «El éxito y la proeza provienen solamente de D-os, el Rey del Universo». El hombre es solo el mensajero, más quien gana las guerras es la supremacía del amo del mundo. En el momento de cometer el pecado, el hombre olvida los principios de la fe; omite en forma indirecta la autoridad de D-os, pues, si reflexionaría un momento antes de cometer la falta, no la haría; bien sabría que D-os está observando y escribiéndolo en el libro de las deudas. Esta falta de fe se sana con el rezo, y de ésta manera se enmienda el segundo móvil que llevó al individuo a la rebeldía. Por medio de la oración, el hombre vuelve a aceptar el dominio de D-os en el universo; le pide perdón y lo implora que le de fuerzas para no repetir la misma falta.

CARIDAD: Cuando D-os puso a Adam el primer hombre en el jardín del Edén, le ordenó que lo cultivara, que lo cuidara, que sirviera solo a su creador y se deleitara con el resplandor de la Divinidad. Adam desaprovechó la oportunidad, se dejó seducir por Javá; ignoró la orden de D-os y comió del árbol de la sabiduría. D-os inmediatamente lo castigó, lo expulsó del jardín y lo maldijo: «Con el sudor de tu frente comerás pan» (Bereshit 3-19).

Analizando a fondo el suceso, surgirá la siguiente interrogante:

Si el objetivo de D-os era que Adam permaneciera en el Edén y lo sirviera; ¿para qué entonces lo expulsó del jardín?; de esta manera menos lo serviría, pues al estar más alejado, menos reconocería Su poderío y magnificencia. En su caso, le hubiese dado cualquier otro castigo aleccionador que le sirviera como instructivo para su conducta; ¿dónde se encuentra en ésta sanción la proporción a su falta?

La intención de D-os fue la siguiente:

Estando Adam en el Edén confundió la escala de valores. La meta era apegarse a D-os, servirlo con devoción y deleitarse con el resplandor de la Divinidad. Los árboles del jardín eran solo su medio de existencia. En ellos, no tenía que ocupar su mente, su tiempo y su sagacidad; y sin embargo, Adam se equivocó, comió del árbol del bien y el mal. Invirtió los valores, e hizo del medio una finalidad. Para remediar esa anomalía, D-os lo expulsó del jardín a la tierra de donde había sido sacado, a fin de que trabajara la tierra con sudor y esfuerzo; con perseverancia y esmero, y comprendiera finalmente que, los frutos que habría de cosechar le servirían solo como instrumento para servir a D-os. De haber permanecido en el Edén, Adam jamás hubiese comprendido su error, pues, para su suerte, ahí dentro todo lo tenía, de todos los privilegios gozaba; lo que deseaba lo obtenía con facilidad y abundancia.

La expulsión, fue precisamente la que lo llevó a meditar sobre su estado. La lejanía del paraiso era la mejor opción para que supiera distinguir entre los valores, ahi fuera haría de la finalidad, finalidad y del medio, medio. En el momento de cometer el pecado, el hombre confunde la meta. Obedece y satisface sus deseos corporales haciendo a un lado la voluntad de D-os.

El acto de la caridad remedia esta irregularidad. El hombre invierte mucho esfuerzo para ganar dinero. Sus sueños, anhelos, desvelos y meta, son asegurar su futuro económico y el futuro de sus hijos. Al entregárselo al pobre como caridad, convierte la finalidad, -de acuerdo con su concepto- en medio. El ceder y desprenderse de lo que considera ideal y significativo, lo hace entender que el dinero no es la finalidad, por el contrario, solo es un medio que lo hace merecedor del mundo venidero. Estos días de reflexión deben llevamos a mejorar nuestra conducta y elevar el nivel de nuestro estado espiritual.

La mejor defensa que podemos presentar ante el Juez Supremo en el día de Kipur es, precisamente, la practica esmerada de estos tres preceptos (el ayuno, el rezo y la caridad), los cuales, además de dejamos fabulosas ganancias espirituales, sin duda alguna, nos servirán como soporte para salir triunfantes del temeroso juicio.

(selección extraída del libro «Fechas y conmemoraciones» por Shelomo Sued, © Shelomo Sued)

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